Capitulo 3: El comienzo de la búsqueda.

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Una vez que Chu-Jung aceptó la tarea que Quetzalcoatl le dio, Chu-Jung escuchó a continuación lo que Quetzalcoatl le iba a explicar: debía encontrar un líder valeroso de corazón puro y gran intelecto, después, un joven de mente abierta y con el don de la compasión, y por ultimo, una joven de alma pura, cuya flama del guerrero tiene un brillo incomparable.

Chu-Jung entendió todo esto, aunque sabia que sería difícil encontrar a 3 niños con esas cualidades sin que la oscuridad se enterara. Aun así, Chu-Jung se fue desde el mundo espiritual, al mundo terrenal, a buscar al trío de niños, por todo el mundo.

 -Buena suerte-dijo Quetzalcoatl al ver a Chu-Jung irse.

Mientras, Octavio había llegado a la mansión de Renard. Entró a la mansión acompañado de los escoltas de Renard, y se encontró con Renard, y con su contacto de México que vivía en Argentina, Fernando. Los tres se reunieron en el despacho favorito de Renard, y después de que Renard se sentó en su escritorio, y Fernando y Octavio se sentaran en las butacas frente al escritorio de Renard, comenzó la reunión.

Los tres comenzaron a hablar sobre cómo encontrar el Códice brije, y sacarlo de donde sea que este. A Fernando le encantó la idea de dejar el Códice brije en Mexico, mientras que Renard dijo haber tenido éxito con sus reuniones con el gobierno mexicano, y que financió el futuro viaje a México, la ida al lugar en donde el Códice estaba, porque tenia dinero de sobra para financiar todo eso.

Una vez que Octavio escuchó todo eso, sabia que estaba a sólo pasos de comprobar la existencia de los brijes y de conocer los secretos de estos seres. Lo que Octavio no sabía era sobre los verdaderos planes de Renard, y su felicidad podría ser efímera.

Aun así, Renard, después de dar sus noticias, se dirigió a Octavio y Fernando,quienes estaban felices por lo que anunció.

 -Caballeros, esto es por lo que ustedes soñaron-dijo Renard parándose de su escritorio-.Tu, Octavio, y tu Fernando, dirigirán una de las mas grandes búsquedas jamas planeadas.

 -No lo decepcionaré, sr Renard-dijo Octavio-Le doy a vos mi palabra.

 -Entonces suerte a los dos. pueden retirarse-dijo Renard.

Una vez que Fernando y Octavio se retiraron, Renard se quedó solo en su despacho, revisando documentos suyos.En ese momento, el brije zorro oscuro de Renard, Rufus, aparece y se sube al escritorio de Renard.

 -¿Qué te hace aparecer, Rufus?-preguntó Renard sonriendo-.Hace mucho que dijiste que no soportabas las visitas en mi despacho.

 -Nada especial, amo Renard-dijo Rufus jugando con un pisapapeles-.A menos que usted sea llamado.

 -¿Por quién?-preguntó Renard.

 -El Umbracameo quiere hablar contigo, por supuesto-respondió Rufus-.Esta ansioso, y trae noticias.

Renard se encerró en su despacho y volvió a sentarse en su escritorio. Metió su mano en su bolsillo y sacó un medallón con el rostro de un hombre con barba y pelo largo grabado en el. El Umbracameo comenzó a destilar humo y luz, y Renard comenzó a escuchar.

 -Parece que tu y Rufus llamaron la atención en Recoleta, Buenos Aires-dijo el Umbracameo con la voz de Artafernes de Persia-.Creí que tenían dotes para ocultar el mas mínimo rastro.

 -Primero lo primero, mi señor-dijo Renard-.Rufus me dijo que usted tenia noticias.

 -Claro, lo olvide por completo-dijo el Umbracameo Artafernes-.No pasara bastante tiempo hasta que Octavio encuentre la 1ra pieza del Códice brije. Ese descubrimiento es un arma de doble filo para nosotros.

Brijes la Precuela: Réquiem de una gran batallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora