Capítulo 23- Navidad

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Terminamos el resto del camino hasta llegar al cementerio. Les agradecía inmensamente que no volviéramos a hablar cualquier cosa en la que Niall estuviera involucrado; ya había tenido suficiente.

Harry y Lydia no paraban de hablar sobre la cena de Navidad. ¿Sería bueno el puré de papas o era preferible hacer alguna otra guarnición? La cena era lo que menos me importaba y por eso decidí irme a mi mundo.

Por mi mente aun rondaba la idea si en verdad odiaba a Niall, quería creerlo, pero sabía que eso no era posible. No podía odiarlo después de tantos bellos momento que pasamos juntos. No era fácil olvidar a alguien que te conoció a fondo durante dos años y menos sabiendo que le lloraste por otros dos. Eran cuatro años gastados, en donde Niall se había vuelto el protagonista.

«Aún lo amas» me dijo una voz. Era mi conciencia, mi Pepe el grillo.

Claro que lo amaba, pero eso no significaba que podía perdonarlo por ocultar algo tan grave, por fingir que no existía y dejarme sufriendo por algo que tan fácilmente se pudo haber solucionado con un “aún estoy vivo, pero no podemos vernos”. ¿Tanto le costaba?

La cosa era diferente con Zayn ya que él había estado conmigo en mis peores momentos, y aunque por unos meses lo odié, lo superé al recordar todas las veces que me consoló, que me hizo sonreír cuando no podía y cuando se tragaba su dolor para llevarse el mío. Zayn no era Niall, era mejor persona y no me cabía duda de eso.

Al llegar al cementerio, tomamos un atajo por el pueblo, ya que éste hacía que solo recorriéramos la mitad de lo que habíamos hecho en el bosque.

Mi humor ya estaba mejorando, intentaba tragarme esa pesadez sobre la nueva información que tenía de Niall.

Pero en mi mente aún seguían las palabras de Lydia: era como el Niall de hace dos años. ¿Sería eso posible? ¿Podría seguir siendo el mismo chico del que me enamoré? Quería creerlo con toda mi alma, porque si así era, las cosas podrían ser más simples para ambos. Era posible que le diera una segunda oportunidad, pero para eso necesitaba reunirme con él en persona. ¿Cómo haría eso?

Zayn y yo ya habíamos llegado a la conclusión que era Niall quien movía las piezas y quien había creado las reglas del juego. Él nos contactaba cuando quisiéramos, nosotros únicamente teníamos que esperar. Pero cabía la posibilidad de que Zayn pudiera ayudarme a contactarlo, solo tenía que pedírselo.

—¿Cómo les fue, chicos? —nos preguntó Liam al cruzar el porche.

—¡De maravilla! —le dijo su novia antes de darle un beso en los labios—. Es increíble lo bien que Ska conoce ese bosque, es como si hubiera nacido ahí.

—Era de esperarse, Lydia, todos los veranos nos la pasábamos ahí —dijo Zayn recargándose en el marco de la puerta y fingiendo enfado.

Lydia rodó los ojos, intentándole seguir el juego a Zayn, pero era imposible porque noté que la postura de mi moreno amigo estaba tensa, como si algo lo estuviera perturbando.

Con delicadeza me separé del pequeño grupo y lo tomé del brazo para que me siguiera hasta la cocina. Tomé un vaso y tras llenarlo me lo tomé todo de dos largos tragos, estaba que me moría de sed.

—¿Qué sucede? —inquirió.

—La pregunta es: ¿qué te sucede a ti, Zayn? —entrecerré los ojos.

Me miró por unos segundos antes de negar con la cabeza y rascarse la nuca con su mano derecha. Había algo que lo molestaba, todo su ser parecía gritármelo.

—No tengo nada —hizo su mejor esfuerzo por mentirme, aunque claro que le salió muy mal.

—No mientras, te conozco bien y sé que algo te ocurre —me acerqué a él y acuné su rostro entre mis manos.

Through the Dark || Niall HoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora