Capítulo 51- Hold on.

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Alaska.

Comencé a escuchar gritos que parecían venir de todas partes, en un inicio no sabía de quién eran o qué decían; me sentía aun drogada. Tardé tal vez un minuto más en poder reaccionar a lo que estaba escuchando.

—¡Con una mierda! O me dices dónde está o te mato a ti y a todos los bastardos que tiene por ayudantes —escuché que gritó una voz familiar.

Seguido de eso hubo un intercambio de palabras que no hablaron tan fuerte como para poder comprender lo que decían. Unos se reían mientras que otros seguían despotricando contra los primeros.

—¡Alaska! ¡Alaska! ¡¿Dónde estás?! —fue ahí cuando mi cerebro hizo clic.

Súbitamente entendí que se trataba de Niall, recordé los acontecimientos reciente. Intenté levantarme, pero noté enseguida que estaba amarrada a una silla por medio de cinta adhesiva y reforzada con unas cuerdas. Quise gritar, pero mis labios también habían sido cubiertos por la misma cinta adhesiva. Quería gritar "¡Niall!", pero lo único que salían eran gruñidos y gemidos que a duras penas y se lograban escuchar debido a los jaloneos.

Miré a mi alrededor y noté que parecía encontrarme en un sótano que estaba siendo iluminado por varios focos, pero ni aun así iluminaba lo suficiente para ver claramente. Frente a mí se encontraba Nathan, que analizaba con diversión mis movimientos.

—¡Alaska! —volvió a gritar Niall.

Nathan no aguantó más y soltó una pequeña risita mientras veía como batallaba para gritarle a Niall que estaba debajo de él. El techo resultaba ser directamente el suelo de la primera planta del edificio. Podía ver entre los tablones vestigios de la luz de esa habitación y como los hombres de ambos bandos se movían de un lado para otro.

—¡No me voy a ir de aquí sin Alaska! —gritó Niall a modo de contestación de algo que no logré entender.

Escuché que Zayn le decía algo a Niall y pelearon en voz baja sin poder comprender qué era lo que decían. Sin darme cuenta había comenzado a llorar, temía que le hicieran algo a los dos hombres más importantes en mi vida.

—Te lo voy a dejar claro, Horan —escuché la voz de Arthur Binchy, que sonaba demasiado fría—. O te largas de una buena vez o juro por Dios que le cortaré una mano a Alaska para que sepas que se trata de ella.

Hubo un silencio prolongado. Nadie se movía, parecía que ni respiraban. Rogaba intensamente que Niall no me fuera a dejar, no quería permanecer ahí junto a Nathan, temía que pudiera violarme.

—Esto no se va a quedar así, Binchy —dijo Niall con odio puro en su voz.

No fue necesario tener que repasar sus palabras una vez más, sabía que era una retirada. ¿Iba a dejarme ahí? ¿No iba a luchar por sacarme de aquí? Volví a gritar, o a hacer el intento, con todas mis fuerzas mientras que mi llanto se había vuelto incontrolable.

—¿Qué sucede, Alaskita? —dijo Nathan con bastante sorna en su voz.

Tomó mi barbilla y alzó mi rostro con intensión de que lo viera a los ojos, intenté zafarme pero su agarre era demasiado fuerte como para poder lograrlo. Siguió hablando, pero yo ya me había encerrado en mi mundo. Había olvidado lo mucho que solía hacerlo mientras que "superaba la muerte de Niall", que parecía haber sido hacía una eternidad.

Recordé las últimas palabras que le había dicho a mi moreno amigo: "Te adoro, Zayn, lo sabes. Cuida de Niall y... no te preocupes por mí, estaré bien". Tenía que mostrar la seguridad con la que le había dicho a Zayn esas palabras.

Llorando y haciéndome la mártir no me ayudaría a salir de ese lugar, tenía que valérmelas por mí misma. No tenía ni a Zayn ni a Niall para que me solucionaran la vida, tenía que aprender a buscar la manera de salir de esa. Cerré por un momento los ojos, seguía sin escuchar las tonterías que Nathan decía, y volví a abrirlos ya sin soltar más lágrimas.

Through the Dark || Niall HoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora