¡MIKAELSON!

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Estaba algo confundida  con la reacción de Ian, no sabía si en realidad estaba molesto o solo estaba jugando. Admito que me gustó la cara de Sandra cuando Ian le dijo sobre nuestra plática, fue increíble.

-- Era eso lo que querías? -- dijo mientras deslizaba su mano a lo largo  de mi pierna.

-- La verdad es que no sé que decir. -- susurré. Pasó su mano a mi otra pierna y di un respingo.

--¿Estás contenta? -- preguntó dándome un beso detrás de la oreja, me hizo perder el aliento.  --¿Hannah? -- insistió

--No entiendo tu pregunta. -- respondí separandome un poco para poder pensar. ¿Estaba contenta? Es decir, sé que Sandra es una maldita arpía pero es amiga de  Ian desde hace tiempo y ... Pero qué digo, claro que estoy contenta! Me alegró que la pusiera en su lugar y que me diera el mío como lo que era, su pareja. Me giré para mirarlo y en su rostro estaba dibujada una sonrisa perfecta.

--Estás contenta. -- no era pregunta.

--¿Estás molesto? -- pregunté dudosa de querer saber la respuesta.

--No lo sé.  -- susurró.

-- Creo que eso quiere decir que sí. -- me levanté lentamente y esta vez no me detuvo. Me puse entre sus piernas y me recargue en su escritorio.

--¿Es por lo que hice? -- me miró extrañado.

-- No es eso, cariño. Es sólo que no sé como sentirme al respecto. -- acercó su silla a mí, me tomó de la cintura y hizo que me sentara en su escritorio.

-- No comprendo. -- acaricie su rostro con mis manos.

-- Tus celos son... Me han celado antes pero contigo es diferente, es como si... Ni siquiera sé como interpretarlo.

-- Es porque te quiero, Ian.

-- Cuando te conocí, cuando te vi en ese parque, en esa banca sentada, nunca pensé que me enamoraría de ti, simplemente pensé; " pobre chica, en serio debe estar teniendo un mal día"  pero cuando me senté a tu lado, te ofrecí el pañuelo y miré tus ojos, esos pequeños ojos y fue como... Estabas llorando y quise hacer algo para hacerte sentir mejor, no me la pusiste fácil, nunca lo haces. -- sonreí.
-

- Ian...
-- No, es que no sé como explicarlo. -- me levanté y me senté a horcajadas sobre sus piernas, lo abracé y le di un buen beso.
-- Te amo -- susurre en su oído.
-- Te amo -- dijo besando mi cuello.
Estaba a punto de besarme en los labios cuando sonó el teléfono y enseguida tocaron a la puerta.
Recargó su rostro en mi pecho y suspiró, me levanté y fui a abrir. Entraste sin mirarme, te dirigiste directamente a Ian.
--Necesito hablar contigo. -- te giraste para mirarme de piez a cabeza y después miraste a Ian nuevamente. -- Lo siento si interrumpí algo. -- Me acerqué a Ian para despedirme, sabía que era mi señal para irme. Le di un casto beso en los labios y le susurre un adiós en el oído, él me susurró un te amo.
---No importa que te quedes, es sobre trabajo y solo será un momento. -- dijiste, otra vez sin mirarme.
-- Tengo que irme. -- Miré a Ian, le guiñe un ojo y salí. No me importa de que iban  a hablar no queria estar entre tú y él.
Iba muy contenta hasta que se atravesó en mi camino una pelirroja exasperante. Estaba saliendo de la oficina del Sr. Mikaelson, limpiandose sus ojos rojos e hinchados. Cuando me vio me dik una mirada asesina que recibí como un perfecto cumplido. Pasé de largo pero una voz masculina hizo que me detuviera.
--Hannah querida, ¿podría hablar contigo un momento? -- dijo el Sr. Mikaelson. Maldije por lo bajo y me giré para ver que me hablaba desde la puerta de su oficina. El Sr. Mikaelson era muy apuesto así como intimidante. Le sonreí y asentí.
-- Por supuesto. -- caminé hacia su oficina pasando por un lado de Sandra quien reía de una forma malvada y para no darle el gusto de verme nerviosa le sonreí ampliamente.
--Hola querida. -- le dije y le guiñe un ojo.
Fue un verdadero placer ver su cara confundida.
Entré a la oficina y él cerró la puerta tras de si. Me hizo la seña de que me sentar y así lo hice, él sentó al otro lado quedando frente a mí.
-- Te darás una idea de lo que quiero hablarte. -- claro que me daba una idea. De seguro la zorra de Sandra le vino con un cuento muy bueno.
Sin embargo, mentí.
-- Se equivoca Sr, no tengo idea.
--Bueno, Sandra acaba de estar aquí, la viste allá afuera hace un momento y se encontraba muy mal. Alegando que por culpa tuya Ian la había tratado mal. -- sentía que me hervía la sangre.
-- Sr, yo le juro que...
-- Tranquila Hannah, conozco a Sandra desde hace años, sé perfectamente como es y de que está encaprichada con mi hijo.
-- Oh... -- no encontré nada mas que decir.
--  No me gusta meterme en los asuntos de mi hijo, sus negocios y mucho menos su vida personal pero tampoco voy a permitir que le vean la cara de tonto. Él está enamorado de ti, Hannah.
-- Y yo de él, no entiendo qué es lo que me quiere decir. -- dije algo confundida.
-- Entonces, por qué te sigues viendo con tu ex? Además está trabajando en mi empresa! Sabe Ian que tienes a tu amante trabajando aquí? -- dijo molesto y alzando un poco la voz.

Vine aquí esperando problemas con un Mikaelson, nunca creí que fuera éste.


Hola! Les quiero pedir una ENORME disculpa. Sé que l@s abandoné horrible pero es que cambié de trabajo y apenas estoy como que acomodandome con mis horarios. En fin, sé que no hay excusa. Trataré de escribir más seguido, lo intentaré con todas mis fuerzas se los juro. Los quiero, besos.

¿ME AMAS?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora