Tragedia y Pacto

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Recomendación Musical: "Broken" – Revolt Production Music

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Cuando levantó la mirada, recordó de inmediato que ya habían pasado casi dos semanas, pero ya no le importaba. Se adentró en el colegio sin siquiera revisar si había algún profesor o principal cerca, ya no le importaba que alguien la viese y detuviera..., lo único que iba a hacer ese día era despedirse. Giró su mirada hacia su reloj de muñeca y se dio cuenta de lo temprano que era. Mejor. No quería que alguien más la viese, solamente quería hablar con el entrenador e irse de ahí.

Se encaminó hacia el silencioso gimnasio de la primera cadena y suspiró. Deslizó la puerta de entrada y se adentró en el edificio. Volvió a cerrar la puerta detrás de ella y se giró hacia el oscuro interior del gimnasio.

―¿¡Dónde diablos te metiste por casi dos semanas!? ―una voz siseó desde la parte más oscura del lugar, antes de que el dueño diera unos pasos al frente y dejara ver a la chica su identidad.

―K-Kōzō-sensei... ―su voz era casi inaudible y se escuchaba rota, pero aquello no lo logró notar el hombre peli-blanco.

―¡Justo después de tu fiesta de cumpleaños, te desapareces de la nada! ¡¿Acaso te fuiste de viaje?! ¡Bien! ¡Yo no tengo ningún problema en que salgas con tu familia, pero debes avisarme primero! ¡No sólo faltaste a las prácticas, sino que no contestabas tu celular! ¿¡Dónde diablos te metiste para no aparecerte ni para responder mis llamadas!?

―Kōzō-sensei...

―¿K-Katomi? ―relajó su expresión furiosa justo en el instante en que escuchó la voz de su niña rota y triste, avanzó unos pasos y se detuve enfrente de la peli-naranja, pero esta última mantuvo su cabeza gacha.

―M-mi hermana y yo nos vamos a regresar a Los Ángeles el lunes..., terminaré mi último año allá..., e-estuve ausente todos estos días porque tenía que recoger mis papeles en Nenki...., no respondí las llamadas porque perdí mi celular cuando..., c-cuando e-ellos..., ellos...

―¡Katomi! ―Shirogane tomó los hombros de la chica, asustado al ver como se estaba quebrando enfrente de él. Intentó levantarle la mirada sólo para encontrarse con sus orbes anaranjados vacíos, como si no tuvieran vida. La agitó un poco para ver si reaccionaba, lo cual no sucedió e hizo que el padre sobreprotector se asustara aún más―. ¡Katomi, reacciona!

―S-sólo vine para despedirme de usted y agradecerle por todo lo que hizo por mí. Llegué más temprano de lo usual porque no quiero que nadie me vea de esta forma. Por favor..., dígale a Sei-chan que le agradezco por hacerme sentir bien en el club, a Atsu-chan por todas las veces en que platicábamos horas y horas para ver en qué lugar comíamos, a Ryō-chan por todas las veces en las que nos divertíamos en el karaoke, a...

―¡Katomi!

―A Satsu-chan por tantas veces en las que pude contar con una amiga dentro de un lugar de hombres...

―¡Katomi!

―A Dai-chan por hacer del baloncesto más que un deporte gracias a todos sus juegos, a Tetsu-chan por demostrarme lo fuerte que puede ser cualquiera que se pare en la duela, a-a..., a Shin-chan por ser mi mejor amigo y hacer de mi vida una más interesante, a Shū-chan por ser la persona más maravillosa que pude conocer en mi vida, a Naoto-sensei por ser uno de los mejores entrenadores y al resto por ser no solamente un equipo, sino una familia.

―¡Katomi! ―se arrodilló a su altura y clavó su propia mirada en la de la menor, todavía agitándola e intentando despertarla antes de que cayera.

Los recientes gritos molestos se vieron intercambiados por unos asustados. El peli-blanco ya no pensaba en reprenderla por su desaparición..., sólo quería sostenerla antes de que se cayera por lo que sea que estuviera balbuceando.

Miembro IlegítimoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora