Otra vez levantada a las 06:30 am.
Otra vez sin ganas de ir.
Otra vez, lo mismo de simpre.
Me vestí y bajé a tomar mi café, está vez lo preparé yo. Busqué el libro que estaba leyendo, Hush Hush, y retomé la lectura en el capítulo 12, a causa del poco tiempo que tuve, solo leí hasta el capítulo 14.
Terminé de leer y dejé mi taza de café en la cocina, tomé mi mochila y me fui hacia la parada a esperar el ómnibus. Esta vez llegué temprano, pero Kathy no, así que me senté y decidí esperarla hasta que la vi llegar.
-¡Kat, ven!.-le grité.
-¡Voy!.-contestó mientras venía hacia mi corriendo.
-Antes que nada, nos tenemos que juntar nenita, tengo que hablar contigo. Ayer iba a ir pero lo que se hace llamar mi madre no me dejó.
-Buen día corazona, ¿cómo estas? ¿dormiste bien?.-dijo tomandome el pelo.-Jajaja, sí, tenemos que juntarnos. ¿Qué dices si te vienes hoy luego de clases? Por cierto, dile a la que se hace llamar tu madre que deje de molestar.
-Estúpida.-le dije y me reí.-claro, hoy entonces. Ah, y sí le diré.-
-Genial.
En eso se acercan Caro y Ema.
-¡Hi nenas!.-nos saludó Carito.
-Sí, hola nenas.-siguió Ema haciendose el galán mientras miraba a Kat.
-Oye, déjate de coquetear tontuelo, ya sabes que no funcionará.-le respondió Kat.
Sí, a Ema le gustaba Kat, pero ya saben...friendzone.
-Lo siento, aún lo sueño.-le hecho la lengua.
-Ya madura.-le hizo una mueca.
-Ya paren manga de bobos.-habló Caro.
-Jajaja.-le seguí yo.
-En fin, ¿qué hacían?.-preguntó Ema.
-Pues, nada, aquí deseando estar en otro lado menos en el maldito colegio.-chisté pero con cara seria.
-Estamos todos iguales.-siguió Caro.
Sonó el timbre y nos dirigimos a clase. Caro fue conmigo por está en la misma que yo, pero Ema y Kat están en diferentes grupos por lo tanto tomaron diferentes direcciones.
Como nunca solíamos respetar nuestros lugares en el salón, hoy me senté del lado de Carito.
-Que materia mas al pedo que es música, ¿no?.-me preguntó.
-La verdad, sí. Nunca me gustó, en sí, casi no hay materias que me gusten.-reí.
Antes de que Caro lograra responderme entró la profesora.
-Chicos, chicas. Escrito sorpresa.
-¿¡Qué!? ¿Cómo? ¡No estudie un pomo! ¿Se puede hacer trencito?.-miles de quejas se escuhcaban en el salón.
-Cierren sus bocas y saquen lápiz y goma.-habló y todos se callaron.
-La odio.-susurró Caro.
-Yo también.-le contesté.
Comenzó a entregar las hojas junto con los ejercicios para realizar. Lo miré y me quise matar. No entendí un carajo, a parte, tampoco prestaba atención en clases, así que simplemente puse mi nombre y la fecha. Logré hacer unos ejercicios, pero no sumarían los puntos necesarios para tener una buena nota.
Tocó el timbre y salimos al recreo.
-¡Brendi!, ¿lograste hacer algo?
-Carito, no, bueno, sí pero lo más probable es que esté mal, jaja.
-Estamos iguales, jaja.-salimos del salón y buscamos a los chicos.
Pasamos el recreo de 10 minutos los cuatro juntos, volvió a sonar el timbre y tuvimos que volver a entrar.
Ya pasado el horario de clases busqué a Kat y nos marchamos, fuimos hablando todo el camino acerca de lo que había sucedido en nuestros salones y de lo mucho que detestabamos algunos profesores o compañeros. Eramos igual de quejonas.
Llegamos y almorzamos unas milanesas con ensalada rusa que había preparado su padre. Terminamos de comer y fuimos a la habitación.
-Bueno, ¿y de qué querías hablar?.-preguntó Kat mientras se sentaba y me hacia un gesto para que hiciera lo mismo.
-Acerca de tu madre. Siento que estos úlitmos días dejé ese tema muy de lado y quieras o no lo tenemos que hablar en algún momento. ¿Cómo te sientes? ¿has estado bien?
-Okey, seré completamente honesta, ¿sí?
-Es lo que pretendo, habla y te escucho.
-Okey, en realidad sólo aparento estar bien, pero no lo estoy. Al estar contigo y los demás logró olvidar un poco, pero es estar sola y me supera, no logro evitar ponerme mal o directamente llorar. No te imaginas cuanto la extraño, realmente demasiado.
-¡Kat! ¿por qué jamás me dijiste nada?
-Es que no quería molestarte, estabas tan feliz con Gus que no quería estresarte con mis problemas.
-Grábate esto en tu cabeza, jamás me estorbarás, con nada.
-Tú tampoco. Gracias, enserio, eres demasiado.
-Lo sé.-y moví mi pelo hacia atrás como modelo.-Jaja, te adoro tonta.
-Yo a ti, boba. Cambiando de tema, ¿cómo va todo con tu boy?
-Pues bien, supongo.
-¿Cómo que ''supongo''?
-Sí, supongo.
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No toda historia tiene su final feliz.
Ficção AdolescenteElla tiene 16. Él 17. Ella no es muy sociable. Él, tampoco. Ella tiene sus padres a punto de separarse. Él, también. Ella sale de su casa para escapar de los problemas. Él, también. Ella, siempre se dirigía a la misma plaza. ¿Y él? También. Y...