53

121 25 11
                                    

Nunca he aprendido a jugar ajedrez.

Ni siquiera sabía que era posible hacer trampa.

Pero al parecer tu sí que sabias.

Porque estabas ayudando a Ernest.

Hasta donde había entendido, aceptó una apuesta.

Harold decía que nadie podía vencerlo.

Y te veías muy empeñada en demostrar lo contrario con Ernest.

No pude evitar soltar una carcajada.

Que por supuesto, hizo que todos me shushearan.

Cada día me sorprendías más, Lander.

The unexpected disaster of Athenea Lander (TaSH #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora