CAPITULO XI

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[EDITADO]

Ethan.

Me desperté por unas risas divertidas que hacían bullicio desde el antejardín, miré a mi lado y Angeus no estaba, que extraño, una vez que entra al dormitorio conmigo no sale hasta que yo lo haga. Me levanté a ver por la ventana... Charlote estaba jugando con Angeus y mi madre supervisando con una enorme sonrisa de nostalgia en su rostro.

-- se levantaron temprano- las miré con una sonrisa-- buenos días.
-- buenos días cariño- se voltea a mirarme-- Angeus ya se ha alimentado.
-- vaya que bien, ¿y ustedes desayunaron?- pregunté.
-- aun no cielo- mirando fascinada a Charlote-- ella quería esperar a que te despertaras.
-- ¿ah si?- eso me sorprendió.
-- mj- asintió.

Ella tenia puesta ropa de deporte, así que supuse que fue la primera en levantarse para ir a trotar. ¿Así que me estaba esperando? Seria un cambio radical, le hizo bien levantarse de madrugada para ir al baño.

-- iré adentro a preparar el desayuno, vigila a Angeus puede que intente morderla.
-- no creo...
-- ¡puede pasar!- me quedó mirando y entró en la casa, hacia un poco de frió, no se como puede estar tan desabrigada.

Charlote.

Estaba jugando con Angeus pero eso no impide que mirara al hijo de los Colombier, estaba con las manos en la chaqueta de polar anaranjada con detalles negros, un gorro negro y jeans verdes agua, se encontraba a la entrada mientras miraba en donde yo estaba. ¡Por qué no lo miré la primera vez que lo conocí?! ah si, se portó como un idiota.

Ethan.

¿Sabrá que estoy aquí o quiere ignorarme porque si?, hasta ahora no se le ha ocurrido mirar para acá, quiero arreglar las cosas así que preferiría empezar de nuevo y ahora, aprovechando que no está mi madre para interrumpir.

-- oye- intento llamar su atención, pero me ignoró-- ¡eh tu!- me acerqué de a poco, tratando de mantenerme tranquilo aunque su actitud me vuelva loco.
-- que- se detiene de jugar y estira su cuerpo.
-- ehm- quedo cerca de ella sin decir nada-- no quiero seguir discutiendo, así que empecemos de nuevo?- la miro fijo esperando su respuesta.
-- ¡ni siquiera habíamos empezado!- suelta de golpe, levanta una ceja y se cruza de brazos.
-- si pero... ¡escucha, si vas a vivir aquí todo un año preferiría evitar problemas contigo, mi madre esta contenta de que estés aquí así que no quiero echarlo a perder!- si, no funcionó, me hizo enojar de un segundo a otro, que habilidosa es.

Charlote.

Oh ¡¡es un chico encantador!! Quiere evitar problemas conmigo... ¿sus ojos son verde agua? Que raro, sin darme cuenta miraba sus ojos como brillantes piedras preciosas, él debe medir como unos 180 y para el debo ser pequeña, así que me puse de puntitas.

Ethan.

-- ¿que... haces?- se me estaba acercando mucho, tomó en sus puños los brazos de mi chaqueta afirmándose en mi.
-- tus ojos...- a medio terminar y entrecierra sus ojos un poco.
-- que- la miro alejándome de su rostro, me puso nervioso ¿no pretendía besarme o si?.

Charlote.

¡¡Santo cielo que estoy haciendo!! Sus ojitos me llamaron mucho la atención, se notaban contentos pero tristes, quería verlos de cerca, muy de cerca. ¡¿Habrá pensado que soy rara o que quería besarle?! posiblemente si.

-- disculpa yo...- me alejo de él.
-- no no paso nada- se agacha hasta llegar a mi altura, nuestros ojos chocaron-- querías verlos ¿no?- esa sonrisa de nuevo, me encanta, me hace sentir segura y nada de vergüenza.
-- ¡si pero ya no!- le dije en un tono brusco y lo empujé, pareció sorprenderse por mi repentina actitud.
-- ok- estirando su cuerpo quedando derecho-- por cierto... soy Ethan Colombier ¿y tu?- estira su mano hacia mi.
-- ya sé quien eres- me puse a mirar para otro lado.
-- es para comenzar de nuevo, después de esto no te molestaré mas- puso los ojos en blanco.
-- Charlote LeBlanck- le dije pero no le di la mano.
-- un gusto conocerla entonces- guarda su mano estirada en el bolsillo y se da vueltas para entrar a la casa.
-- ¡espera! ¿Por qué estas aquí? Creí que irías a la casa de tu amigo.
-- pensé que querías tener el día de hoy para conocerme- se encoge de hombros-- ayudaré con el desayuno.
-- ¿y eso es todo?- se detuvo y me miró sin entender.
-- ¿de que hablas?
-- ¿solo así?, ¿no piensas hablarme ni mirarme... nada? Digo, estaremos viviendo 1 año juntos, ¿no cruzaremos palabra alguna? y seré aun mas desconocida para ti.
-- muchas preguntas en una sola hablada, vas a repetírmelas ahora ¿una por una?- pero que... no lo entiendo ¿es tierno en un momento y pesado en otro?
-- jódete idiota, lo dije con sentimientos ¿y sabes que?...
-- no, no lo se- me interrumpió para decir algo que no venia al caso.
-- ¡eres una mierda!, ¿como es posible que teniendo tan buenos padres tu hayas salido como un asco de ser humano?
-- ¡¿disculpa eres Italiana o Chilena?!- me mira de lado.
-- ¡¡Italiana imbécil!!- le grité, este tipo me enferma cuando se pone así-- ¡ya aprende de donde soy!
-- juraba que eras Chilena, ¿no pasaste a quedarte unos años allá? porque se te pegó un poquito su lenguaje

Ganas de pegarle me sobraban, pero el se dio la vuelta ignorándome, llamo a Angeus y entró en la casa con el cachorro detrás de él. y yo quedé ahí, sin nada mas que decir, ¿como lograría entenderlo si su animo cambia a ratos? recién habíamos comenzado con el pie derecho y tuvo que echarlo a perder, ¿o será que me estaba probando?

-- ¿me pasé?- preguntándome a mi misma, si, este vocabulario tendría que cambiarlo.

Si Que Te Odio 《Finalizada》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora