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No nos quedamos para ver el resto de la historia.

Traté de evitar que vieras a la chica rubia, tirada en el piso, conmocionada.

Pero tú cabeza fue como un resorte al momento de caminar junto a ella.

Te tiraste para verla.

Y ella te miró a ti.

Nunca había visto a nadie tan destrozado, como aquella chica.

Tú no estabas tan alejada de eso.

No podías hablar.

Nos hospedamos en buen un hotel por primera vez.

Habías terminado por tomar un poco del dinero que guardabas en el asilo para traernos.

No me mirabas.

Simplemente... estabas respirando.

Era lo que me hacía saber que estabas viva.

No me decías nada.

¿Qué estabas pensando?

Tenía miedo de preguntarte.

De presionarte, y que trataras de alejarme.

Así que hice lo que me pareció más sensato en ese momento.

Te estreché en mis brazos, y dejé que lloraras. 

Supuse, que una parte de ti me agradeció por no hacer preguntas.

Y de cualquier manera, supuse que nunca las contestarías.

The unexpected disaster of Athenea Lander (TaSH #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora