No toda historia tiene su final feliz.

Necesito un escape.

Termine de escribir y guardé el cuaderno en dónde no fuese notable.
Me acosté, tomé mis audífonos, puse música, y cerré los ojos.
Tenía ganas de estar en cualquier lugar que no sea mi casa.

Luego de un rato, siento que la puerta se abre de golpe.

-¡Brenda! ¿Acaso sos sorda?-dijo en un tono no muy agradable, bastante enojada.
-Mamá, perdón. No te había escuchado, estaba con los audífonos puestos. ¿Qué ocurre?-dije tratando de que se calmara.
-Para la próxima, escucha música más bajo. Quiero que vayas al almacén. Anda, levántate.
-Bue, esta bien, mamá.-dije bastante enojada, siempre me tengo que comer su malhumor.
Bajé las escaleras, le pregunté qué quería que trajera y me dirigí al almacén.

Al llegar, abrí la puerta y sentí a mis padres discutir.
Sin decir una sola palabra para no generar más discusión, dejé las bolsas en la mesa y me fui corriendo hacia mi cuarto.
No aguantaba verlos, y mucho menos escucharlos discutir.

Se les escuchaba pelear porque tenían que pagar unas cuantas cuentas y no les daba el dinero. Entonces tenían que ver que hacían, pero no, no son capaces de sentarse y hablar, tranquilos, sin gritar.

Así que espere a que terminaran de discutir.
Bajé las escaleras y me dirigí a la puerta, necesitaba irme de ese lugar.
Le dije a mi madre que iría a caminar. Y como últimamente no le ha importado lo que he hecho, me dijo que sí como se habría de esperar.

Así que tomé mis audífonos y me fui a la plaza más cercana la cual queda a dos cuadras de mi casa.
Me senté en una de las bancas y comencé a mirar a mi alrededor.
No había mucha gente, estaba bastante tranquilo el lugar.
Pero concentré mi mirada dos bancas más hacia adelante.
Había un chico, bastante guapo para ser cierto, se encontraba sentado junto a una chica.

A pesar de estar a dos bancas de distancia, lo podía ver perfectamente.
Sonaba muy acosador, pero no podía dejar de verlo.
Hablaban y se reían.
Y yo me reía por su sonrisa, era muy bonita.
Me pregunto si serán algo, primos, hermanos...¿novios?
-¡Dios! ¿Que me está ocurriendo? Brenda, calmate.-me dije a mí misma.