El fin de semana ya ha llegado y estoy solo en casa.
Cualquier chico de mi edad estaría feliz con esta situación, pero yo soy la excepción. Y es que cada vez que veo la sala vacía, me es imposible no evocar esos momentos que pasamos abrazados sobre el sofá viendo las comedias románticas que tanto te gustan.
Y acabo llorando.
Y acabo reprochándome por lo que hice.
Y acabo convenciéndome por enésima vez de que, aunque pasen mil años, yo siempre estaré aquí, esperando a que regreses para volver a ver, acurrucados, tu película favorita.
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Y sin embargo, te quiero
Short StoryUn error lo comete cualquiera. Sin embargo, hay algunos que no solo destrozan un corazón, sino que arrasan con dos. O con tres. ¿Qué tan difícil es afrontar una infidelidad?