Capítulo 4.- Tono sepia

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Bueno, los personajes no me pertenecen, si no a su creador Masashi Kishimoto

Capítulo 4.− Tono sepia

Sintió la humedad traspasar su capa y su camisa, llegando a mojarle levemente el pecho. Si bien, la mujer que ahora se aferraba a su pecho, no estaba gritando ni sollozando, sus gemidos quedos si alcanzaban a llegar a sus oídos. Su cuerpo temblaba levemente, su cara estaba roja y sus nudillos se habían puesto ligeramente blancos por la presión que hacia al apretar su capa.

De verdad se veía patética, aunque no tanto como el día anterior en el cementerio.

Escucho la puerta del cuarto abrirse, por mero instinto la rodeo con sus brazos y apareció junto a ella en el baño, y aunque la chica seguía aferrada a su capa, sabía perfectamente que ya no estaba en el pasillo donde su hijo la podría ver. ¿Era acaso una manía de esa familia? Llorar sin que el otro se diera cuenta para evitar que se enterara de lo que pasaba a su alrededor.

− ¿Sasuke-Sensei? ¿Mamá?

El hombre se obligó a soltar a la mujer, alejándola levemente de su cuerpo y haciendo que se sentara en la bañera. Ella le miro con ojos aun llorosos y le vio salir del baño, evitando que el niño viera hacia adentro y descubriera esa imagen reprobable de ella.

− Gracias – Susurro sin fuerza, aun cuando era consiente que el moreno no la iba a escuchar – Gracias

Escucho las voces de ambos afuera del baño y luego los pasos en la escalera, segura de que el niño le estaría mostrando una de sus figuras o algo que tuviera en la habitación, eso logro sacarle una sonrisa y evito que siguiera llorando. Su hijo posiblemente tuviese hambre y seguramente el Uchiha también. Así que se obligó a levantarse de la bañera. Se dirigió hacia el lavabo donde el espejo se burlaba del aspecto que tenía en ese momento. Seguro que el hombre pensaba que era patética, era la segunda vez que la veía en una situación como esa.

Se lavó la cara con agua fría y con un largo suspiro, luego salió del baño para preparar las cosas de la comida.

Cuando la mesa estuvo lista, se dirigió al pie de la escalera y miro hacia arriba, su aspecto lucia más tranquilo, pero aun así, temía perder el control en frente de su hijo.

− La comida está lista – Grito desde la escalera

− ¡Ya vamos!

Escucho el grito de su hijo y sonrió al oírlo tan animado, había sido buenos días para él, o al menos eso era lo que ella creía. Después de unos segundos vio al rubio bajar corriendo siendo seguido con más calma por Sasuke.

− ¡Me lavare las manos! – Grito corriendo al baño

Hinata no reprimió su sonrisa al verlo correr y salir a los pocos segundos, listo para la comida. Los Onigris eran su comida favorita, y a ella le gustaba complacer a su hijo.

− ¡Vamos! – Dijo animado

Hinata y Sasuke caminaron tras él, que enseguida se sentó en la mesa. Cuando llegaron a la mesa, Bolt le pidió a Sasuke que se sentara a su lado, cosa que el moreno hizo un tanto a regañadientes, estar en esa casa le daba una extraña sensación de vacío y malestar, o tal vez era simplemente que envidiaba la relación de Hinata y Bolt, porque a él le hubiese gustado que Sarada se apoyara en él, y que lo apoyara a salir adelante. Y sin embargo ella estaba con Sakura.

− Itadakimasu

La voz de Bolt lo sacó de su ensoñación, para divertirlo levemente por su carácter un tanto bipolar, hacia pocas horas estuvo llorando entre sus brazos y ahora no dejaba de sonreír.

Tonos de fríoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora