Hablemos

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Choroko trataba de seguirle el paso a Karamatsu, quien trotaba casi corriendo para no perder de vista a su objetivo.

La de verde creyó que el joven de azul trataba de plantarles cara o de causar problemas, por lo que lo obligó a detenerlo sujetándolo de un brazo con firmeza.

-¡Espera! – Exclamó alto para luego hablar en voz baja. Aun estaban en una calle rodeados de humanos. – Te dije que no son peligrosos, son de esos ghouls que te hablamos antes, tenemos una tregua de no atacarnos si nos encontramos.

-¡Pero tienen a...!

-¡No es nuestro problema! – Le replicó la mayor. – Deja que se alimenten como puedan.

-¡Es mi hermano! – El rostro de la mujer se palideció con esas palabras.

Choroko dejó de sujetar con fuerza y Karamatsu se deshizo del agarre suavemente

Siguió su camino, pero se frustró cuando no pudo divisar a la pareja de ghouls ni a Ichimatsu, el olor a las docenas de humanos que recorrían la ciudad escondía ese aroma tan distintivo de los ghouls.

Tenía que encontrarlos. Pronto.

Mientras tanto, no muy lejos de ahí, Ichimatsu se extrañaba que la pareja de novios lo haya guiado lejos de las calles transitadas, y por lo tanto, de los restaurantes próximos.

-¿A dónde vamos? – Preguntó con duda.

-Estábamos pensando en comer en casa esta noche. – Dijo el chico.

-Sí, la comida es más rica cuando la haces tú mismo. – Habló la chica levantando la bolsa del supermercado que llevaba en la mano.

Ichimatsu ralentizó el paso.

-No quiero molestarlos. – Dijo bajando un poco la cabeza.

-No es molestia, en serio. – Mencionó en joven de lentes.

-Vamos, deprisa. – La chica adelantó un poco el paso. – Es que tengo mucha hambre. – Le dijo entre sonrisas.

El de purpura estaba apenándose por estas amabilidades de esta gente. Perdido en su mundo, no notó que ambas personas a cada lado miraban detrás y en cada esquina que pasaban. Estaban pendientes si alguien los seguía.

Ya se estaban alejando de la civilización cuando cruzaron a la zona residencial, donde no había mucha gente pasando.

Se metieron por un callejón para acortar camino, ya estaban cerca.

Pero entonces una figura femenina salió del otro extremo del pasaje.

-¡Buenas noches! – Exclamó la figura levantando una mano amigablemente.

Ichimatsu abrió los ojos un poco sorprendido de lo familiar que se le veia esa chica: vestida de jeans apretados y una blusa amarilla que le descubría su ombligo, una chaqueta de algodón blanco y unos zapatos deportivos muy coloridos. Pero lo familiar venia de esa sonrisa tan grande y esos ojos lleno de vida.

La pareja se tensó un poco al verla.

-Parece que tenemos un pequeño problemita... - Dijo Jyushiko con esa sonrisita tan jovial.

-No queremos problemas. – Adelantó la chica un poco nerviosa. Ichimatsu vio el miedo en ella y se preguntó que tenía con esa chica que parecía de secundaria. No parecía una delincuente o algo similar.

-Es una conocida. – Tranquilizó el chico al de purpura. – Este... ¿Tu nombre es...?

-Eso no importa. – Cortó la de amarillo mientras daba uno que otro paso cauteloso. – Lo que importa es que no es hora de comer para ustedes.

Matsuno GhoulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora