Capitulo 10. YA NO ERES MÍA
(contado por Alexander.)Estaba tan confundido.
Estaba tan enojado, saber que a pesar de todo este tiempo, seguía haciéndote daño, saber que querías odiar me dolió y más me dolió ver como abrazabas a Ian.Llegué a la mesa y me senté a lado de Lucy. Ella me dio su mas radiante sonrisa en cuanto me vio.
–¿Todo bien, cariño? – dijo tocándome el brazo.
—Se puede saber, ¿por qué carajos le dijiste a todo el mundo que estábamos comprometidos?
Lucy abrió y cerro la boca varias veces.
—Alex, cariño, ¿qué te pasa? ¿ por qué me hablas así?
—Alexander –grité– te he dicho miles de veces que odio que me digas Alex! Soy Alexander!
Tuve que tranquilizarme cuando vi que los demás abogados se giraron para vernos.
—No me hables así – dijo Lucy en un susurro.
Ignoré su respuesta.
—Respóndeme, Lucy. ¿Por qué les dijiste que estábamos comprometidos?
–Pues, porque así es. De eso estuvimos hablando, ya lo olvidaste, tontito? – dijo con voz empalagosa y calmada. Eso hizo que me enojara más.
–No, hablamos de matrimonio–dije con voz fría –más nunca te pedí que fueras mi esposa.
Sabía que Lucy no tenía la culpa de lo que pasó entre nosotros, bueno, en realidad tenía la culpa de lo que había pasado esta noche. Si no hubiera dicho lo de que "estábamos comprometidos", tu hubieras seguido actuando sobre no conocerme y siendo la feliz novia de Ian Mikaelson.
Ian y tú aún no entraban, tal vez estarían peleando o quizás ya se habían ido.
Quería volver a salir y decirte que Lucy y yo no estábamos comprometidos, que todo había sido una estupidez de Lucy.
Y entonces los vi entrar abrazados y riendo. Se quedaron en la entrada un momento, Ian te tomó de la cintura y tu pusiste tus manos sobre sus hombros y se besaron, ahí, delante de todos.
Sentí que la sangre me hervía, mi primer instinto fue pararme e ir hacia ustedes y separarlos. Pero me contuve porque recordé que ya no estábamos juntos, ya no eras mía.
Y por primera vez, desde que terminamos, desde que te terminé, sentí una punzada en el estómago...sentí celos.