Si Que Te Odio 《Finalizada》

CAPITULO XIX (19)

[EDITADO]

Ethan.

-- asi que... ¿por eso la trajeron?
-- si, sentimos habértelo ocultado cariño, al igual que tú ella es la consentida en casa y por eso tratamos de hacerla sentir bien.
-- la idea es que no extrañe a su familia allá en Italia- dijo mi padre tomando los hombros de mamá ella estaba triste.
-- no hay problema- les sonrei, no quería estropear el momento y menos verlos con caras tristes-- esta bien, ya la acepté en casa.
-- gracias amor- me abrazó ella con fuerzas.
-- te lo agradeceremos mucho hijo- acercándose a mi me da una suave palmada en el hombro, tenía que cambiar de tema, si a mi me dejó en shock ¿que puedo esperar de Charlote?
-- ¿ya esta lista la cena?- pregunté.

Escuché que me llamaron desde arriba, quedé tan sorprendido que miré a mis padres, ello por poco menos me empujaron para que fuera de inmediato... ¿acaso soy el novio de Charlote? Fue como si se estubiera haciendo el test de embarazo y me empujaron para conocer pronto la noticia. Sin decir nada y algo cabreado subí.

-- ¿estás bien?- dije sin entrar-- ¿Charlote?- no oí nada así que entre con cuidado.
-- ¡Ethan!- se abalanzó sobre mi cuando entré a su dormitorio, ¿estaba llorando?
-- ¿que pasa?- trato de alejarla de mi pecho para mirarla, ¿nos habrá oido?-- respóndeme.
-- mi mamá... ¡no me quiere!- quebrando en llanto sin dejar de abrazarme.
-- pero... ¿por qué piensas eso?- dejé de tensarme, supe que no nos escuchó.
-- dijo que mi vida ahora está en Inglaterra y que no quería que yo volviera, no me quiere.

Me deslizé por la pared hasta llegar al suelo, ella estaba entre mis piernas y no me soltaba, la abrazé sin detener sus penosas lágrimas, no podia decirle nada para calmarla.

-- Ethan.
-- mm.
-- ...¿me odias?
-- no.
-- ¿de verdad?- mueve su cara de lado a lado en mi pecho, se secaba en mi camisa y me hacia cosquillas.
-- si- dije en un suspiro.
-- ¿seguro no me odias?- pone su mirada directo a mis ojos nuestras narices casi chocaban.
-- no te odio Charlote- la miré con una sonrisa.

Charlote.

No entiendo porque acudí a Ethan, sé que es una persona sensible, que acepta igual una orden aunque no quiera, que me hace sentir comoda, sé que no le dirá nada a sus padres, no quería que ellos me vieran llorar. Su perfume me calmaba y su corazón me dormía.

-- ¿no les has hablado del beso que te di?- me escondí en su pecho de nuevo.
-- no.
-- ¿por que subiste?
-- porque me llamaste.
-- lo siento... no queria besarte.
-- no importa, déjalo, yo te desafié.

Estaba tan bien en sus brazos que no quería moverme en lo absoluto, este chico emanaba tranquilidad y cariño, estando con él no me sentia sola y tenia energias para todo.

-- ¿ya paso?- me preguntó con suavidad.
-- si un poco.
-- pienso que deberias dejar a tus padres solos un tiempo, deben tener privacidad ¿no?
--... pervertido, andas buscando a alguien que caiga a tus encantos para liberarte ¡¿ verdad?!- me alejé de él cuando me di cuenta que lo tenia muy abrazado y no precisamente en una posición normal.
-- ...- me dedicó una sonrisa traviesa y se levantó del suelo-- es para ti- toma una caja en papel de regalo y la extiende hacia mí.
-- ¿que es?
-- una sorpresa y también es de bienvenida, me disculpo por no haber asistido- tomé la cajita cuidadosamente entre mis manos.

-- gracias.
-- si ya te sientes mejor puedes bajar a cenar, pero antes lava tu cara- abre la puerta de mi dormitorio.
-- eh si.

Ethan.

Tenía que comportarme como siempre, si de un día para otro comienzo a tratarla bien sospechará de mí puesto que se ve tonta pero no lo es. Su situación me conmueve el alma y siento que tengo que quedarme con ella.

-- ¡¡yaa!!- sale rápidamente y me abrazá por la espalda, me asustó.
-- ¡¿Charlote?! "Ya" que.
-- ¡¡esta genial!!- dijo sin soltarme-- ¡¡el celular es genial!
-- que bien que te guste... era para que dejaras descansar al pobre que ya esta viejo.
-- ¡me diste una buena bienvenida!- apretujándome aun mas.
-- eh, me aprietas demasiado, ¡estás quitándome el aire!- me quejé, me costaba respirar.
-- ¡gracias!- después de eso me suelta.
-- se te esta haciendo costumbre abrazarme- le sonrei pícaro.
-- ¡no seas tonto! Estoy contenta solo por eso- ¡¡¿que?!! ¿Le bajó el grado al insulto?
-- ¿y cuando te cargué hoy?
-- ... es... también estaba contenta, llevé a cabo mi plan malvado.
-- no inventes, se te nota mentirosita.

Charlote.

Tomó mi mentón y lo alzó, él estaba agachado a mi altura, nuestros ojos se encontraron tan cerca que no pude evitar sonrojarme, la cara me ardía y salia humo. El me guiñó un ojo y mi pobre cabeza explotó con tanta sensualidad y bajó.