Jódete por salir en la noche.

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06:30 am.

-¡Oigan!-gritó mi madre al abrir la puerta-a levantarse, ya.

-Mamá, no...no iremos.-contesté entre-dormida.

-Sin peros, levántense.

Por su manera de hablar parece que se hubiese enterado de que anduvimos por la calle a las 02:00 am.
Y como no nos quedaba de otra, tuvimos que levantarnos.

-Kat, despiértate.-la sacudí.

-Ay, si, ya voy.-dijo e hizo un gesto para que la dejara dormir.

Luego de tantas quejas y vueltas en la cama, nos levantamos, eran las 07:00 am. Dormirmos tan solo 5 horas, estabamos muertas.

-No quiero ir.-me dijo Kat acompañado de un bostezo.

-Yo menos, odio a mi madre, no nos tiene porque obligar.-contesté reprochando.

-Pues es tu madre, tiene el derecho de obligarte a ir, tranquilamente.

-No apoyas con eso.-le tire el buzo de mi pijama por la cabeza.

-¡Oye!-gritó.

-Ya bajemos a desayunar, no tenemos mucho tiempo.

Terminamos de vestirnos y fuimos hacia la cocina, nuestras ojeras eran notables, nuestras caras de dormidas también, ¿y el sueño que teníamos encima? también. Simplemente, nos caíamos del sueño.                                                                                                                                                                             Al acabar de desayunar tomamos nuestras mochilas y salimos hacia la parada. El ómnibus demoró en pasar, por lo cual llegamos tarde.

Entramos al colegio y cada una salió corriendo hacia sus salones. Siendo martes, tenía historia, otra vez con la vieja esa, me odia.-pensé. Golpee la puerta esperando que me dejara pasar, pero no funcionó.

-Cáneva, son 08:25 am, es tarde ¿no se ha dado cuenta?.-dijo abriendo la puerta, pero sin dejarme pasar. 

-Ps, sí me di cuenta, llevo un reloj en la mano ¿vio?.-le mostré el reloj.-no es mi culpa que el ómnibus pasara tarde.

Sí, soy muy contestona, pero eso nunca me importó.

-Lo siento señorita, pero tendrá que quedarse afuera, lo lamento, adiós.-me cerró la puerta en la cara.

¡Malida sea!.-me dije a mi misma.-increíble, perdí historia dos horas de historia.-sonreí. 

Bastante contradictorio para ser verdad; me enoja que no me haya dejado pasar por el hecho de haber llegado tarde, pero genial, había perdido dos horas de historia. Ahora, ¿qué iba a hacer? Decidí ir a la pequeña cafetería que tiene el colegio. Pedí un capuccino, busqué lugar y me senté. Tomé un trago de este pero me quemé, que estúpida, al parecer es hereditario.-me dije.      Agarré mi móvil y le escribí a Gus.

*Mensaje vía Whatsapp*

-¿Adivina a quién no dejaron pasar a su clase de historia? A eesta nena, jajsja, en fin, la vieja de mi profesora de historia no me dejó pasar solo porq llegue tarde asi que vine a la cafeteria de aqui y estoy tomando un capuccino ahorita mismo, me cae tan mal ggg

Le envié el mensaje acompañado de una foto de mi perspectiva. Pasaron alrededor de unos 20 minutos y recibí su mensaje.

-Asi comenzamos el día corazon? JJAJAJA eres brava xd 

A lo que contesté enseguida.

-Pues sí bebé, ajaja. ¿Lograste dormir bien? 

La conversación se hizo fluida.

-Si, algo, tu?

-Si, pero tengo un sueño que no quito con nada

-Pequeñaa, tranquila que estamos iguales.

Lo dejé en visto porque había sonado el timbre, las dos horas al santo botón, pasaron rápido.  Pagué lo que compré y fui a buscar a Kat.

-Te vi en la cafetería fuera de horario, ¿qué te mandaste ahora?.-dijo mientras se me acercaba.

-Tú tranquila, es solo que la vieja no me dejó entrar así que me vine para aquí.

-Te odia, jajaja.-se me rió en la cara.

-Claro que sí, igual no me importa.-devolví la risa.

Sonó el timbre que anunciaba la próxima materia y cada una se dirigió a su clase.

No toda historia tiene su final feliz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora