Capitulo 13: Un aterrador encuentro.

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Un nuevo día comenzó. En la mansión de Renard, Leonardo y Genboria dormían en el diván desde anoche. De repente, Rufus aparece.

 -¡Despierten ya, par de dormilones! ¡Ahora mismo!-le gritaba Rufus a Leonardo y Genboria.

Leonardo y Genboria despertaron asustados y cayeron al suelo, quejándose ambos del dolor, pues Genboria le cayó encima a Leonardo. 

 -Por favor Rufus, sos un zorro muy malhumorado-dijo Leonardo levantándose del suelo y bostezando después-.Al menos vos deberías ser mas amable.

 -Si no fueras tan infantil, Koffmann, te hubiese destrozado desde el inicio, briboncillo-dijo Rufus malhumorado-.Sigue así, y te arrancare los huesos.

 -Uy si. ¡Vos y tus amenazas!-dijo Leonardo altanero-.¡Ay Rufus, creo que el infantil sos vos para empezar!

 -¡Cuida tu bocota Koffmann! Si no fuera un brije zorro pequeño ya te habría puesto en tu lugar-dijo Rufus molesto-.Suerte que eres el preferido de Renard. ¡Niño malcriado, rico y mimado!

 -¡¿Quién es el mimado ahora, eh?!-vociferaba Leonardo molesto-.¡Decímelo en mi cara, Rufus!

 -Ya dejen de discutir los dos-ordenaba Renard con voz autoritaria-.Tu Rufus, deja en paz a mi discípulo y a Genboria. Es una orden.

 -¡No soporto a ese niño!-dijo Rufus molesto-.¡Es un pequeño tormento!

 -Pues tendrás que soportarlo, Rufus-dijo Renard-Leonardo es la llave a nuestro éxito. Recuerda lo que tu y yo acordamos.

 -Si, mi señor Renard-dijo Rufus molesto, pero con inconformidad-.En serio no soporto a ese niño. Grandisimo malcriado.

Mientras, Guillermo despertaba después de quedarse meditando toda la noche. Una vez levantado, se cepilla y toma un baño, y se vistió en su habitación. Mientras, Lucas y Ariana ya estaban sentados en la mesa desayunando. En la mesa estaba el periódico con una nueva primera plana que titulaba: "Otro avistamiento del hombre-tortuga en Funes".

 -Es la enésima vez que colocan esto-dijo Lucas viendo el periódico-.Vos y yo sabemos que aun siguen siendo fotos trucadas, Ariana.

Guillermo se sentó con sus hermanos en la mesa a desayunar, mientras Lucas hablaba con Ariana sobre lo del periódico.

 -Para que vos veás que hay demasiada gente perdiendo el tiempo en puras chorradas-le dijo Ariana a Lucas-.No es como si el hombre tortuga existiera, ¿o si, Lucas?

 -Yo no se. Es complicado de decir-dijo Lucas encogiéndose de hombros-.La verdad es que ni vos ni yo lo sabemos. Si hubiera tal cosa suelta por allí, ya la hubiesen agarrado.

 -Vaya, estos titulares eran la comidilla del pueblo cuando papá estaba vivo-dijo Guillermo suspirando con nostalgia mientras leía el periódico-.Ahora que papá ya no está, ahora ven al monstruo con mas frecuencia que nunca.

 -Y en nuestra ciudad para empezar-agregaba Ariana-.Pregúntate esto, Guillermo. Si en verdad hay un hombre-tortuga suelto en Argentina, ¿como es que nadie lo ha visto, o lo peor, que lo hayan capturado?

Al oír esa pregunta, el instinto investigador de Guillermo se disparaba. Ahora Guillermo deseaba encontrar al hombre tortuga, que sin duda, era una forma guerrera. Guillermo salió de su casa, y tomaba un autobús que lo llevó a una de las plazas de Funes. Una vez allí, Guillermo jugaba con algunos amigos y vecinos, también niños.

Guillermo podría haber seguido con lo suyo, cuando de pronto, una luz distrae a los niños y niñas, y a los adultos. Eran Leonardo y Genboria que aparecieron llamando la atención de todos. Los niños podían ver al brije tortuga Genboria, mientras que los padres de los niños solo veían a Leonardo, quien ademas de vestir camisa azul, bermudas color café claro, zapatos turquesa y azul, y su banda para la cabeza, usaba guantes naranja, una pañoleta triangular rojo vivo atada al cuello y un suéter verde atado a la cintura.

Brijes la Precuela: Réquiem de una gran batallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora