Capítulo 32.- Batalla Konoha (Primera parte)

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Bueno, los personajes no me pertenecen, si no a su creador Masashi Kishimoto

Capítulo 32.− Batalla Konoha.

Parte 1.- Ataque.

El polvo comenzaba a asentarse, pero el impacto de las explosiones aun la mantenía desorientada. Como pudo se puso de pie, saliendo de lo florería, que parecía caería de un segundo a otro.

Dio una bocanada de aire al salir a la calle, viendo como el resto de la aldea lucía igual que lo que un día fue la florería familiar. Lo único bueno era que solo ella estaba dentro cuando todo pasó.

− Inojin – Susurró después de unos segundos.

Enfocó su vista hacía el edificio de la academia, para descubrir que no quedaba ni un rastro de este, no había ni un solo pilar de pie.

− ¡Inojin!

Corrió por las calles, ignorando el polvo y los escombros, veía a ninjas con mascara sacar a personas de los escombros y desaparecer con rapidez, llevándolos probablemente a un lugar seguro. No eran Anbu, debían ser Raíz. Tal vez Sai ya estuviera junto a Inojin protegiéndolo, pero ella debía estar junto a su hijo también.

− ¡Ino!

Se detuvo en seco ante el grito de Shikamaru, saltando hacía atrás, apenas esquivando un enorme ciempiés que había aparecido de la nada. Su boca se había abierto a más no poder, sin entender por completo lo que pasaba.

Cerró los ojos, apretándolos con fuerza por unos segundos.

− ¡Yo me encargo! – Les gritó a Shikamaru y Chouji, que no supo de donde había salido – ¡Vallan por los niños!

Chouji miró a Shikamaru, que negó con la cabeza, señalando atrás del animal, donde unos lobos se acercaban a ellos con rapidez.

− Demonios – Musito Shikamaru preparando su sombre – ¡Encárguense del grande!

Su sombra se volvió picos, atravesando a los lobos, viendo a Chouji agrandar su mano para sujetar al insecto, apretando su cabeza hasta que estalló con un ruido acuoso. Ino se alejó para esquivar la sangre que caía en la calle, no podía enfocar a quien fuera que hubiera hecho esa invocación.

− Tenemos que darnos...

Se quedó sin aliento al sentir una mano sobre su cabeza, estaba fría, no era un compañero queriendo llamar su atención, la estaban atacando. Por el pánico en el rostro de sus compañeros, sabía que no era nada bueno. ¿En qué momento se descuidó?

− ¿Dónde está Naruto Uzumaki? – Escuchó tras ella.

La rubia tembló sin querer, si Shikamaru lucía ese rostro de miedo...

− ¡No se lo digas! – Gritó con fuerza.

Se moría de miedo, no creía que sus piernas la soportaran por mucho más tiempo, pero tenía un deber, tenía que proteger su hogar, el mundo que le heredaría a su hijo. Además de que lo más probable era que la mataran aun si decían dónde estaba Naruto.

− Sí así lo quieren – Escuchó tras ella.

− ¡Ino! – Gritó Shikamaru corriendo hacia ella.

Cerró los ojos con fuerza, sintiendo como sus lágrimas caían por sus mejillas, hubiera deseado no estar enojada con su hijo antes de morir.

Escuchó un zumbido cerca de su oído y abrió los ojos debido a la sorpresa, sintiendo como el agarre sobre su cabeza disminuía y viendo caer a su lado un brazo.

Tonos de fríoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora