Capítulo 3: Korkova la perra rusa

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El recorrido en auto hasta la casa fue un poco largo, pero al fin habíamos llegado, y ahora, entre bromas, mi padre me ayudaba a bajar las maletas.

No les miento, la casa era enorme, muy bonita y enorme, rodeada de muchos árboles, simplemente perfecta.

— West llevará las maletas—. Me comunicó mi padre, creo que entendió mi cara de confusión, por lo que siguió—. Es como un mayordomo—. Afirmó—. Pero también un amigo. Ahora vamos dentro, es hora de que conozcas a Camila.

—Está bien, vamos—. Me aclaré la garganta y seguí.

Una vez dentro, no evité recorrer con la mirada la casa, era magnífica de verdad. Luego, bajando las escaleras, una señora joven y bastante guapa corrió hasta los brazos de mi padre.

— Camila, ella es Itzel, mi pequeña Itzel—. Me presentó.

— Mucho gusto—. Saludé —. Itzel Grace.

— Oh, Itzel, el gusto es mío, mi nombre es Camila Milán, ¿qué te pareció el viaje hasta Italia?, tú papá me dijo que nunca habías estado aquí.

— Pues si, es la primera vez que viajo hasta aquí, y todo estuvo bien, hasta ahora lo poco que he visto me ha encantado.

— Me alegra mucho, ya después si quieres podrías pedirle a mi hijo Edward que te de un recorrido por la ciudad.

— Reí—. Eso sería estupendo, no quiero andar y perderme, sería vergonzoso.

— Bien, creo que has de estar cansada por el viaje, Dalia te mostrará tu habitación para que te instales lo más pronto posible, y de nuevo fue un gusto, eres muy hermosa.

— Muchas gracias Camila, de verdad me caes súper bien, eres muy linda, ahora veo porque mi papá te quiere tanto—. Confieso, a pesar de no haberla conocido antes, mi padre siempre me hablaba de ella, y no se equivocaba, ella es un ángel.

Cuando mis padres se separaron siempre tuve miedo de que al rehacer sus vidas eligieran a personas malas. Pero por suerte ha sido todo lo contrario.

Por parte de mi mamá, quien lleva la relación más larga, Gael es como un verdadero padre. Es atento, cariñoso, me respeta, me cuida muchísimo, y sobre todo se nota a kilómetros lo enamorado que está de mi mamá.

Camila es apenas una extraña, pero sin duda hace feliz a mi papá, y es muy atenta conmigo, empiezo a creer que me llevaré bastante bien con ella.

Luego de un par de sonrisas sinceras y una que otra recomendación de mi padre al fin me había instalado en la que sería mi habitación durante los próximos seis meses. Era sencilla, pero de lo cansada que estaba solo tuve tiempo para quitarme los zapatos y echarme a la cama, durmiéndome casi en seguida.

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Los ojos me arden un poco, y sin darme cuenta llevo mis manos hacia mi rostro, limpiando las lagrimas que habían salido segundos antes. Las imágenes me llenan de golpe y siento un vacío en el pecho.

Maldito Damián.
Maldito chicos que piensan que pueden jugar con una mujer.

Despertarme no me ha costado, así que olvidándome por necesidad de los horrorosos pensamientos relacionados con Damián, me dispongo a desempacar y ordenar mis cosas, todo lo hago de la mejor manera, al fin y al cabo este será mi hogar durante 3 largos meses, debo sentirme cómoda.

Luego de tener la mayoría de cosas arregladas, reviso mi móvil, confirmando que llevo 6 minutos de atraso para cenar, río por qué se lo puntual que es mi padre, pero él ahorita no está, por lo que con calma me dispongo a bajar, cuando lo hago, Dalia, con una sonrisa cálida me habla.

Atracción prohibidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora