¿A quién puedes recurrir cuándo no tienes ni una maldita idea de qué hacer en el sexo? Bueno, Bucky decidió tomar consejos de un antihéroe.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Gracias a Stark, Bucky y ______ habían logrado confersarse lo que sentían el uno por el otro. Gracias a Stark, Barnes había logrado que su novia fuera una chica de otro mundo. Gracias a Stark, ahora ambos vengadores estaban felices y todo parecía miel sobre hojuelas.
Pero no en la cama.
Parecía que Bucky necesitaba otro empujón, por desgracia, Tony ya estaba en un jet con la nueva señora Stark rumbo a su luna de miel. Así que sólo le quedó una opción, ya que Steve era tan inexperto como él. Y esa opción se llamaba Frank Castle, un amigo que conoció al salir de Hydra.
—¿Acaso estás jodiéndome? —le preguntó el Punisher cuando el castaño terminó de contarle su problemita.
Estaban dentro de una camioneta, compartiendo alitas y cerveza ya que no podían salir al público con toda la policía buscando a Castle.
—Hace mucho que no tengo eso desde que Jessica me logró poner ebrio y lo hice con una chica en el bar —le explicó Barnes, tomando otro sorbo de su bebida.
—¿Jesicca te emborrachó? ¿Y hace cuanto fue eso? —rió el azabache.
—Hace como... ¿tres años? Tal vez más —respondió y su amigo casi escupe la cerveza.
—Maldita piedra, ¿cómo resistes tanto tiempo sin follar teniendo a sexys Vengadoras en tu edificio? —dudó Frank, palmeando su hombro.
—No lo sé... me acostumbré cuando estuve en Hydra, supongo —Bucky encogió los hombros.
—¿No te das un poco de ayuda a ti mismo? —Castle hizo un ademán con su mano sobre su entrepierna—. No me imagino como se sentirá con tu mano de metal. Todos los hombres quisieran tener una.
—No. Tampoco he sentido necesidad de eso, aunque Stark siempre lo sugiere —le afirmó el castaño—. Pero con ____ se sintió diferente, la deseo demasiado pero no sé por donde mierda empezar.
—Hombre, no es la gran cosa. Digo, no creo que te tome mucho excitarte con esa mujer. Sólo follala hasta que no pueda caminar y dile cosas sucias, a las mujeres les gusta aunque lo oculten —le sugirió el azabache.
—No sé como hacerlo —Barnes admitió, apretando el volante.
—¿Enserio? Te lo explicaré sin censura —Frank tomó un aro de cebolla y un patata como ejemplo—. Metes tu pene en su suave y húmeda...
