Capítulo 34: Última Avanzada.

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Hussler murió, lo que significó la rendición total del Imperio; la Federación ahora controlaba toda Europa occidental y ciertos países del este europeo y Medio Oriente; no obstante, aún tenían un gran enemigo: Rusia.

La reciente caída de Kabul demostró que no debían confiarse; a pesar de ello, América explotaba de euforia. Si Moscú caía, la guerra que había durado dos años ya y se había llevado más de 500 millones de personas, habría terminado. A pesar de eso, el presidente Torres seguía negando el uso del Zeus.

—¡Por última vez, el pueblo de Moscú no es culpable de las atrocidades de Putín!— espetó con impaciencia a su consejo militar—. No pienso asesinar a 20 millones de personas para acabar con una.

Sin incluir esto, la guerra iba de mal en peor para Rusia: su ejército fue reducido por las deserciones a 4 millones (El 30% de hace tres meses), sus recursos fueron destinados en su totalidad al uso de investigación y armamento militar, así que por consecuencia, había una falta total de insumos básicos (Comida, ropa, productos de higiene y mucho más) en la población civil y un descontento social jamás visto, ni siquiera en la época de la caída de la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas). Putín se encontraba contra las cuerdas y no tenía cómo reaccionar.

Las fuerzas americanas ahora preparaban una maniobra llamada «Última avanzada». Consistía en una serie de ataques simultáneos a las provincias del Imperio Ruso: Noruega, Suecia, y Finlandia por parte del Ejército Norte (2.350.000 soldados americanos, 350.000 británicos y 1.500.000 europeos); Lituania, Estonia, Latvia, Georgia, Azerbaijan y Kazajstán por parte del Ejército Sur (1.350.000 americanos, 360.000 africanos-americanos -decididos a llamarse así los nuevos ciudadanos de la Federación en África-, 750.000 iraníes, 500.000 paquistaníes y 1.300.000 indios); Japón, Taiwán, Corea (Norte y Sur) y China por la flota del Pacífico (450 navíos variados, 1.350 aviones bombarderos, 120 Barcos Voladores y 2.000 anfibios con 2.000.000 de americanos y 1.700 australianos -Después de que las olas retrocedieron, los sobrevivientes junto al gobierno empezaron su reconstrucción y decidieron unirse a la Federación para recibir el apoyo humanitario necesario- llevados en 17 anfibios de su país). El objetivo era hacer retroceder a los rusos a su país y cortar sus suministros.

"Inicio".

El día 7 de diciembre del 2017 empezó el ataque coordinado más grande de la historia al Imperio más grande de la historia humana.

Cada provincia fue tomada por sorpresa: en el norte, los rusos eran menos de 1 millón desperdigados por toda la Europa rusa, lo que significaba que podrían ser arrasados y Putín no podía enviar ayuda debido a que el ataque a Kazajstán, Mongolia y China eran más apremiantes para el Imperio debido a sus importantes recursos. Así que esos soldados fueron ordenados a la retirada a la antigua frontera rusa.

Los aliados, con suma rapidez, liberaron todos los países nórdicos y del este europeo.

En Asia, las cosas no fueron tan diferentes: las fuerzas iraníes tomaban Georgia y Azerbaijan en menos de dos días, ya que no habían soldados rusos apostados en tales provincias y el pueblo ya no quería a los rusos. Las fuerzas indias y paquistaníes lanzaron su ataque a Laos, Vietnam y Taliandia, los cuales, por orden de Putín, fueron dejados sin soldados rusos, cuyos fueron llevados a China, lo que significó la liberación de toda Asia del Sur.

Las tropas americanas se lanzaron a Kazajstán con gran apoyo de sus nuevos tanques y su «Súper escudo» además de los Barcos Voladores. La defensa rusa, sin conocimiento de la invasión anfibia, fue bastante férrea; 1.500.000 soldados junto a todos los tanques y rifles de plasma del Imperio. Gracias al descubrimiento de la posible destrucción de los escudos las fuerzas están "casi" igualadas.

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