Capitulo 6

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Las carrozas van pasando una tras otra por el camino establecido. Los dos tributos del Distrito 1 van vestidos con ropas brillantes, probablemente con joyas engarzadas en sus túnicas de seda. Los del 2 van con brillantes armaduras plateadas, dejando la cabeza al descubierto y profiriendo gritos fueros. Los del 3 van vestidos de color blanco con pequeños detalles en sus ropajes de color gris y metálico. Los del 4 están vestidos por un mono de color azul recubierto de conchas blancas y perlas. Y así van pasando los distritos hasta que llegamos y oigo los aplausos del público que grita enloquecido. Seguro que los patrocinadores están presentes, evaluándonos en este instante, por lo que saco una sonrisa misteriosa y audaz. Nunca me ha gustado mi sonrisa, pero hoy es diferente. Me puedo ver reflejada el las pantallas dispuesta por el recorrido y me gusta lo que Aysha ha hecho con mi imagen. Saludo a la multitud y miro a Simon. Está imperturbable, muy diferente a hace 5 minutos. Este chico ya está preparado para los Juegos. Y eso no es bueno.

Estoy disfrutando tanto del corto desfile que casi olvido que las personas que nos aplauden quieren vernos morir, ser desgarrados hasta que nada no seamos más que jirones, machacar nuestros hueso hasta pulverizarlos para reír nuestras muertes.

Pero no todos tienen por qué ser así.

De hecho parece que simplemente no se enteran de lo que pasa. Y Aysha y Maysee me han tratado bien. Y yo las he tratado un poco mal. Desde ahora me propongo ser amable con la gente del Capitolio. No todos son como creía. ¿Pero no ser conscientes de lo que ocurre les hace inocentes?

Ya hemos llegado todos los tributos al final, incluidos los del Distrito 12 que van de mineros.

Me siento perturbada y noto su mirada en mi nuca. Me giro y le miro con cara de mal humor. Me está sonriendo, pero sus ojos me dicen algo más, su mirada audaz se llena de brillos cuando la luz irradia contra el metal de su muñeca derecha. No me acuerdo del nombre de ese chico. En el momento en el que voy a apartar la mirada de sus hermosos y terroríficos ojos suena una voz. Es el presidente Snow quien como cada año está dando el discurso tras el desfile. Ese hombre me causa repelús.

Cuando el presidente al fin acaba de hablar busco de nuevo la mirada del chico, que ya no está posada en mí. Sigo la dirección de su mirada y descubro que esta observando a la chica del 2. Y ella le observa a él con una ceja enarcada.

Creo recordar que su nombre es Reema. Vaya, está muy guapa con ese traje pero no creo que se estén evaluando por eso. La chica del Distrito 1, Sheera, está tonteando con el chico de su distrito Leoud. Parece incluso más hermosa que la primera vez que la vi. Las piedras preciosas de su vestido hacen resaltar su sonrisa y sus ojos brillan mucho. Seguro que es una de las favoritas de los patrocinadores: es fuerte, está preparada y bonita. Ella y su compañero de distrito están arrasando con sus trajes pero nosotros tampoco pasamos desapercibidos. Los del 4 también son creativos, pero para el 7 esperaban un disfraz de árbol y les hemos dado a un par de feéricos.

Bajamos de la carroza y nos reunimos con los estilistas. Gemma corre a abrazar a Simon y la escena me resulta graciosa. Gemma es una mujer bajita con el pelo de color arco-iris y la piel ligeramente amarillenta. Sus labios son igual que su pelo y sus uñas. Lleva un vestido de color azul marino de palabra de honor semicorto y con poco vuelo. Lleva unas botas de plataforma azules con peces en la suela y un cascabel de gato a modo de accesorio.

- Simon Jonhson, estabas magnífico. Seguro que ya tienes miles de fans en el Capitolio -deja de elogiar al muchacho para observarme un solo segundo-. Leah, has estado bien.

¿Bien? Él tiene fans y yo he estado ¿bien? Todo muy lógico gatito arco-iris. ¿Entiende el concepto de estar magnifico? Porque nadie lo diría viendo los peces de sus suelas. ¿Esta mujer es estilista? Lo dudo. No le digo esto, porque no ayuda a mi propósito de tratar mejor a las personas del Capitolio.

- Gracias- me limito a decir mientras Aysha me sonríe.

Se llevan a los caballos a otro lugar y vienen Johanna y Maysee. Esta última con una toalla alrededor de la cabeza y llorando.

- ¿Qué le pasa?- pregunta la estilista de mi compañero.

- Mi p...o... e..a.. tan... b..nit... a...ra... no... p..p..pue...o... sa...sa...lir...a...a...a...- dice Maysee mientras rompe en sollozos.

-Exagerada. Simplemente se acercó demasiado a una antorcha y se le empezó a prender el vestido, le tiré un cubo de agua y se le ha ido todo el color azul del pelo- dice Johanna sin poder evitar una sonrisa.

- ¡Oh, vamos! No llores. Si se te ha quedado bien.

- ¿Quieres que haga lo que pueda por recuperarlo, Maysee? - se ofrece Aysha, mientras se la lleva al edificio donde me ha arreglado antes.

Junto a Johanna llegamos al edificio donde duermen los tributos y veo a unos cuantos hablando entre ellos en entrada. Ese ambiente de buen rollo me parece todo lo contrario a lo esperado gente que dentro un par de días hará todo lo posible para matarse entre sí. Se acerca el chico del 1 y se pone a hablar con Simon delante de mí pero sin intención de incluirme. Que falta de respeto. Me tengo que poner a hablar con alguien solo por fastidiarle, por supuesto. Me agarra del brazo suavemente y no puedo evitar sonreír.

Que gesto más imbécil por mi parte.

- Hola, Distrito 7.

- Hola. Tengo un nombre -digo de mal humor, cortando al chico del Distrito 3.

- Lo sé, Leah Sky. ¿Tú sabes el mío?

Vacilo un poco antes de contestarle, sin tener ni idea de la respuesta.

- Jake. Me llamo Jake Mathews.

- Ya lo sé — alza una ceja—. Vale, no, no lo sabía. ¿Algo más?

- Y esa mirada de antes ¿a qué venía? Ya se que soy irresistible, pero...

- ¿Perdona? ¿No se puede mirar a la gente? Adiós, un placer conocerte.

- Adiós, hadita - dice y se va sonriendo con autosuficiencia. Johanna comienza a reír. No lo puedo soportar y de un tirón meto a Simon en el ascensor, pulsando el número 7. Este me mira desconcertado y con reproche.

-Lo tuyo no es tratar con chicos, ¿verdad, feérica?

- Ni con chicos ni con chicas. No entiendo a las personas.

Pasamos a la planta que es nuestra. Una chica de pelo negro está abrazando a Aysha. Y para mi sorpresa, es Maysee.

Lleva el pelo de color negro recogido en una trenza de espiga que le llega un poco más larga que los hombros. Lleva un vestido de color violeta a juego con sus ojos, que ahora me parecen más bonitos que la primera vez que los vi. Está sonriendo y sus labios están sin maquillar. Está muy sencilla sin ese pelo azul. Y le queda muy bien.

- Hola, Maysee. Me gusta tu nuevo look. ¿Es tu color natural?

- Sí. Tu estilista hace milagros. Contemplad la maravillosa planta que tenéis para vosotros solitos.

Como ella ha dicho, contemplo la planta. Es muy moderna, decorada con la última moda en el Capitolio. El salón es grande, con una gran televisión en el centro del lugar, 2 sofás grandes color negro y un sillón de color gris cerca un gran ventanal. El comedor es bonito, con una mesa verde-azulada y 6 sillas del mismo color alrededor de ella.Hay avox por aquí y por allá trayendo bandejas con comida y aprovechando la distracción decido investigar por mi cuenta.

Cerca de la que será mi habitación hay un gran ventanal con vistas a la Ciudad parecido al del salón. Al asomarme puedo ver que están de fiestas. Que suerte. A mi me toca entrenarme para una posible e inminente muerte mientras ellos bailan y beben.

Entro a mi habitación. La cama tiene un cabecero pintado de color blanco y una colcha marrón oscura por encima. Al fijarme mejor puedo ver que hay un pijama azul de seda sobre ella. Me lo pongo y me meto dentro de la cama. La colcha es muy suave y cálida.

No tengo hambre, solo sueño, por lo que pongo música relajante y espero hasta la hora de la cena. Pero como no me llaman, cojo un bollo con chocolate y virutas ( Que delicia. No lo había probado antes) y me vuelvo a la cama. Me espera un larga noche.

Quien sabe si dormiré de un tirón. Bueno, yo sé la respuesta: no. Mis pesadillas volverán a aparecer esa noche y estarán atormentándome hasta la mañana siguiente, como tantas veces ha pasado.

Con la fuerza de una pantera (Los juegos del hambre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora