54

112 26 9
                                    

Al final Ernest ganó.

Nos dieron a todos un platillo de nombre impronunciable, que sabía a maravillas.

Era extraño.

Nunca creí sentirme tan a gusto con personas mayores.

No me malinterpreten, pero siendo hijo único en mi familia era pasar tiempo con adultos sí o sí.

Y lo detestaba.

Detestaba que me trataran como si fuera un estúpido por ser menor que ellos.

Pero aquí, escuchando anécdotas de todos en la sala, y riendo a carcajadas junto a Athenea,

podría acostumbrarme a esta vida.

The unexpected disaster of Athenea Lander (TaSH #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora