La Tercera Guerra Mundial

Capítulo 31: Caída de un héroe.

2/3. Maratón prosigue.

El 30 de octubre de 2017 a las 06:35 am, en la casa presidencial en el D.F, fue encontrado el presidente Armando Gutiérrez muerto en su cama.

Su esposa, que dormía junto a él, se levantó a las 6:00 extrañandose de no encontrar despierto a su esposo, lo intentó despertar hasta que notó que no respiraba y llamó a seguridad.

10 minutos después, fue sacado de la casa intentando revivirlo por parte de los médicos, 20 minutos después, el presidente, a sus 72 años, fue declarado muerto por embolia pulmonar.

Las provincias estaban anonadadas. En Norteamérica, los estados guardaron un respeto cordial, pero en el centro y sur, todos se sumieron en una tristeza suprema; después de haberlos guiado a través de todo el camino recorrido, ahora su líder se había ido.

Mientras se arreglaban los detalles del funeral, Thomas S. Torres prestó juramento como nuevo presidente

La primera reunión de gabinete fue estresante para el nuevo mandatario: todos los ministros estaban de acuerdo con ponerle fin a la guerra usando un tratado.

- ¿Un tratado? - repitió Torres con rabia -. ¿Con quién? ¿Putín o Hussler? ¿Acaso se han vuelto locos? ¡Son tiranos!

- Señor presidente, la guerra está perdida si peleamos con dos a la vez - afirmó un ministro.

- ¡No voy a hacer un trato con ningún Imperio! - vocifero Thomas -. ¡América y el mundo merecen ser libres! Primero moriré antes de ver a alguno de esos imperios ganar.

Todos los ministros retrocedieron ante tales palabras.

En el funeral, dos horas después, frente a todo el continente, África, Irlanda, Portugal, España e Irán, pronunció el mayor discurso de su vida.

- Pueblo libre de América, África, Europa y Asia, estoy frente a ustedes en un trágico momento, quizás el peor de nuestra corta historia como nación: estamos luchando la peor guerra de la historia humana contra los dos peores imperios recordados y hemos perdido a nuestro líder; Armando Gutiérrez fue un visionario; nacido en Venezuela, levantó su voz cuando la tiranía tomó el poder, pero no se conformó con eso, sino que hizo de su misión unir nuestro continente en una sola y poderosa nación. Él pudo, en su momento, tomar todo el poder para sí mismo, pero en vez de eso, al ganar, dio todo el poder al pueblo.

» Yo, por mi parte, nunca entendí el por qué el pueblo tiene el poder, ya que como individuos somos inteligentes, pero como grupo somos influenciables y manipulables. Como humanidad debemos tener como líderes no a personas populistas o políticas, debemos tener a genios, eruditos que juntos lleven a la especie humana a lo más alto. Debemos tener líderes como Gutiérrez.

» Ahora mismo, se me ha dado la responsabilidad de ocupar el puesto de mi gran mentor, un puesto que siempre me quedará grande, pero aún así, quiero dejar algo claro:

» ¡Nunca me rendire! Ésta guerra no es sólo por Europa o Asia; no, ésta guerra es por la libertad, por nosotros mismos. Ésta guerra es sobre si la humanidad, que se ha destruido por milenios, puede por fin co-existir en paz.

» No podemos desfallecer ni rendirnos ante Hussler o Putín, ese no es el espíritu americano. Debemos recordar una de las más grandes frases de Armando: "América es el nuevo mundo. Demostremos esa afirmación".

El público mundial aplaudió ese discurso con energía, pero pocos lograron entender que además de dar un discurso de no rendición, Torres había sembrado el inicio de una nueva doctrina: el erudismo.

Al día siguiente, el nuevo presidente cambió cambió su gabinete y puso a genios de gran renombre en su lugar. Pero pronto ésta gran idea sería puesta a prueba.

"Irán bajo ataque".

Rusia tuvo tiempo de preparar una invasión a su antiguo aliado. Si lograban tomar al país árabe, solo India se interpondria entre la conquista total de Asia.

6.450 tanques nuevos "Putín" (si, el ego del emperador ya estaba muy inflado) fueron enviados a la frontera con Irán debido a su nuevo cañón de plasma. Lo acompañan 12 unidades de soldados (50.000 soldados cada una) expertos en la guerra y 1.850.000 milicianos complementados con 7.500 blindados con ametralladoras de plasma incluidas. Los rusos sabían que ese era el punto débil de sus enemigos.

En Irán, los mayores miedos de los defensores era que sus mayores armas (Leopardo, Bolívar, Abraham, Tesla) eran inútiles ante el plasma. Pero, a pesar de ésto, su misión era clara: detener a los rusos hasta que los refuerzos llegaran.

¿Cuáles refuerzos? Nadie lo sabía, pero ellos iban a resistir.

El ataque empezó el día 2 de noviembre a las 6:00 am. Los tanques rusos entraron sin reparos a tierras iraníes, las cuales no tenían defensas.

Pronto, todos los tanques y blindados se movían hacia Teherán, la cual tenía el grueso de la defensa. Pero, antes de llegar, los americanos lanzaron su única forma de ataque; los misiles de los Tesla.

Más de 1.200 cazas despegaron desde bases de Irán y portaaviones. Al tener contacto con los rusos, los misiles de protones y electrones empezaron a impactar.

De la misma forma que el plasma atravesó los Leopardo y Abraham, los misiles hicieron graves daños a cientos de tanques.

Las explosiones comenzaron a desacelerar el traslado ruso, pero no lo detuvo. Los blindados y tanques dispararon contra los Tesla, los cuales no soportaron tal ataque y empezaron a caer.

Las bajas de Tesla fueron muy fuertes y diez minutos después tuvieron que replegarse por haber perdido más de 650 unidades.

Teherán estaba armada hasta los dientes.

Los cañones estaban en cada edificio, en cada plaza; los tanques estaban tan fortificados que apenas podían moverse; las calles se volvieron trincheras llenas de miles de ametralladoras. Parecía Francia en la primera guerra mundial.

Cuando los rusos tomaron posición de ataque, los bombarderos imperiales aparecieron. Pronto, las explosiones se hicieron presente en gran cantidad.

Los cañones y ametralladoras dispararon a quemarropa contra todos los bombarderos, pero los rusos ordenaron su ataque por tierra.

Las explosiones de los cañones de plasma y rifles de plasma se escuchaban a kilómetros.

Pronto, los aliados retrocedían para no ser aplastados por los blindados.

Los generales de Irán y América daban por perdido la ciudad, pero debían esperar. Dos de los generales decidieron usar el mismo ataque que en Madrid. El satélite Zeus estaba alineado encima de la ciudad, pero el presidente Torres llamó a todo el comando y dejó muy en claro la prohibición de usar el Zeus.

Cuando le preguntaron el por qué, éste aseguró con una sonrisa que la respuesta estaba a dos minutos de distancia.