Capitulo 2

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-Leonardo
-Leonardo, ayúdame
-¿Quién hay allí?-, pregunto la tortuga dentro de su meditación, dentro del mundo de los espíritus.
-Ayúdame, por favor- le pidió esa voz. El de azul, se puso de pie, en ese mundo siniestro, y pudo distinguir una figura desde la lejanía.
-¿Quién eres?-, le pregunto.
-Mi nombre es Onatagui, y soy un espíritu encerado en el mundo de las sombras. Solo por los pecados de mi madre. Me siento sola, y lo único que pido es que me ayudes a recuperar mi cuerpo-, le respondió la voz.
-¿Y cómo crees que pueda hacerlo?-
-Yo sé que guardas un gran secreto, yo te podré ayudar, enseñar cómo utilizarlo, como controlarlos. Pero para eso me tendrás que ayudar. ¿Quieres ayudarme?-, le pregunto la sombra. La tortuga solo pensó unos segundos, para mirar enfrente y decidido, decir:
-Sí-
No noto como la sombra sonrió de lado y que otra, que era solamente visible a Onatagui, sonreía con toda la malicia existente en este mundo.
-Entonces repite mis palabras. "Yo liberó a esta sombra, de cualquier cadena que la retenía de la libertad y con el poder del heredero del Shagoto, te dejo libre" luego sintieras un brillo y de allí ya habrás hecho todo lo posible-
-Yo liberó a esta sombra, de cualquier cadena que la retenía de la libertad y con el poder del heredero del Shagoto, te dejo libre-, entonces sintió un dolor en el pecho.
-Gracias. Pronto te devolveré el favor-, y de allí, una luz proveniente del pecho del mutante, ilumino todo ese lugar. Pero a la vez fue un dolor, que no pudo evitar gritar.

-Leo, Leo-, la tortuga oyó como le llamaban, y fue abriendo los ojos. Solo para ver qué estaba tumbado, y tres Cabezas verdes le miraban desde arriba.
-¿Qué ha pasado?-, pregunto, sin importarse de levantarse.
-Hubo una luz muy brillante, proveniente de aquí. Después te oímos gritar y te vimos aquí tirado-, le explico el de naranja, que se notó que tenía un trozo de pizza en la mano ocultándolo.
-Vale. Y Mickey, por favor, pizza en el dojo, no-, entonces en ese momento, el de rojo le miro, de una manera que decía "O sales corriendo, o limpio el suelo con tu cara", y el menor salió de lo más rápido posible de la sala. El de rojo le extendió una mano, que cogió para ayudar a que se levantase, el de azul.
-¿Qué pasó aquí dentro?-, pregunto el de morado.
-Solo recuerdo hablar con alguien en el mundo de los espíritus. Decirle algo y luego un dolor en el pecho y un brillo-
-¿Cómo que un dolor en el pecho?-
-Como si, Mmm, usaras algo poderoso, pero no sabes controlar-
-Raro e interesante-, le comentó el genio que salió del dojo, de vuelta en su mundo, dejando a los dos mayores dentro.
-¿Te sientes bien o te sigue doliendo?-, le pregunto, preocupado el de rojo.
-Me siento bastante bien, no te tienes que preocupar. Pero en mi opinión deberías coger tus sais de la pared e ir preparándote para el patrullaje-, le respondió.
-Tan mandón, como siempre-, le dijo el de rojo, mientras se acercaba a los sais.
-Y tú tan gruñón, como siempre. Venga que te quiero ver en dos minutos en la puerta del Ralorazer (No sé cómo se escribe, si alguien lo sabe, por favor coméntelo)-, le ordenó.
-Lo que digas Bobonardo-, le respondió el gruñón mientras puso uno de sus pies en la pared y con las dos manos intentar sacar el Sai de la pared. Tiro una vez, dos veces y tuvo que poner sus dos píes en la pared y apoyar el peso en el, hasta un punto en que el arma se soltó un poco y él dijo:
-Manzanas espaciales- y se cayo de espaldas al suelo. El mayor de todos, intentaba no reírse por la escena de su hermano gruñón. El que estaba en el suelo le miro con una cara de enojo; el otro se giró y levanto las manos enseñando que él no había hecho nada. Salió y se dirigió al Ralorazer, se sentó en su sitio y fue pensando:
<<¿Quién será esa Onatagui?, ¿por qué me pidió la ayuda a mi? ¿Cómo sabe de mi secreto? ¿Quién es ese heredero de Shagoto? Dijo que me enseñaría a controlar esto, así que podré preguntarle>>
El líder estaba demasiado dentro en sus penas entes que no noto que sus hermanos estaban allí.
-Mundo llamando a Leo, mundo llamando a Leonardo-, fue diciendo el menor, mientras movía rápidamente su mano de tres dedos, delante de la cara de líder.
-¿Qué? ¿Dónde? ¿Cuándo?-, respondió rápidamente, el que sumió en sus pensamientos.
-¿Que?: que te as metido en tu mundo. ¿Donde?: en el Ralorazer. ¿Cuándo?: en la hora del patrullaje-, le contestó el genio del grupo.
-Sabes que no era necesario responder, ¿verdad?-, le comentó, el de bandana azul, mientras se ponía bien en su asiento y arrancaba el vehículo.
-Claro que lo sabía, la cosa era, que me daba gracia tu cara-, terminó con una sonrisa, el científico de la familia.
-Jaja-, dijo sarcásticamente el conductor. Al instante de terminar el sarcasmo, el vehículo arranco, haciendo que el alto se cañera por el aceleron; algo que hizo que los otros tres hermanos se riesen.
-No hace gracia-, replicó enfadado el que seguía en el suelo.
-Eso pasa por meterte conmigo-, le dijo entre risas el que iba saliendo de los túneles a la ciudad.

Habían dejado el vehículo, aparcado en un callejón, y se encontraban saltando de edificio en edificio. Pararon en uno concreto, para poder tener un pequeño descanso; el líder, miraba por las calles de Nueva York, buscando algún peligro. Pero los cuatro hermanos, no notaban un par de ojos violetas, mirando directamente al de azul, miraba con malicia y maldad. Entonces los cuatro se pusieron en pose de ataque, al oír una risa, en el edificio.
-¿Quién anda allí?-, pregunto el portador de Katanas.
-De veras no me reconoces, hace unos segundos hemos hablado-, le respondió la voz. Una niebla espesa fue cubriendo el tejado y luego de oír otra risa, vieron a una chica de cabello negro y morado y con unos ojos violetas. Que sonreía con malicia, delante del líder.
-¿Onatagui?-, dijo el de azul, sin quitar la mirada de los ojos de la chica. Sin saber, que se sumía a un hechizo, un hechizo proveniente de una bruja poderosa.

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No sé cómo me a quedado esto, pero espero que lo disfrutéis, pronto publicare el tercer capítulo.
Besos :3 Natalia

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