7

196 38 10
                                    

Aunque, al final, te acordaste de mí.

Después de que te gritara mi nombre.

Y no parabas de disculparte.

Yo solo podía apretar mi nariz tratando de detener la hemorragia.

Vaya segundo encuentro.

Fuimos a mi departamento.

Rompiste mi puerta.

No daré los detalles, ya era demasiada vergüenza la tuya.

Al final terminaste poniéndome alcohol en la nariz.

¿Por qué? La verdad es que no tenía ni idea.

Tenía a una mujer bellísima frente a mi.

¿Cómo podría fijarme?

The unexpected disaster of Athenea Lander (TaSH #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora