Gryffindor nunca más

Punto Muerto

Ron

Lo aceptó, no estoy en mi mejor momento. ¿Qué puedo decir? Tengo meses sin saber que es un baño, una buena cama y comida decente. En cambio, me he arrastrado por algunas migajas de pan, solo para regalar gran parte de esa miseria con otra persona, mi compañera de celda. Hace meses que estoy atrapado en esta mazmorra húmeda y maloliente. No sé nada de mis padres y mucho menos de mis hermanos o amigos. Estoy incomunicado y enfermo de este trato, pero es lo menos que puedo obtener al ser un "traidor a la sangre". En serio, ¿qué demonios le sucede a esta gente? ¿Cómo pudieron cegarse tanto con algo tan..., absurdo?

-Seis meses –gruñó la pequeña pelinegra sin mirarme. -¡Increíble! ¿Cuánto tiempo pretenden mantenernos aquí, Ron?

Esbocé una sonrisa que no alcanzaban mis ojos antes de encogerme de hombros. Increíble era el saber que esa chica me odia y que por la situación tenga que tolerarme. Yo, definitivamente, no la odio más. Es imposible seguir con esa actitud y esos sentimientos cuando, la verdad, ella no es lo que yo esperaba.

Cuando volvimos a Hogwarts y comencé a molestarla, nunca imaginé que semanas después nos encontraríamos hundidos y sin salida alguna.

"Hogwarts -6 meses antes-

Escuchaba la perorata deSeamussobre lo aburrida que eran las clases conSnapecamino al comedor. No le prestaba mucha atención porque aun pensaba en lo sucedido esa mañana. Como una niñita de primer año pudo avergonzarme en frente de todo el colegio. Hace tres semanas intenté burlarme de ella y de Hermione, y a partir de ese momento esa chiquilla no me ha dejado ni respirar. No es que yo pretendiera acosarla a cada rato, pero ella parecía estar siempre a la defensiva, aunque no le prestara atención.

-Seamos honestos,Snapesolo está aquí para hacernos la vida imposible –dijo a grito antes de sentarse en la mesa y mordisquear parte de su torta de carne.

-Quita esa cara amigo –Harry llamó mi atención. -Al menos tu cabello no está lleno de esa baba rosa y roja que te lanzó esta mañanaRosier...

-Ni me lo recuerdes, no tengo idea de que le hice ya que ni la miro –gruñí exasperado.

-Le hiciste. Recuerdo que la humillaste un par de veces –me regresó Harry y yo no pude hacer otra cosa que cerrar mis ojos y callar. Tenía razón, pero yo no le iba a decir eso. No después de ser tan testarudo con respecto a ella. Como diría mi madre, nunca termino de aprender. –Tengo días sin molestarle, además estaba con una chica en... -intenté decir en una vasta diatriba sin sentido.

-Es lo peor, herir el orgullo de un hombre –murmuróGinnycon falsa indignación, como si de verdad lo sintiera por mí. –Cálmate, la niña te declaró la guerra y por obvias razones. Mira que rebajarte a su nivel, tienes quince años Ronald, das vergüenza. La niña es mejor que tú en encantamientos, nunca había visto a alguien...

-La niñaRosieres mejor que él en todo –inquirió Luna con desdén. –No la quiero insultar, ella no es mejor en todo. En ser idiota, tú, le ganas –me giré arto de escuchar las palabras sin sentidos de la lunática. Bueno... eso era algo que nunca iba a admitir, pero era un idiota. En estos momentos me sentía como tal. Pero, ¿es que esa niña no se cansaría de echarme en cara que le di la espalda a mi mejor a amiga, a la chica de quien estuve enamorado más de cuatro años?

Dejando escapar un suspiro, cansado de tanto desprecio sin sentido de parte de Luna. Tomé un par de manzanas, las escondí en mi capa antes de salir lo más rápido que pude de allí. Caminé hacia los jardines, al lugar donde escapaba de todo y de todos. Me encogí de hombros al pensar porque me comportaba de esa forma y siempre llego a la misma conclusión. No es fácil ser el menor de cuatro hermanos. No es fácil comportarse de forma correcta cuando lo que se quiere es llamar la atención, algo que nunca lograba para ser sincero conmigo mismo. ¡Caray! ¡Que día... no, que semana!