Brijes la Precuela: Réquiem de una gran batalla

Capitulo 9: Hacia el desespero.

Aun en el museo de historia, Octavio le comunicaba a los dueños del museo de historia su decisión de no exhibir ni divulgar nada sobre el Códice a los mexicanos, por la única razón de que no era sabio tener dos piezas del Códice juntas en un mismo lugar, en el museo. Los dueños del museo aceptan estas condiciones y juran no exhibir el Códice, y mantener el secreto que Octavio poseía.   

Después de esto, Octavio tomó todo el tiempo que le sobró y siguió con su viaje por los lugares famosos de México. En sus andanzas, Octavio va a la Isla Mujeres, donde compra una tobillera, también de aspecto indígena, para Guillermo, y 3 camisetas. Por ultimo, Octavio degustaba un plato de pescado, de esos que habían en uno de los restaurantes de la Isla Mujeres.

Mientras tanto, Renard y Garras hablaron sobre el hecho de que Octavio se estaba volviendo una amenaza para sus planes. Entonces Garras le sugiere a Renard una cosa: Dejar a Octavio vivir hasta la próxima vez que viaje, y cuando suceda, luz verde para acabarlo. Renard acepta gustoso la sugerencia, y a la vez siente un gran remordimiento cerca.

Después de pasar un buen rato en la Isla Mujeres, Octavio regresa una vez mas al Sevilla Palace para descansar. Octavio hablaba de nuevo por teléfono, esta vez con Guillermo. Al día siguiente, el tercer día de estadía, Octavio visita Xcaret, el famoso parque eco-arqueológico que estaba ubicado a 72 km al sur de Cancun. Allí, Octavio disfrutaba de recorridos ecológicos y de alimentar tortugas marinas junto con otros turistas. Después de esto, Octavio visitaba el famoso Tlachco, un teatro en donde daba comienzo el evento cultural que narraba la cronología de México, desde la antigüedad hasta la actualidad. Curiosamente, el evento agregaba al repertorio, la historia sobre la alianza entre humanos y brijes. Octavio disfrutó de aquel evento cultural, y tendría mucho que contarle a su hijo Guillermo.

Llegaba el 4to y ultimo día de estadía de Octavio. Esta vez, Octavio visitaba la antigua ciudad de Chichén Itzá, la legendaria ciudad maya, famosa por el curioso fenómeno de luz y sombra llamado "El Descenso de Kukulcán", el cual ocurre durante los equinoccios de otoño y primavera. El curioso fenómeno consistía en la proyección de sombras triangulares en el lado noreste de la pirámide llamada "El castillo", que emulaban la figura del mismísimo Kukulcán, según las notas que Octavio redactaba en su libro de notas.

A diferencia de los otros lugares que había visitado, Chichén Itzá fue de gran interés para Octavio, ya que de allí partiría su investigación sobre los 7 diamantes y una infinidad de información extra para futuras tesis y exposiciones.

Y al 5to día, Octavio preparaba su equipaje para ir de regreso a Argentina, y después tomaba un avión de regreso a su país, desde el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México. El avión despegaba y comenzaba su vuelo de vuelta a Argentina. 

Mientras tanto, en el mundo espiritual, el Concejo brije daba inicio a otra reunión. Chu-Jung anunciaba en esa reunión que le faltaba un solo lugar por buscar en el mundo terrenal, y encontrar a los tres niños que el concejo necesitaba.

 -Esa es una buena noticia-le dijo Quetzalcoatl a Chu-Jung-.Bien, yo también tengo noticias que dar a nuestros compañeros.

 -¿Y cuales son esas noticias?-preguntó Ra con interés-.Ha de ser algo muy bueno a mi parecer.

 -Detecté a un estudioso humano, que trajo el Códice brije y lo guardó en un museo-respondió Quetzalcoatl-.Ambas piezas del Códice brije, están juntas, pero separadas. Quiere decir que en unos años comenzará la activación.

 -Eso es bueno-dijo Poseidon-; pero la oscuridad lo sabrá también, a causa de Rufus.

 -Tienes razón, Poseidon. A menos que Rufus sea detenido antes, la activación peligraría-dijo Ra con algo de seriedad-.Ese brije oscuro podría anticipar nuestros movimientos.