-Si tocas mis cosas, te asesinaré. – Decía Ichiko con esa mirada fría tan característica de ella. Acto siguiente se dio vuelta y se esfumó del lugar. Las chicas intercambiaron unas miradas cómplices y la siguieron, dejando al nuevo huésped dentro de su nueva habitación.
Resulta que habían arreglado las cosas así: Choroko se muda a la habitación de al lado con Osoko, e Ichiko con las dos más jóvenes. Karamatsu ocuparía la habitación restante que le pertenecía a la de púrpura y a la de verde para él solo.
Mientras cerraba la puerta suavemente, llegó a escuchar la voz de Choroko en el pasillo diciendo algo como "Nueva regla de la casa, Jyushiko dejarás de pasearte por ahí desnuda... Tú también Ichiko", seguido de un chasquido de lengua proveniente seguramente de la ultima nombrada.
Cuando la puerta estuvo del todo cerrada, el penetrante aroma de cierta joven de avellanas hizo su debido efecto en el azul.
Apenas estuvo unos instantes a solas, Karamatsu se cubrió instintivamente allí abajo para ocultar su excitación, a pesar de que no había nadie para verlo.
"Esto va a ser más difícil de lo que pensaba..."
Al pasar los minutos, cuando ya se había tranquilizado un poco, ya había desempacado la poca ropa que tenía en unos de los muebles del lugar. Por ahora se encontraba meditando cuál cama elegiría para descansar.
Ambas eran de madera maciza, con sabanas blancas y cobertores de colores. En la cama de la izquierda, predominaba un cobertor verde con detalles rosas y negros. En la derecha, un cobertor violeta y liso.
Había también un par de armarios grandes, diversos estantes sobre las camas, un escritorio de madera que se denotaba mucho uso y una gran ventana que estaba justo debajo de la cama de (quien pensaba que era) Choroko.
El espacio era más grande que la habitación que compartía con sus hermanos en su hogar...
Karamatsu frunció los labios de preocupación.
¿Era buena idea haberse ido así sin más? Se suponía que era para evitar problemas... Pero no dejaba de sentirse un poco culpable. Al menos había dejado el número de la casa a sus padres para cualquier emergencia. No creyó que sería buena idea dejar la dirección. ¿Y si alguno de sus hermanos lo iba a buscar? No quería arriesgarse a comprometer a las chicas... Además, solo sería unas semanas, podía con esto.
Se sentó en la cama de Ichiko (por ser la que estaba más cerca) y se quedó tratando de imaginar cómo estarían sus hermanos al llegar a casa y darse con que él ya no estaba.
Esperaba que lo ignoraran como siempre, pero... La última vez que vio a sus hermanos, las cosas no terminaron muy bien que digamos. Desapareciendo así solo justificaba más a Choromatsu y a Todomatsu que algo muy raro pasaba. Solo deseaba que todo esto terminara pronto.
El miedo de un nuevo ghoul en la ciudad (y uno realmente peligroso) era un poco palpable en el ambiente cuando Osoko le explicaba la situación. Él pudo haber rechazado la propuesta, pero... Después de todo lo que ellas hicieron por él, no quería abandonarlas... Además, el foco de atención estaban más en ellas, son Karamatsu's Girls después de todo, ¿no? Hasta que Ichiko se recupere, y las cosas se hayan calmado en la ciudad, el segundo hijo estaría viviendo en (casualmente) la casa Matsuno (de ghouls).
Aun no era muy tarde, pero por alguna razón se le empezaron a pesar los ojos.
Con los problemas que tuvo para dormir antes, no desaprovecharía esa oportunidad: se levantó para apagar la luz y se lanzó sin más en la cama de cobertor violeta.
El olor a Ichiko se sentía más vivo y fresco, pero por el momento eso no le trajo ninguna emoción. Se sentía muy cansado de golpe... Muy cansado...

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Matsuno Ghoul
Terror¿Qué harías si te conviertes en una criatura que se alimenta de personas? ¿Como lo sobrellevarías? Karamatsu Matsuno nos lo muestra.