Te volví a ver.

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Llegamos, y me sorprendi.
Allí estabas, esa vez, sólo. Era mi oportunidad.

-Allí, es ese.-le comenté a Kathy mientras señalaba a Gus disimuladamente.
-Oh, si es guapo. De todos modos todo tuyo, ahora ve y háblale.-me dio un empujón.
-¡Espera! ¿Qué le digo? ¿Y tú que harás?
-Tu tranquila yo nerviosa.-Dijo, y salió corriendo.
-Perfecto, huyo. Bueno, Brenda calmate, ya se te ocurrirá algo en el momento.-me dije tratando de calmarme.

Me encaminé hacia la banca, me senté de su lado y le hablé.
-¿Gus? Soy yo, Brendi, ¿te acordas?-dije un poco nerviosa.
-Brendi, claro que sí, te vi y hablamos ayer.- contestó bastante tranquilo.
-¿Eres de por aquí, verdad?-pregunté tratando de no sonar metida.
-Pues, sí, vivo a una cuadra de aquí, suelo venir bastante seguido. ¿Tú por donde vives?
-Vivo a dos cuadras de aquí, y también suelo venir seguido, ya sabes, escapar de los problemas en casa.
-No quiero sonar un poco chusma,-río- ¿pero tienes problemas en tu casa? ¿cómo es eso?
-Claro, mira, mis padres no se están llevando muy bien.-contesté a su pregunta.
-Oh, lo siento. Y pues, te entiendo, mis padres ya están separados, y todo comenzó así, con discusiones. Digo, no quiere decir que tu padres se vayan a separar, o sea, se pueden arreglar, ya sabes. Ay, mejor me callo.-dijo con un poco de nervios.
-Oye tranquilo, jaja, está bien. También lo siento.-contesté tratando de crear un buen ambiente.

Y así seguimos hablando, pero esta vez, nos quedamos hasta tarde-noche.

Te conté todo acerca de mí, tú me contaste todo acerca de ti.
Intercambiamos risas y carcajadas.
Fue mi mejor momento.

-Gus, un gusto en volver a verte, pero me tendré que ir, ya es un poco tarde.- dije apenada.
-Ay, ¿Ya Brend? Está bien. Ve.-contestó también apenado.
-Okey, adiós.
-¡Espera!-me grito Gus luego de haberme alejado unos pasos.
-¿Sí?
-Ten, mi número, escríbeme mañana.-me entregó una hoja con su número.
-Oh, gracias, espera mi mensaje en la mañana.
-¡Lo esperaré!-contestó con lo que parece ser con ansias.

Tomé el camino hacia casa.
Estaba más que feliz, más que contenta.
¡Tenía su número! ¿Será que me había enamorado...de Gus?

No toda historia tiene su final feliz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora