Capítulo 29

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— Se te oye segura de lo que dices pequeña... —dijo Zalgo mientras se sentaba y cruzaba de piernas.

— Porque lo estoy.

— Bien, aceptaré tu propuesta.

Sonreí.

— Ven aquí —me llamo Zalgo, yo obedecí y me puse frente de él—. Arrodilla te.

— ¿Es en serio?

— Claro que lo es, solo hazlo. Vamos, no tengo todo el día.

Suspiré y me arrodillé. Mire a Zalgo, este puso su mano sobre mi cabeza y hizo que bajara la mirada.

— ¿Qué estas haciendo? —pregunte.

— ¿Puedes mantener el pico cerrado? Ya me estoy arrepintiendo de esto, si no dejas de hablar, nuestro acuerdo se cancela.

— Bueno ya me callo...

Luego de unos segundos quita su mano de mi cabeza.

— Listo.

— ¿Eso era todo? —pregunte.

— Sí. ¿Qué?¿Querías que hiciera algo más?

— No, no, no. Creí que iba a ser algo como... No se... Beber un poción, o algo así.

— Vez muchas películas ____...

— Realmente no... Leo muchos libros de fantasía...

— ¿Es en serio?

— Sí...

— Ah, como sea, ahora no puedes morir, por cierto, aún puedes sentir dolor.

— ¿Por lo menos puedo sanar mis heridas más rápido o algo?

— Eh, no. Si te rompes una pierna, tendrás que durar lo que una persona normal y corriente debe durar con un yeso.

— Pero, ¿no puedes hacer que mis heridas sanen más rápido?

— Claro que puedo, joder niña, pides mucho, te hago inmortal, te doy un maldito collar que te puede hacer invisible y que también puede llevar te donde quieras, y quieres más de hay. Sentiré mucha lástima de la persona que se case contigo... Si es que encuentras a alguien que te soporte.

— Oye eso dolió...

— Como si me importará.

— Que malo eres... ¿al menos puedes sanar mi brazo? Me lo lastime cuando llegue al inframundo.

— Aah, está bien, ¡y ya deja de pedir cosas!

— Bien, bien.

Luego, Zalgo sano mis heridas. — Gracias.

— Sí, como sea —respondió sin dar mucha importancia y se fue.

— ¿Dónde vas? Por cierto, me quedaré en tu castillo un tiempo...

— ¿Qué?¡Ja! Eso ni pensarlo. Vete a tu casa, ya que no puedes regresar al Creepy bosque por la cosa rara esa que cierra los portales... Un momento, si puedes ir, solo que no saldrás hasta que se completen los 10 días, creo que van solo 3 días.

— No... No quiero ir, debo planear una forma de eliminar a alguien... Y en la cabaña de Slender no lo haré.

— Pues lárgate a tu casa, y si no te gusta tu casa, comprar otra, prácticamente, espera no prácticamente, eres millonaria después de todo el dinero que te di, si te quieres comprar una puta isla privada para ti sola, puedes hacerlo.

— En primer lugar no me quiero ir porque está ya muy oscuro... Y además mi casa es muy solitaria, y no puedo llamar a mi hermano o a Abel, o a Sarah para que me acompañen, primero, mi hermano está enojado conmigo, y ahora que lo recuerdo le debo un Chevrolet Camaro SS, y tampoco llamaré a Abel, ya que le dirá a mi hermano y no llamaré a Sarah porque debe estar estudiando... ¡La Universidad, la olvide completamente!

— En serio, eres un dolor en el culo... Siempre tienes una excusa, lo único que te dejo pasar es tu miedo IRRACIONAL a la oscuridad.

— Oye no digas eso pff y no es irracional, me entenderías si casi unas bestias espantosas intentan matarte una noche.

— No veo aún porque le tienes miedo. Yo te dije que comprarás un gato para que no te sintieras sola.

— En serio eres increíble... Y yo te dije que soy alérgica a su pelaje.

— Claro que lo soy, soy Zalgo. Pues rasura su pelaje y listo, o mejor aún, compra un puto gato que ya esté lampiño

— Sí lo rasuro seria maltrato animal, y te dije que los gatos lampiños son feos.

— ¡Aaaah! —grito y la sala empezó a temblar—. Bien, bien me calmo —dijo calmándose, suspiro profundo y me miro con sus penetrantes ojos—. Haz lo que te de tu gana, si sigo con esta conversación tendré unas enormes ganas de destruir un universo entero, pero eso me traería muchos problemas —hablo calmado.

— ¿Entonces me puedo quedar?

— Aah, sí, ya me voy... —dijo y se dio la vuelta, empezó a caminar.

— ¡Espera!

— ¿¡Qué quieres ahora!? —grito dándose la vuelta.

— ¿Tienes un calabozo?

Este al escuchar mi pregunta sonrió.

— Claro que tengo uno querida —respondió.

— ¿Y tiene artefactos de torturas?

— Sí, sino los tuviera sería un aburrido calabozo, ¿no crees? —sonrió de una manera tenebrosa—. ____, exactamente¿a quién quieres llevar ahí?

Sonreí — A una persona especial, y haré que su vida sea un infierno... —respondí.

— Jejeje eso se escucha interesante, tienes total libertad de hacer lo que quieras con el calabozo y mis "juguetes".

— Eso se escucha genial. ¿También tengo total libertad de hacer lo que quiera en las otras partes de tu castillo?

— No abuses.

— Oh... Eso es un no...

— Solo no comas todas las cosas de la cocina.

— ¡Entonces eso es un sí!

— Adiós ____.

Y se fue, yo también me fui y busque un lugar para dormir.

Mañana buscaré una forma de deshacer me de Nina...

Reencuentro |Eyeless Jack|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora