CAPÍTULO 14

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«¡¡Donde rayos se ha metido!! ¡¡Voy a matarlo cuando lo encuentre!!»

Lauren estaba muy desesperada, no dejaba de mirar su celular en cada semáforo en rojo.


Verónica: ¡Lauren quiero vivir! – Verónica iba nerviosa en el asiento del copiloto, iba aferrada al cinturón de su asiento.

Lauren: ¡¿Por qué rayos no me contesta?! ¡Le dije que tenía que tener el celular en la mano!

Verónica: ¡¿No te han dicho que no manejes con el celular en la mano Jauregui?! ¡Vas a matarnos! – Lauren arrancó el auto cuando el semáforo pasó de nuevo a verde.

Lauren: No seas nena Vero, estás hablando con la sub-campeona de carreras de hace 2 años. Él único que va a morir hoy es Chris. – Aceleró, se acercaban a su casa. No sabía si Chris iba a estar ahí, pero no lo vió al salir del colegio.

Verónica: ¡Que alguien se apiade de mi alma! – Lauren aceleraba cada vez más.

Lauren: No seas tonta. – Se reía de Verónica. Por fin llegaron a su casa. Frenó el auto justo antes de pasarse llevando el buzón. Verónica saltó del auto y se tiró al piso.

Verónica: ¡¡TIERRA!! – Le temblaban las piernas.

Lauren: Espera a que lo encuentre. – Salió del auto y fue a abrir la puerta de la casa. – ¡CHRIS! ¡CHRIS JAUREGUI!

Chris: ¿Qué es todo este alboroto? – Dijo desde las escaleras. El pobre no sabía lo que le esperaba.

Lauren: ¡¿DÓNDE RAYOS TE HABÍAS METIDO?! – Fue hacia él y le tomó de la camisa – ¡Fui a buscarte a la salida y no estabas por ningún lado!

Chris: Yo solo vine a bañarme, jugué ahora y estaba hecho un asco. – Estaba aterrado, aún siendo más alto que Lauren, se sintió como un ratón en manos de un gato.

Lauren: ¿Y tu celular?

Chris: ¡Estaba bañándome!

Lauren: ¿Y cómo llegaste a la casa tan rápido?

Chris: Me vine con Rodrigo en su auto.

Lauren: ¿Quién? – Lauren miró hacia la sala, no se había percatado que había una persona ahí, en la esquina del sillón Rodrigo estaba aterrado viendo a Lauren.

Rodrigo: Hola – Le temblaba el pulso.

Verónica: ¡Lauren cielos! Lo matarás del susto.

Lauren: Bien. – Soltó la camisa de Chris. - ¿Qué sabes de Taylor? Se supone que ibas a estar ahí cuando entrara a quirófano.

Chris: Sí, bueno papá me avisó que iba retrasarse un par de horas. Entrará a quirófano a las cuatro en punto.

Lauren: ¿Y tu celular tiene batería?

Chris: Sí.

Lauren: Bien, no quiero que te vuelvas a separar del celular. Vete ya.

Chris: Si. – Salió y Rodrigo corrió detrás de él apresurando el paso cuando pasó en frente de Lauren.


Salieron de la casa y sólo quedaron Lauren y Verónica.


Verónica: Juro que pensé que se iba a hacer encima. – Lauren se rió.

Lauren: Si, yo también lo pensé. Ese era el objetivo. – Se rieron ambas.

Verónica: ¿Y ahora qué?

Lauren: No sé, esperar supongo. – Se sentó en el sofá, no había pensado en Taylor desde que estaba en las gradas de la cancha.

Verónica: Oye, Lauren, te prohíbo que te pienses en lo que estas pensando. A Taylor no va a sucederle nada, llevan meses haciéndole exámenes y esto es lo mejor para ella en estos momentos.

Lauren: Lo sé, sólo que no dejo de preguntarme si soy una buena hermana.

Verónica: Vamos Jauregui. – Se sentó al lado de ella. – Eres la mejor hermana que conozco ¿De acuerdo?

Lauren: Pero no estoy allí con ella. – Sintió miedo.

Verónica: Eso no te hace mala hermana, tú y yo sabemos bien el porqué y es perfectamente comprensible.

Lauren: Si, lo sé. – Una ola de furia se apoderó de ella.

Verónica: Bien, no nos quedaremos aquí. – Le tomó la mano y se levantó. - Vamos a traer a Lucy a su casa y luego vamos al local de Kendall, dibujar te ayudará, siempre te ayuda. Pero esta vez yo conduzco.

Lauren: Esta bien.


Fueron hacia la casa de Lucy, al parecer ya estaba recuperada. Luego se dirigieron al local de Kendall. 


Pasaron la tarde ahí. Riéndose por lo que contaba Lucy y cómo había amanecido esa mañana. Lauren hizo un par de tatuajes a una pareja que deseaba dejar marcados su cuerpo para siempre, era algo relacionado con patos. 



Después de un rato el teléfono de Lauren sonó.


«Acaba de entrar al quirófano, no sabemos nada más.»





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