Capitulo 17

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Capitulo 17

Cuando el tributo está lo suficientemente alejado, bajo del árbol. Observo a Sheera y la profunda calma de su expresión. Empieza a levantarse un viento fuerte. Oh, el aerodeslizador. Intento correr para alejarme, pero me duele muchísimo el tobillo. Recuerdo nuestro enfrentamiento. Peleó con uñas y dientes, eh. Pero no pudo conmigo.

Consigo alejarme un poco y me oculto en la maleza, y por primera vez, me atrevo a examinar la herida de mi brazo. Tiene mala pinta. Observo mejor el feo y profundo corte y lamento tener una idea tan básica sobre medicina.

-Mierda-susurro.

Indecisa, cojo una cantimplora y lavo la herida. Veo algo revolotear cerca y de mi y me pongo alerta. Un destello color plata me alerta. ¿Habrá vuelto? Sin embargo no es Leoud. ¡Es un paracaidas! Ansiosa, lo abro. Es un pequeño maletín que contiene vendas y algunos cacharritos con medicina. El primer frasco es alargado y contiene un líquido azul. Leo lo que pone "Desinfectante". Presiono el pulverizador haciendo "chuf chuf" en mi brazo. La herida empieza a cambiar de color y cae un poco de pus. Arg, que asco. Se queda de color rosada y aplico una crema de color rosa cuando la herida está limpia, para cicatrizar. Acto seguido me lo vendo con una venda limpia con olor a ¿menta? Este botiquín debe haber costado una fortuna. Guardo todo dentro del botiquín con una sonrisa y leo la nota del paracaidas. Seguiré luchando. Eso me hace pensar, ¿dónde estará Simon? No puede andar muy lejos. No creo que fuese por la ciénaga de dónde salimos, ya que solo hay un pequeño lugar dónde ocultarse, y solo de noche. ¿Las montañas? Por una parte es un buen lugar para ocultarse de mi. Pero dudo que quiera volver después del alud. Tiene que estar por aquí cerca, en el bosque, ya que le prohibí que se acercase a la jungla. Oh. Ya lo tengo. Estará en el este. No se que hay, pero debe haber agua. Recuerdo el segundo día y el pato. Ah, pato. Me apetece pato. Me dirigiré al este mañana. Esta noche no puedo andar por culpa del tobillo, pero mañana me pondré en marcha.

El sol está empezando a bajar, calculo una hora aproximada. ¿Las cinco? ¿Cinco y media? Es difícil saberlo. Pienso en Maysee y su control. "Deberías llevar un reloj a todos lados. Siempre llegas tarde" me dijo una vez. Parece tan lejano. De hecho, es muy lejano. Eso queda atrás. No soy igual que cuando entré. Pero no importa, porque debo salir de aquí. Estoy... aburrida. Resulta irónico y casi cómico que no tenga nada que hacer. Estoy esperando a que pase algo, pero no pasa. Bueno, Leah. Ponte en pie y busca un campamento. Escruto mi alrededor. Ese árbol tiene buena pinta, es alto y tiene otro cerca al que se puede saltar en caso de emergencia, y las hojas hacen que no se vean las ramas. Intento subir y me cuesta, pero lo consigo. Dejo mis cosas colgadas en la rama, y la espada clavada firmemente en el tronco. Me siento en la rama más fuerte y con más hojas, con la espalda apoyada en el tronco y miro al horizonte. Se ve bastante lejos, si subo hasta la copa podré ver casi toda la arena. Este es provablemente uno de los árboles más altos del estadio. Me recuerda a mi árbol en casa...

¿Volveré a ver el distrito 7?

PUES CLARO, SKY.

Volveré al distrito 7.

Me concentro en el paisaje. En efecto, se ven las montañas, altísimas y nevadas en la cumbre, al norte, la ciénaga pantanosa, y al este... me asombra, una linea azul y blanca. Escucho con atención y por fin descubro de donde proviene ese sonido. No. No puede ser. Hay una playa en el estadio. Debe haberles costado lo suyo a los vigilantes. Se están currando los juegos.

Quizá Simon se esconda allí. No lo se. Rastrearé un poco más la zona, y los alrededores de las montañas, y si no lo encuentro, lo buscaré en la playa.

Me siento extrañamente vaga, aburrida. Si al menos tuviese un libro...

Leah, idiota, ¿qué estás diciendo? Un libro no te sirve como arma, no lo necesitas.

Con la fuerza de una pantera (Los juegos del hambre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora