Es Hora de Actuar Parte II

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POV Hermione

Tenía toda la noche en vela. Sentía mi cuerpo completamente agotado, pero había logrado de una vez por todas bajarle la fiebre a Draco. No lo sé a ciencia cierta, pero esa maldita marca era la culpable y juro por Dios que encontraré un hechizo para eliminarla por completo de su antebrazo. Solté un suspiro mientras me acomodaba en la cama, los recuerdos de esa noche me torturaban. Aun puedo escuchar sus gritos de dolor, las suplicas que yo nunca acudiría... nunca. ¿Matarlo? De solo pensarlo se eriza mi piel y mi corazón se encoge. Sé muy bien que todo era causa de su dolor, pero no puedo evitar sentir una pisca de resentimiento. ¿Cómo Draco puede desear con tal desespero la muerte? ¿Qué sería de su madre... o de mí?

Por tercera vez me moví sin encontrar acomodo. No dejaba de pensar que tal vez, solo tal vez, esta guerra no tiene sentido y que solo era un sueño bizarro producto de mi mente. Que tal vez enloquecí y que estaba encerrada en San Mugo o en cualquier sanatorio muggle, pero eso era correr con una mejor suerte. Cuando descubrí que era bruja me emocioné, tenía nuevos amigos y todo era genial. Estudiaba mucho y mis hechizos eran casi perfectos. Pero eso es lo de menos, descubrir en el viaje hacia Hogwarts que el chico que sería mi mejor amigo por los siguientes cuatros años estaba macado por la muerte, no produjo alerta en mí. Claro, la emoción de un nuevo mundo y el creernos invencibles o capaces de pasar cualquier obstáculo. ¡Chiquilladas! Imprudentes... fui imprudente. Entonces en menos de dos años descubrí que no soy muggle sino una sangre pura, y vaya forma de descubrirlo; me habían secuestrado cuando mis verdaderos padres trataban de salvarme de Voldemort. ¿No era irónico? Era casi poesía.

Un leve quejido me trajo a la realidad, Draco tenía el ceño fruncido pero no hay signos de dolor. Solo era un vestigio de la noche anterior. Ante eso, froté mi rostro con fuerza. El día de ayer... renuncié a tanto por ese día. Me despojé de todo lo bueno para dejar entrar en mí ese lado que no conocía. Un lado oscuro e inquietante. Semanas enteras practicando legermancia con él, tanto tiempo practicando para ser otra persona. Una desagradable persona en verdad, Bellatrix tía de Draco. Fue la primera vez que me atrevía a matar a una persona y lo disfruté. Tal vez todos tenemos algo de maldad en nuestras almas que solo sale a la luz cuando menos te lo esperas.

-Estás muy pensativa... -sonreí de medio lado al escucharlo.

-Desde cuando estás despierto –me giré solo un poco para poder mirar sus ojos grises carentes de emoción.

-Lo suficiente como para acostumbrarme al dolor –susurró con amargura. –No recuerdo mucho de lo que pasó después de que entramos a la casa...

-Basta con decir que él formó un berrinche tan grande que cada uno de sus seguidores sufrió las consecuencias –murmuré con una sonrisa en mis labios-, está demás decir que al parecer no le agrado saber que Bellatrix era, definitivamente, a quien había matado y no a mí.

-Sí, supongo que eso no debió alegrarle –dijo dejando en claro la obviedad del punto con su acostumbrado tono sardónico.

Lo vi incorporarse lentamente de la cama solo para moverse más cerca de mí. Ahora sus ojos mostraban una calidez que nunca había visto en él, pero también noté un poco de ansiedad y supe que no estaríamos bien hasta terminar esta guerra. Sus dedos se deslizaron delicadamente sobre mi rostro, como si temiera hacerme daño pero él jamás lo haría. Lo conozco tanto como si todo ese tiempo de peleas e insultos y mi vida como muggle se trataran de un mal chiste. Siento que todo lo que he vivido antes de ser una Rosier estaba mal. Pensar que lo creía un muchachito malcriado incapaz de sentir. Lo tachaba de ser un cascaron vacío y resultó ser todo lo contrario.

-¿Estás bien? –su voz tembló un poco al final.

Lo que nadie sabe aún de Draco, es que pocas veces deja conocer sus sentimientos. Vive escondido tras muros invisibles que pocos pueden traspasar. Solo su madre lo había logrado y ahora yo.

Gryffindor nunca másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora