Capítulo 24

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Debe ser una pesadilla. No es posible que esto esté pasando. Simon no puede ganarme y menos de este modo. Es una trampa muy básica, para atrapar conejos. ¡Y no soy un conejo! Soy Leah Sky, y estoy atrapada.

La red me hace sentir agobiada y una gota de sudor cae por mi frente. Mi concentración se centra en esa gota que resbala por mi barbilla y por mi cuello hasta que finalmente muere en el cuello de mi camiseta. Mi cerebro se niega a pensar que acabo de cometer un error que puede costarme la vida. Simon se ríe, y viene corriendo al lugar en el que me encuentro.

Si no estuviese atrapada no te reirías tanto, maldito.

Pero lo estamos.

Quiero separarle la cabeza del cuerpo. Quiero que mi espada le atraviese el corazón.

Eso va a ser un poquito difícil ahora, Leah. Eres una estúpida. La más estúpida.

-Pero mira quién tenemos aquí. Un gatito atrapado- Simon se acerca a mi, y con la escasa luz del lugar, puedo verle el rostro. Mi cara está a escasos centímetros de la suya, y por la red, no puedo moverme.

-Te voy a...

-No me amenaces- me corta a mitad de la frase, con un puñetazo en toda la nariz.

Gruño y le miro con odio.

-Cómo estaba diciendo antes... Te he atrapado. ¿Qué se siente al estar atrapada? ¿Estás enfadada?- vuelve a reírse-. Oh, vamos, Leah. Te estoy haciendo un favor. Si te mato, podrás reunirte con Jake en el infierno.

Le escupo en el ojo. Su mirada se llena de odio y junta los dientes. Hace hacia atrás el brazo, me da otro puñetazo y esta vez me sangra la nariz.

-Pero mírate. Das mucha pena. La rabia te consume y la ira te controla. Será mejor que dejes de sentir. Si te comportas, te mataré sin dolor. Soy todo un caballero.

Intento arañarle a través de la red, pero mis manos no caben y el roce con las cuerdas me hace daño.

- Nunca aprendes- él escupe sus palabras-. Muy bien, tú lo has querido.

Se aleja un poco y coge su arco. Elige una flecha del carcaj y la coloca. Me pongo nerviosa. La sangre empieza a acumularse en mis labios pero no hago nada por limpiarme. ¿Es el final? Otra gota de sudor desciende por mi frente. Simon dispara la flecha, y esta se me clava en el brazo derecho, un poco por debajo del hombro y se queda ahí. Yo intento contener un grito de dolor, pero solo consigo amortiguarlo un poco mientras la tela de la camiseta comienza a empaparse de sangre.

-Ups, me parece que he fallado y no he dado en tu corazón. Seré torpe- dice mientras sonríe.

Cabronazo.

Camina de nuevo a mi lado, con una sonrisa de suficiencia. Va a soltar otro comentario hiriente cuando se da cuenta de que hay algo en el suelo. Se agacha para recoger la espada y la empuña, observando bien cada detalle del arma.

-Esta espada era del rubito, ¿verdad?- no contesto-.Sería gracioso que fuese con esto con lo que te quitase la vida, ¿no crees, Leah?

Se queda en silencio un instante, aguardando una respuesta. Una respuesta que no llega.

-Vamos, habla un poco, te alargará la vida unos minutos.

-No tengo nada agradable que decirte, imbécil.

-Que lengua más afilada,¿y si te la corto?

Una brillo amenazador refulge en sus ojos, pero no me atemoriza.

-Tendrías que sacarme de la red para poder hacerlo- digo todo lo digna que puedo dado mi situación.

Camina en un círculo, alrededor de mi, como fingiendo pensárselo.

Con la fuerza de una pantera (Los juegos del hambre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora