Through the Dark || Niall Horan

Capítulo 12- ¡Vete de aquí!

Había pasado más de una semana desde la fiesta de Trevor y mi desagradable encuentro con Niall.

El lunes siguiente al encuentro, Zayn había estado frente a mi edificio esperándome para llevarme a la Universidad, como se había vuelto costumbre desde hacía casi dos meses –el tiempo que comenzamos a hablarnos más.

Con un dolor en el corazón me negué a ir con él, estaba furiosa por haberme mentido. Se suponía que habíamos vuelto a ser grandes amigos y de cierta forma juramos no volvernos a mentir.

Él me vio llorar y todo el dolor que había sentido tras la supuesta muerte de Niall y simplemente se quedó ahí actuando como si en verdad jamás hubiera sabido la verdad. ¿Qué tan cruel tuvo que ser para hacernos esto a todos?

Desde aquel lunes dejé en claro que por un tiempo no quería saber nada de él. Lydia y yo comenzamos a tomar el autobús de nueva cuenta y cuando se podía, uno de sus amigos pasaba por nosotros para llevarnos a la Universidad.

Liam había sido otra persona en la que había descargado mi enojo. Si bien él no me había dicho abiertamente que Niall siempre estuvo vivo, me lo hizo saber entre líneas.

En algún momento de aquel lunes, él había hablado con Zayn por lo que llegó a mí y me dijo “veo que ahora saber la verdad”. Estaba por seguir hablándome, pero no aguanté más y salí corriendo de la cafetería, terminé escondiéndome en un rincón de aquel edificio educativo.

La semana la había pasado encerrada en mi habitación. Compré varios paquetes de cigarros y me dispuse a fumar como si no hubiera un mañana. Lo había hecho antes, pero no con tanta frecuencia.

Lydia no se había molestado en cumplir la función de madre porque sabía que lo que menos quería era un regaño o que estuviera tras de mí. Solo se ocupaba porque comiera tres veces diarias y verificar que no estuviera muerta. En algún momento intentó distraerme de mis pensamientos, pero estaba de un humor que no fue capaz de soportar.

¿Cómo podía estar bien después de lo que había sucedido?

En el momento no había entendido lo que había sucedido, pero tras unas horas comprendí que mi novio seguía vivo. Me había mentido de la forma más cruel e inhumana posible. Durante dos malditos años él se dedicó a pasearse por todo Dublín mientras que yo estaba sufriendo su pérdida.

Estaba molesta, demasiado molesta, no podía lidiar con lo que había pasado. Dos de las personas más importantes en mi vida me habían engañado de una forma que jamás creí posible.

Sentía un dolor constante en el pecho, mi cabeza dolía de tanto llorar y las ganas de vivir eran mínimas. No tenía ni fuerzas para poder comer o hacer los trabajos de la Universidad, tenía que pedirle ayuda a Lydia.

Ella se había convertido en mi total apoyo durante esa semana. No había hablado con Harry o Louis, no me sentía con ganas para hacerlo. ¿Y si ellos también me habían mentido?

Sabía que mi mejor amiga no era capaz de mentirme de ese grado porque habíamos llegado a un punto en donde una mentira sería imperdonable. Ella comprendía eso y podía ser la deprimente Alaska sin tener que ocultar mis más ocultos pensamientos depresivos.

Estaba pensando en el día del funeral de Niall, aquel día que Zayn pasó a ser más misterioso, cuando escuché a alguien gritar. Detuve mis pensamientos y presté más atención.

Era Lydia quien gritaba, pero no eran sus gritos normales. Estaba realmente furiosa y supuse como su rostro debía estar rojo de coraje y las venas de su cuello y sienes sobresaltadas.

Me coloqué de pie y abrí la puerta de mi habitación. Veía que tenía la puerta abierta y gritaba a alguien del pasillo. Caminé por el corto corredor hasta situarme al final de éste, donde se encontraba con la sala, y escuché con más atención lo que mi amiga decía.