ELLA

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Una palpitante lluvia empieza a empaparme poco a poco. Acelero el paso, intentando esquivar algunos charcos.

Todavía no puedo borrar de mi mente el gesto que se le dibujó en el rostro a Aarón cuando le dije la verdad. Aunque sé que he hecho lo correcto, me siento mal por él. Sin embargo, soy consciente de que tarde o temprano, me lo agradecerá.

Al fin y al cabo, amor a medias... no es amor.

Continúo caminando, sin estar muy segura de si me estoy dirigiendo al lugar correcto. Es algo que se me ha ocurrido de repente, pero que siento que debo hacer para aclarar mi mente de una vez por todas.

Me acerco cada vez más a mi destino, hasta que consigo atisbar su casa. Esta vez mis pasos son más lentos, a pesar de que esto suponga que las gotas de lluvia sigan empapándome por completo.

Ya no estoy segura de lo que quiero hacer, pero, de todas maneras, dubitativa, continúo avanzando.

Agitada, llego por fin. Pienso en si debo tocar el timbre, pero la lluvia apresura mi decisión.

Lo hago repentinamente y los segundos siguientes se me hacen eternos.

Pasados dos minutos, la puerta se abre y cuando me ve, parece asustarse.

— Hola, Victoria —le suelto de inmediato.

— Hola —titubea ella.

— Quiero hablar contigo.

— Gema, mira...

— ¿Me vas a dejar afuera, mojándome?

Victoria chasquea la lengua y niega con la cabeza.

— Está bien. Pasa—dice, forzando una sonrisa.

Yo asiento y entro en su casa. Dejo mi abrigo sobre uno de los sofás y me siento de inmediato.

Ella hace lo propio. Se sienta, pero su semblante es desolador. Parece destruida, sin ganas de nada. ¿Dónde quedó esa persona que durante mucho tiempo me dio muchas alegrías? ¿Dónde quedó esa persona que me juró lealtad? ¿Dónde está esa Victoria? ¿Dónde está la que fue mi mejor amiga?

— Necesito que me digas qué fue lo que pasó. Todo. Detalladamente.

Victoria agacha la cabeza, se cubre con sus antebrazos y empieza a llorar.

Yo me levanto del sofá en el que estoy y me coloco a su lado.

— Necesito saber lo que sucedió—me quedo en silencio por unos segundos y prosigo—. ¿Luisa dijo la verdad?

Aunque Victoria demostró con su accionar que Luisa que no había mentido, necesito que ella me lo diga. Que ella acepte que tomó nuestra amistad y la hizo trizas siendo consciente de lo que hacía.

— Sí, sí dijo la verdad —musita y continúa llorando.

En ese instante, el mundo se me viene abajo.

Ya está, no hay más que decir. Victoria no vale la pena y lo mejor será alejarme de ella para siempre. Lo último que necesito en estos momentos es rodearme de personas tóxicas.

— Pero lo hice por amor... —suelta, de repente.

Su declaración me deja anonadada. No puedo creer que esté justificando su deplorable accionar.

— ¿En serio te está justificando en eso? Escúchate, todo esto es patético. Si empezabas a sentir cosas por Darío me lo hubieras dicho o, en todo caso, te hubieras alejado de los dos. Pero no, actuaste con desdén y maliciosamente.

— No estás entendiendo nada...

— ¿Qué no estoy entendiendo?

— Yo no me enamoré de Darío.

— ¿Entonces? ¿De quién?

La respuesta la obtengo de la manera más inesperada cuando siento sus labios sobre los míos. Así, de repente. Como un globo que revienta... o como una amistad que se desmorona para siempre.

***

Después de taaaanto tiempo, aquí está uno de los capítulos más inesperados. No falta nada para que la historia termine :D

Recuerden que pueden seguirme en Twitter e Instagram como: rodalejandroq

Muchas gracias por su apoyo y paciencia. Espero acabar la novela esta semana ♥

Y sin embargo, te quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora