Capitulo 30: Rumbo a la confrontación en Chichén Itzá.

33 1 0
                                    


Mientras tanto, Leonardo regresó a la mansión de Renard, desde el espejo controlado por la magia del Umbracameo Artafernes. Miguel e Irma, y Esmeralda y Estela Veloz, así como Renard y Rufus, recibieron a Leonardo. Renard y Rufus estaban algo molestos.

 -Me sorprende que los tres fuesen tan tontos como para dejar escapar los tres diamantes-reprendía Renard a Leonardo, Miguel y Esmeralda-.Pero como estos fracasos forman parte de mi plan, creo que les perdono esa a ustedes tres.

 -¿Qué quiere decir, jefe?-preguntó Esmeralda.

 -Que les dejo pasar este error, pero sólo ese-respondió Renard seriamente-.Hasta que no me traigan resultados la próxima vez, uds. deberían, no sé, ver cómo expiar sus errores y reivindicarse de sus derrotas.

Genboria, Irma y Estela Veloz temblaron al oír las palabras de Renard.

 -¿Se deshará de nosotros, jefe?-preguntó Estela Veloz asustado-¡Soy muy lindo y veloz como para morir!

 -Ya cálmate, pajarraco-dijo Genboria calmando a Estela Veloz-.Sabes que a Rufus no le gusta ese comportamiento.

 -Vaya, se ve que tú realmente piensas... a diferencia de los ineptos aquí al lado mio-comentó Rufus sonriendo malévolamente-.Pero no, no nos deshacemos de un oscuro así nomas.

 -¿En serio?-preguntó Estela Veloz.

 -Se conserva la vida con la firmeza de los resultados, Estela-respondió Rufus-Tu comportamiento es deplorable, y tu incompetencia es enorme, como tu infantilismo.

Estela Veloz tragó saliva al oír esas palabras.

 -Sigue de payaso Estela, y te destruiré-terminó de hablar Rufus-.Hablo en serio.

Rufus se fue, dándole la espalda a los tres asustados brijes, y volvió con Renard. Después,  Leonardo, Miguel y Esmeralda, y sus brijes Genboria, Irma y Estela Veloz se reunieron con Renard y Rufus en el despacho. Renard se sentó en su escritorio frente a los niños y sus brijes, quienes estaban asustados. Renard saca el Umbracameo Artafernes estando sentado en su escritorio, mientras Rufus estaba encima del escritorio.

 -No deberías ser tan duro con los tres niños, Renard-dijo el Umbracameo Artafernes-.Se que esos niños fracasaron, lo admito, pero del fracaso se aprende.

 -¡No, te equivocas! Sólo se puede contar con buenos resultados-intervino Rufus algo molesto-.Incluso los negocios se ejecutan con buenos resultados. Yo estaría perfecto.

 -Ya te oí, viejo amigo. Por eso a veces no podíamos congeniar, pero debes tener paciencia-dijo el Umbracameo Artafernes-.La paciencia es una buena arma incluso para los malvados.

 -Entendido-dijo Rufus a regañadientes.

 -Así que...¿qué ordenas, mi señor?-preguntó Renard.

 -Dejemos que esos niños buscadores se diviertan en el pasado-respondió el Umbracameo Artafernes-.Cuando llegue el momento, envía a tus tres lugartenientes.

 -¿A todos?-preguntó Renard.

 -Así es. Está decidido. Aunque los buscadores ganen, y hubiera sido bueno que Leonardo, su hermano y hermanastra fuesen los verdaderos buscadores, tu Renard, seguirás el plan, y tendrás los seis diamantes a ultimo segundo-respondió el Umbracameo Artafernes-.Es una orden, y debes cumplirla.

 -Entendido-dijo Renard.

Cae la noche tanto en el pasado, como en el presente. Pero en el pasado, en la antigua Chichén Itzá, Guillermo y sus hermanos, sus brijes Bolger, Chip y Lizzara, Zompul Balam y Tetzin, y algunos niños Mayas con sus brijes, los amigos de Guillermo y Bolger, se reunieron alrededor de una fogata, a escuchar historias.

Brijes la Precuela: Réquiem de una gran batallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora