Capitulo 18: Atrapado, liberado, pero perdidos al final.

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Guillermo aun estaba atrapado en el auto ya hundido, con Fernando aun inconsciente junto a él, luchando por quitarse el cinturón de seguridad que tenía puesto desde el comienzo. La desesperación se apoderaba de Guillermo, pues no podía quitarse el cinturón, y en la desesperación, Guillermo tragaba agua sin saberlo, y perdía aire.

Al gritar y hacer burbujas por lo frustrado que estaba, Guillermo perdió la consciencia, y se ahogó, cerrando los ojos lentamente. Todo era oscuridad. La mente de Guillermo se debatía en ese momento entre entre rendirse y morir, o seguir y vivir. Aun inconsciente y a punto de morir, Guillermo oía a su padre en sus pensamientos, animándolo a seguir viviendo, y seguir luchando. Después de unas horas, algo llenó de oxígeno a Guillermo, quien empezaba a recuperar su consciencia lentamente. Cuando Guillermo abría los ojos lentamente, pudo ver a Fernando muriéndose ahogado frente a él, después de salvarle la vida y liberarlo al mismo tiempo.

Guillermo, al despertar del todo, vio a Fernando y trató de sacarlo, pero era tarde, pues ya había muerto. Con dolor en su rostro, Guillermo salió del auto hundido, y nadó hacia la superficie. Al emerger, Guillermo fue rodeado por Lucas y Ariana, quienes estaban felices de saber que Guillermo sobrevivió al temible ataque de Leonardo (Forma guerrera).

 -¿Y Fernando?-preguntó Lucas.

Guillermo miró con tristeza a sus hermanos al oír esa pregunta.

 -No lo logró, ¿verdad?-dijo Ariana-.Ha muerto.

 -El me salvó la vida, hermanos-dijo Guillermo con lágrimas en sus ojos-.Si no fuera por el, yo...

 -Ya vos estarías muerto. ¿No?-dijo Lucas-.Ahora hay un muerto a causa de los desmanes de esa forma guerrera.

 -Lo sé, Lucas. Es que todo sucedió muy rápido-dijo Guillermo-.Por un momento estaba con un pie en el otro mundo, pero mi papá me dijo...

 -Pero papá está muerto-dijo Ariana-.¿Como fue que vos...? 

 -¿Lo escuché a él? El me habló. Me dijo que no estaba listo para irme con él-dijo Guillermo-.También me dijo que tenía cosas que hacer.

 -Seguro tragaste mucha agua allá abajo, que ya empezás a oír cosas, Guillermo-dijo Lucas. 

 -Solo hay algo que saber en este momento, hermanos-dijo Ariana.

 -¿Y qué es?-preguntó Lucas.

 -¿Cómo salir de este embrollo?-preguntó Ariana-.Ya duramos mucho tiempo aquí, a la deriva, en la Setubal.

Los 3 niños nadaron hasta la orilla de la laguna Setubal. En unas horas, ya los 3 niños llegaron a la orilla, y cayeron rendidos al suelo, cansados. Después de un corto descanso, Guillermo y sus hermanos se levantan y volvieron a caminar hasta quedar de nuevo en Santa Fe, lejos de Funes, lejos de casa, lejos de todo. En la noche.

 -Tenemos que alejarnos de aquí, hermanos. Ahora-dijo Guillermo-.La policía no va a tardar en venir por lo que pasó aquí.

Tan pronto Guillermo terminó de hablar, comenzó a llover a cántaros. Esa lluvia mojaba aun mas a Guillermo y sus hermanos.

 -¡Ay, por favor!-se oyó la voz de Guillermo en toda Santa Fe.

Y Guillermo y sus hermanos comenzaron su recorrido sin punto de llegada, por Santa Fe. Mojados, helados, y con la lluvia cayéndoles encima, Guillermo y sus hermanos caminaban sin rumbo fijo, hacia adelante, sin esperanza de conseguir un lugar en donde pasar la noche. Cuando Guillermo y sus hermanos no solamente recorrieron un largo trecho, sino que también comenzaban a perder la esperanza, algo surgió. Lucas divisó un raro edificio de dos plantas, y llevó a Guillermo y Ariana hasta allá. Al llegar, Guillermo reconoce el edificio como la panadería del sr. Honorio, el padre de Octavio.

 -¿Nos trajiste hasta esta panadería que encima...está cerrada?-preguntó Ariana molesta y temblando de frío-.Por favor, Lucas. ¡Esto es lo mas tonto que has hecho!

 -No, Ariana. Es una buena idea-dijo Guillermo-.Nos trajo con Honorio, el papá de mi papá.

 De repente se oye el timbre sonar con insistencia. Era Lucas tocando el timbre.

 -¡Lucas!-gritaron Guillermo y Ariana a coro.

 -Ok, no se enojen-dijo Lucas-.No fue para tanto.

Esa misma noche lluviosa, Leonardo y Genboria regresaban a la mansión de Renard después de sus fechorías. Una vez adentro, Leonardo encuentra a Renard sentado en la sala con su brije zorro Rufus.

 -¿Vos seguís desvelado?-preguntó Leonardo-.¿O es que vos te quedaste esperándonos, jefe?

 -No tienes idea, Leo-respondió Renard-.Sobre todo si tengo problemas.

 -¿Con quién, tus acreedores?-preguntó Leonardo de nuevo.

 -Peor. El Rey Sirveal me ha pedido un imposible-respondió Renard-.Está enojado conmigo, y está impaciente.

 -¡¿El Rey Sirveal?! ¿Vos hiciste un trato con ese tipo?-preguntó Leonardo algo preocupado-.Renard, por favor. ¿Recordás lo que pasó con el ultimo pibe que se retrasó en sus deudas?

Renard tuvo una escena retrospectiva sobre su charla con el Rey Sirveal. Despues de unos minutos...

 -Si, lo entiendo bien, Leo-dijo Renard limpiándose el sudor de su cara con un pañuelo azul-.Creí que conocías a Sirveal. El es quien orquesta mis planes.

 -Entiendo, tu jefe-dijo Leonardo-.Sobre los niños que me pediste eliminar...

 -¿Qué pasó? ¿Siguen vivos?-preguntó Renard.

 -Me los eché a los tres-respondió Leonardo sonriendo-.Ahora sus cadáveres están en el fondo de la laguna Setubal. Cuando esos tres huyeron en el carro del tipo ese, Fernando...

 -Te comprometiste-dijo Renard.

 -Tal vez, pero no dirán nada, ya que esos niños se ahogaron-continuó Leonardo-.No hay pruebas que te incriminen por eso.

Mientras, Guillermo y sus hermanos continuaban esperando frente a la puerta, en la panadería del sr. Honorio. La cerradura sonó, y Honorio abría la puerta. Cual seria su sorpresa, al ver a Guillermo y sus hermanos mojados y casi congelados frente a el. Una sorpresa inesperada para Honorio.

 -Guillermo, Lucas, Ariana. ¿Que hacen uds tres aquí?-dijo sorprendido Honorio-.¿Tienen idea de en dónde están ahora?

 -Larga historia, abuelo-dijo Guillermo temblando de frío-.¿La querés oír?

Honorio deja entrar a los 3 niños a su panadería, y los lleva a un sótano enorme bajo el edificio. Este sótano tenía baños, vestidor y un jacuzzi para 7 personas de metro y medio de profundidad, con calentador. Honorio le cuenta esto a Guillermo:

 -Hace muchos años que mandé hacer este edificio con este sótano una vez me instalé en Santa Fe, antes de que mi hijo Octavio naciera. Tiene la panadería abajo y mi casa justo arriba. Y este sótano no solo es para la mercancía, también tiene todo esto que vos estás viendo, Guillermo. Algo envidiable si me lo preguntas.

Guillermo y sus hermanos estaban impresionados con lo que vieron, mientras Honorio preparaba el jacuzzi, que ya estaba lleno.

 -Niños, vayan al vestidor y quítense esa ropa mojada de uds-ordenaba Honorio-.Todo está listo para que se den un baño caliente para el frío. No vaya a ser que pesquen un resfriado.

 -Claro-dijo Guillermo.

Guillermo sacaba su bolso sin fondo de su overol mojado, buscó en él y saca de allí 2 shorts de baño para él y Lucas, y otro traje de baño para Ariana.

 -Veo que todavía sigues con el saco sin fondo tuyo, el cual, nunca se moja-dijo Lucas al recibir su short de baño-.De seguro también trajiste ropa seca.

 -Solo empaqué lo necesario. Por si las moscas-dijo Guillermo-.Traje la misma ropa que se mojó, pero después se las doy. Y también calzado.

Después de cambiarse de uno en uno en el vestidor, Guillermo y sus hermanos se metieron al jacuzzi a recuperarse del frío que sintieron estando afuera a altas horas de la noche, y de todo lo demás.



Brijes la Precuela: Réquiem de una gran batallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora