¿TIENES NOVIO, HANNAH?
-Ian, me podrías esperar en la sala? Tengo que hablar con Caroline. -le di mi mejor sonrisa. Asintió y salió de la cocina. En seguida me gire hacia mamá.
-Me vas a pagar esta, Caroline - sonrió
-No se de que me estas hablando -dijo inocentemente. Achine los ojos y ella soltó una carcajada.
-Tu y yo hablaremos luego - dije y salí de la cocina. Mamá dijo algo pero no la escuche.
Cuando salí encontré a Ian sentado en el sofá con mi libro Misery en las manos, tenía el entrecejo fruncido.
-Ya estoy lista!
-¿Me podrías prestar este libro? -pregunto aun hojeando el libro.
-No - dije y busque mi bolso. Lo ubique en el sofá... debajo de él.
-¿No quieres, no sé, pensarlo primero? - cerró el libro y me miró.
-No -volví a decir - ¿ me puedes pasar mi bolso, por favor? - lo señale, él lo miró y sonrió apenado. Se levantó y me lo dio.
-Parece interesante -dijo refiriéndose al libro.
-Lo es.¿ Podemos irnos? - caminé hacia la puerta -Caroline, ya nos vamos! - grité, enseguida salió de la cocina y fue directo hacia Ian le dio un beso en la mejilla y le susurro algo, después vino hacia mi e hizo lo mismo.
-Nos vemos luego, querida.
Salió por la puerta. No se por qué me puse nerviosa, tal vez era por que ahora estaba completamente sola con Ian quien, por cierto, me estaba mirando fijamente. Baje la mirada para que no viera que me había sonrojado. Era tan extraño estar con alguien que me causaba el mismo efecto que tu al principio. Me aclaré la garganta.
- ¿Estas enamorada de Ian?- preguntó de repente.
-¿Qué? - le miré confundida
-Ian el del libro -dijo señalándolo
-¿Si te diste cuenta de que es un libro de suspenso, verdad? - me sonrió
-Ian es un buen tipo.
-Ya no sé si estás hablando de ti o de Ian del libro.
Soltó una carcajada.
-Hablaba del libro.
-Ian es un personaje secundario sin mucha importancia en el libro. ¿Cómo podría estar enamorada de él?
-Curiosidad. ¿Nos vamos?
-Eres muy raro. - me sonrió y me guiño un ojo. Dejó el libro sobre la mesita.
Salimos y empezamos a caminar. Estaba muy nerviosa, me sentía como una chica de 15 años que tenía su primera cita con el chico que le gustaba. Solo que a mi este chico no me gustaba, bueno sí, pero no de esa manera. Aunque eso sonaba tonto porque,¿ de que otra manera puede gustarte alguien?. Ian era guapo, muy guapo, pero también había algo en él que me gustaba muy independiente de su físico, su manera de mirarme, tal vez, o su forma de hacer lo que se le venía en gana, eso me irritaba pero a la vez me gustaba.
Llegamos a una cafetería y nos sentamos en una mesa que estaba a pie de una ventana. Me sorprendió que Ian no hablara en todo el camino.
- Yo voy a pagar.- dije decididamente mientras veía el menú, bajó el suyo y miró.
-¿ Qué ? ¿ De qué hablas?
- De la cuenta, yo voy a pagar el almuerzo. - no me decidía entre pedir uno omelette o unos hotcakes.
-De ninguna manera.- dijo volviendo la vista hacia su menú. Me reí y me miró.
-No te estaba preguntando.
-Hannah, eso es infantil.
-Mira, yo estaba pensando lo mismo de la comida de ayer.
-Yo voy a pagar. - dijo y llegó la mesera. Deje el menú en la mesa, Ian me miró confundido.
-Ya decidieron que van a pedir? - dijo la chica rubia de piernas largas y nos dio su mejor sonrisa, bueno, se la dio a Ian. Este último me miró para que yo pidiera primero.
-Solo una taza de café, por favor.
-Hannah...
-¿ Y para usted? - pregunto...Melanie leí en la plaquita que tenía prensada en la solapa de la blusa.
-¿Nos podrías dar un minuto, por favor?
Melanie sonrió y se fue.
-Hannah...
-Ian... -levanté una ceja. Nos miramos a los ojos fijamente y así estuvimos un rato, hasta que él sonrió y bajo la mirada.
Había ganado! Aún no entendía qué, pero gané.
-Esta bien, tu pagas. - me sonrió
Le habló a Melani, quien se acercó de inmediato. Yo me decidí por unos hotcakes y él pidió lo mismo más él omelette. Según él, era de buen comer pero yo sabía que lo hacía para que lo dejara pagar. Pero definitivamente eso no iba a pasar. Él había pagado la comida y la botella de vino que habíamos pedido. Así que esto no era nada.
-¿ Tienes novio, Hannah? - soltó de repente. Esa pregunta hizo que me diera una punzada en el corazón. Tomé aire y sonreí.
-Vaya, directo al grano. Sabes, me ofende tu pregunta.
-¿ Te ofende? ¿ Por qué? - preguntó alarmado.
-Porque crees que si tuviera novio estaría aquí desayunando tranquilamente con un desconocido.
Fruncio el entrecejo.
-Tampoco puedo dar por sentado que eres soltera. Digo, eres una chica muy guapa.
-Wow, ya pasamos tan rápido a los halagos? Bueno si quieres empezar bien de una vez te digo que los elogios sobre mi físico no funcionan. Se que soy atractiva a la vista, no muy guapa pero pues tengo lo mío.
Ian rió con ganas.-Ahora me darás consejos de ligue?
-¿Qué? -pregunté atontada, siempre que lo veía a los ojos era como si me hipnotizara.
-Lo tomaré en cuenta - dijo y me guiño un ojo y entonces reaccione.
-Y eso del guiño, que te funciona con todas, ten por seguro que conmigo no.
Me dio una sonrisa torcida que, en ese momento, me pareció perfecta. Y estaba segura que por esa sonrisa habían suspirado muchas.
- ¿ Estas segura? - dijo inclinándose sobre la mesa quedando su rostro a centímetros del mio y mirándome directo a los ojos, lo que hizo que se me acelerara el corazón - Porque, podría jurar que te gustan mis ojos...y mucho.
Me aclaré la garganta.
-Sí - dije apenas en un susurro, Ian se acercó más. Podía sentir su aliento entrando en mi boca. Cereza.
Era en todo lo que podía pensar, su aliento huele a cereza y me pregunté como sería probarlo de sus labios.
Pero la pregunta que, en realidad, debería estar haciéndome era, ¿Podría besarlo? En serio, ¿ podría ser capaz de besar a alguien mas sin pensar en ti?
-Sí, ¿qué? - preguntó. Y me vi deseando probar sus labios, me vi saboreando él sabor a cereza en el aire. Me vi besándolo.
Sabía que él lo esperaba, era por eso que me provocaba, esperaba que yo avanzara el resto del poco espacio que nos separaba. Estaba a punto de hacerlo, estaba a punto de besarlo, estaba a punto de dar el siguiente paso hacia tu olvido... Y llegó Melani, inmediatamente me hice hacia atrás y agache la mirada. Pude escuchar a Ian soltar el aire con exasperación.
La mesera Melani, pareció no darse cuenta de su intromisión, porque sonrió alegremente como si nada. Dejo nuestros platos sobre la mesa y se fue dándole una ultima mirada a Ian.
-Entonces ... - dijo Ian, tomando loa cubiertos y cortando un trozo de omelett
-Entonces... - lo imité y sonrió
-Eres soltera y te gustan mis ojos.-dijo decidido
-Nunca he dicho tal cosa
-Tampoco lo has negado. - dijo y se metió un trozo de omelett en la boca, lo masticó, lo saboreó, lo tragó y volvió a hablar.
-¿A qué te dedicas, Hannah?
Tomé mis cubiertos y corté un trozo de mis hotcakes, no le contesté.
-¿A qué te dedicas tú, Ian? - estaba a punto de meter el tenedor a mi boca cuando contestó.
-Soy abogado - el tiempo se detuvo, se me cayó el tenedor y sentí una punzada en el corazón.
-¿Te encuentras bien? - me preguntó Ian - Te has puesto muy pálida.
Tomé aire y sonreí.
- Estoy bien.- dije y tomé el tenedor de nuevo y comí, aunque ya no tenía hambre.
Ahora veía a Ian y te miraba a ti, un maldito abogado. No era justo. ¿Por qué todo me tenía que recordar a ti?Terminamos de almorzar en silencio, creo que Ian notó mi cambio de humor o tal vez ya se dio cuenta que soy un desastre del que no conviene enamorarse.
A pesar de las protestas de Ian yo pagué él almuerzo.