El vagón se encontraba en completo silencio, solo se escuchaba el traqueteo de los rieles cuando el tren pasaba sobre alguna división. Desde su salida en Londres, Oriana se ocupó de contar cuantas veces eso sucedía, era mucho puesto que no pudo seguir haciéndolo ya que en su mente otros pensamientos le atormentaban distrayéndola de su principal objetivo, no pensar. Ilógico, ella lo sabía. Cuando decidió que lo más sensato era esperar y dejar a un lado las preocupaciones no imaginó que todo se convertiría en una pesadilla. Oriana se giró solo un poco para observar a su hermano, su frente pegada en la ventana mientras sus ojos estaban fijos en la nada; postura aparentemente tranquila y que para nada reflejaba sus verdaderos sentimientos. "Cascaron Sammy", alguna vez se había burlado cuando ella entendió que solo era eso, una simple barrera de protección que le ayudaba a fingir.
La niña barrió su mirada hasta donde se encontraba Draco y Pansy. Igual de callados que su hermano, pero el rubio poseía esa mirada asesina que pocos habían logrado ver. Draco estaba molesto y por primera vez no se había molestado en esconder su ira bajo la indiferencia que siempre demostraba. En cambio, Pansy revolvía sus manos con nerviosismo, ella quería decir algo.
-Escúpelo... -dijo Oriana arqueando una ceja.
Pansy frunció el ceño antes de negar con la cabeza y volver a encerrarse en sus pensamientos. Cualquiera que los observara pensaría que no estaban preocupados por la desaparición de uno de los miembros de los Rosier. Completamente falsa sería esa suposición y ella lo sabía. Fingir era una de sus mejores defensas. En la mañana, cuando sus padres llegaron al andén junto con ellos, no se le pasó por alto todas las miradas de lástima que se posaron sobre ellos. Como siempre, caminaron en línea recta hacia el tren, pero alguien más tenía otros planes. Weasley.
-Bonito teatro el que tu familia está montando –inquirió con soltura y desprecio al mismo tiempo.
-La verdad no es el mejor momento, Señor Weasley –escuchó a su padre responderle al más joven de los varones pelirrojos. –Nuestra familia nunca ha hecho nada para molestarles.
Oriana odiaba que su padre fuera tan condescendiente con las personas que los trataban como lo peor que ha podido pisar ese planeta, la amabilidad se podía ir al carajo con gente como Ronald Weasley. Como todo el tiempo desde que conoció a ese chico y a su familia, ella no se molestó en mirarle, solo siguió de largo. Sam por su parte ahogó un gruñido molesto antes de subir al tren sin siquiera despedirse de sus padres, que para nada estaban sorprendidos por su actitud. Ella dejó escapar un suspiro antes de girarse y encontrarse con las miradas abatidas de sus padres, ella sabía que no eran culpables. ¡Demonios! Solo había pasado una semana de su secuestro y de la promesa rota de su hermana. Hermione había dicho, "No te preocupes, volveré en poco tiempo. Lo prometo". Como estúpida le había creído, no debió dejarla sola.
Sus labios rojos se separaron para decirles algo a sus padres cuando otra vez su voz retumbó en sus oídos.
-La podre de Hermione al fin se dio cuenta lo desagradable que era su presencia en Hogwarts y corrió a ocultarse, ¿No es cierto? –Más que una simple pregunta lo estaba afirmando, de hecho, Weasley los estaba provocando.
-No aquí... -gruñó la pelinegra cayendo en sus provocaciones por primera vez.
-No aquí, no es el momento..., bah Actuando siempre como gallinas, creyéndose lo mejor entre magos –comenzó a acorralarle mientras Diane trataba de acercarse a su hija y protegerla. Eso no lo dejó pasar Ron por alto. –Al parecer la niña de mamá no puede defenderse sola, ya veo porqué Hermione cae como anillo al dedo a esta sucia familia de cobardes...
-Ronald Weasley.... –la voz chillona de la matriarca Weasley llegó a los oídos de al menos todos los presentes, pero eso no logró inmutar al muchacho.
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Gryffindor nunca más
Hayran KurguHermione nunca pensó que días antes de entrar a su 5º año en Hogwarts las personas que creía sus padres no lo eran... descubre el cambio, descubre a una nueva Hermione, la nueva princesa... Nota: Los peronajes no me pertenecen, son de J.K Rowling...