Cliché

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Recomendación Musical: "Undying Love" – Two Steps from Hell

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En el momento en que escuchó como alguien deslizó la puerta de entrada, dejó de driblar el balón y lo tomó en dos manos. Chasqueó la lengua y frunció el ceño confundido, puesto que creía todos los integrantes habían ido a la práctica en conjunto con la segunda cadena. Cuando giró sobre sus talones y vio la silueta de quien había entrado, relajó su expresión y se reincorporó en su seguro ser.

―¿Qué demonios haces aquí, idiota? ―él preguntó, avanzando un poco hasta terminar frente al recién llegado―. El entrenador ordenó que todos íbamos a tener una práctica con la segunda cadena..., ve a su gimnasio.

―¿Por qué? ―cuestionó entre dientes, controlándose a sí mismo para no interrumpirle―. Llego un poco tarde al entrenamiento, me encuentro con el equipo dirigiéndose hacia el gimnasio de la segunda cadena por la práctica en conjunto, observo que el estúpido capitán no está con todos y escucho como todos murmuran sobre el hecho que Nijimura Shūzō ya no tiene ese puesto sino Sei-chan ―soltó un pesado suspiro y levantó su mirada hacia el azabache, una expresión inexplicable pero descorazonadora en rostro―. ¿Por qué?

Nijimura volvió a fruncir el ceño confundido por la expresión que tenía la única integrante femenina del equipo, antes de desviar la mirada, girar de nuevo hacia el tablero y lanzar el balón hacia el aro, el cual falló y se desvió hacia el otro costado de la cancha.

―No es de tu incumbencia, Katomi.

Antes de que el balón golpeara la pared, la americana lo atrapó en manos y se volvió hacia el más alto― Lo sé, Shūzō. ―la sonrisa que tenía dibujada en sus labios hizo que el oji-gris bufara divertido y asintiera involuntariamente ante su petición.

Katomi también bufó y emprendió carrera hacia la defensa del excapitán. Comenzó con un drible de su lado izquierdo, dirigiéndose también hacia ese costado. El mayor sonrió victorioso al verse robando el balón, pero la chica ya veía venir su robo por lo que giró sobre su propio eje y comenzó a driblar con su mano derecha. El japonés rio divertido ante lo que acababa de hacer para burlarle, causando que la menor también riera. Mientras el Uno a Uno continuaba, el solitario edificio se vio inundado con sus divertidas risas, el chirrido de sus zapatillas y el rebotar del balón.

Lo siguiente que hizo la peli-naranja fue detener su paso y hacer que el más alto tambaleara hacia adelante, permitiéndole rodearle y dirigirse directamente hacia el tablero. Ella dio unos pasos más, se impulsó con el balón en una mano y fue detenida de frente por el azabache. Sonrió ampliamente cuando vio la expresión del varón en el instante en que ella bajó su brazo hasta su espalda y soltó el tiro por sobre su cabeza. Ambos se giraron sólo para ver como el balón entraba en el aro, dejando que la red vibrara después de que el objeto cayera de nuevo sobre la duela.

―¡Vaya! ―el oji-gris exclamó después de voltear hacia el objeto, tomarlo en manos y comenzar a reír por los movimientos de la más baja―. Eso fue algo que deberás enseñarme en este segundo punto ―pero la oji-naranja no se movió aún tras recibir el balón, sino sólo se le quedó viendo al asiático mientras bajaba el objeto a la altura de su cadera―. ¿Qué sucede?

―Obtuve el primer punto, por lo que merezco que me digas tu razón de dejar la posición de capitán.

Nijimura cerró nuevamente su mandíbula al escuchar eso, frunciendo también el ceño y chasqueando un poco la lengua. Creyó que ya habían dejado eso en los minutos que usaron para jugar, pero se molestó al darse cuenta que la única razón de esa disputa fue obtener lo que esa niña quería.

Miembro IlegítimoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora