Capitulo 19
ALEX NO VOLVERÁ
No cabía duda, mi mamá estaba loca, dudé entre si ir hasta donde estaba el chico y quitarle el papel, aunque fuera a la fuerza, o ir detrás de Caroline y gritarle por lo que había hecho.
Sopese mis opciones.
El chico estaba sonriendo, lo que significa que está feliz. Eso quiere decir que ya vio lo que había escrito en el papel ¿qué probabilidad hay de que si le quito el papel no recuerde la dirección ?
A quien quiero engañar, quitarle el papel no m serviría de nada. Así que corrí tras de Caroline quien estaba a punto de cruzar la calle.
-Caroline, ¿por qué hiciste eso? - pregunté reteniéndola del brazo para que dejara de caminar. Me miró con alegría.
-Ian parece un buen chico.
-Alex también te pareció un buen chico cuando lo conociste. -dije secamente
-Y lo era, ¿no? Te hizo feliz por cuatro años.
-Cinco, mamá, estuve con el cinco años. - chasqueo la lengua
-Admitelo Hanna, el último año no te hizo muy feliz que digamos. - tragué saliva. No se como hacía mamá para enterarse sobre todo los aspectos de mi vida cuando a penas si nos vemos una vez al mes. Supongo que eso viene en el paquete de ser madre.
-Eso no es relevante. Contesta a mi pregunta, por favor.
-Ya lo hice, cariño. Ian parece un buen chico
-Hay una gran diferencia entre parecer y serlo, mamá. Y aunque fuera un buen chico, no quiero una relación. Todavía no.
-¿Por qué, Hannah? ¿Por qué aferrarse a algo que ya no existe?
Tragué saliva otra vez, esa era una buena pregunta. Porque seguía aferrándome a ti cuando me has dejado claro que ya no me amas. Incluso ya tienes pareja. Mamá al ver que no contestaba continuó
-Alex no volverá, cariño. Ya ha pasado un mes. - dijo mientras me jalaba hacia una banca que estaba en la esquina. Cuando nos sentamos me tomó de las manos. -¿Has hablado con él? -preguntó
-Sí -susurre, tratando de no llorar al recordar lo que había pasado hace una semana.
-¿Se disculpo? ¿Te pidió que volvieran? - el nudo se hacía cada vez mas grande en mi garganta. Y recordé tus palabras: "... siento haberte roto el corazón. Y sobre todo, siento no amarte"
-Se disculpó -dije- pero me volvió a decir que no me ama.
-Oh cariño - dijo dulcemente -¿ te habló por teléfono? - quitó una de sus manos de las mías y la puso en mi hombro.
-No - aspire aire - fui a su casa.
Mamá cambio de color y boqueo cono pescado varias veces. Al fin cuando pudo hablar dijo :
-¿Qué hiciste qué? Por Dios, Hanna, ¿tu estas loca? ¿Por qué hiciste eso? ¿Dónde queda tu dignidad, tu orgullo?
No me había puesto a pensar en eso. ¿Donde había quedado mi dignidad y mi orgullo en ese momento? Me había humillado una vez mas, por ti. Ahora entiendo el beso, querías probar el poder que tenías sobre mi y yo me deje utilizar, caí en tu juego. Que estúpida soy.
Mamá fue subiendo la voz y me apretó el hombro con fuerza.
-Baja la voz, Caroline. No fui a rogarle, solo fui por unas cosas y el estaba allí. - traté de defenderme.
-No vuelvas hacerlo, ¿me escuchaste? Tienes que olvidar que existe.
-Eso intento -dije más para mi que para ella.
- Ya no hablemos de Donovan. - se levantó y me jalo para que hiciera lo mismo. -¿Hace cuanto que no sales? -preguntó y empezamos a caminar. No entendí su pregunta.
Cuando llegué a casa, después de dejar a mamá en la suya, me puse a pensar en lo que dijo, en que no volverás. Creo que tiene razón o puede que no. Puede que vuelvas pero yo ya no te acepte.
Hablar con Caroline me hizo darme cuenta de muchas cosas.
"Admitelo Hannah, el último año no te hizo muy feliz que digamos" había dicho mamá, no se en que se basó para decir eso, creí que era feliz contigo. No, no creí, era muy feliz contigo.
Me senté en el sofá y me puse a ver algo de televisión, aunque nada llamó mi atención y la apague. Tomé el libro de "Misery" de Stephen King que había empezado ayer y empecé a leerlo donde me había quedado. Pero no logré concentrarme, un par de curiosos ojos azules rondaban mis pensamientos y me puse a fantasear. ¿Vendrá a verme pronto? ¿Tendrá novia? No lo creo, sino no estuviera pidiéndome una cita, ¿o si?
Pero independientemente de eso, ¿que me importaba? No iba a concederle una cita, no estoy lista aún. Todavía sueño contigo, todavía recuerdo tus besos, todavía recuerdo nuestro maldito beso de despedida. Y volvieron las palabras de Caroline a mi mente : "¿Por qué, Hannah? ¿Por qué aferrarse a algo que ya no existe?
Y de nuevo, me parecieron unas buenas pregunta. ¿Por qué demonios me sigo aferrando a ti cuando tu ya tienes nueva pareja?
Eso confirma lo estúpida que soy.
Necesitaba despejar mi mente, así que, me cambié mi ropa por una deportiva y salí a correr.
Y mientras corría tenía un solo pensamiento: Ian, el condenado chico de ojos azules.
Y sin pensarlo me reí porque, por primera vez aunque sea por un corto tiempo me había olvidado de ti.
Al día siguiente mamá había quedado de pasar por mi para ir a desayunar.
Me acaba de salir de bañar cuando tocaron la puerta, me puse mi bata y fui a abrirle.
Pero cuando abrí la puerta la cerré de inmediato al ver quien estaba del otro lado.
-¿Qué haces aquí? - grité y me asome por el mirador, lo vi sonreír.
-¿Puedo pasar? - gritó divertido.
-Por supuesto que no!
-¿Puedes por lo menos abrir? No quiero que la gente piense que estoy loco por hablarle a la puerta.
-Pues no lo hagas y vete!
-Pero si voy llegando. - esa era la voz de mamá?
-Mamá?
-Así es cariño, ¿podrías abrir la puerta para que podamos entrar?
Abrí la puerta de sopetón
-¿Acabas de invitar a un desconocido a entrar a mi casa? - mamá sonrió al verme, se acercó y me dio un beso en cada mejilla, me tomó de la mano y me hizo a un lado e invitó a Ian entrar, quien no lo pensó ni un segundo.
-Cariño, pero si no es ningún desconocido, es Ian.
Dijo como si fuera su amigo de toda la vida. Miré a Ian, quien se veía guapísimo. Hoy no llevaba traje, llevaba unos vaqueros y una playera que mostraba sus desnudos pero fuertes brazos, su cabello, como siempre que lo había visto, lo llevaba despeinado, sonrió cuando notó que lo estaba mirando como tonta.
-Hola Hannah. -no le contesté, no porque no quisiera, sino porque aun estaba idiotizada observándole.
-Hannah, cariño? Creo que sería bueno que te cambiarás para poder irnos. -dijo mamá y entonces recordé que debajo de la bata estaba semi-desnuda, inmediatamente sentí como me ponía colorada y me fui a mi habitación.
Me puse unos jeans obscuros, una playera y mis converse. Me hice una coleta alta. No me maquille porque no quería que Ian pensara que me había arreglado mucho porque él estaba aquí.
Cuando salí, escuche risas en la cocina fui hacia ahí y estaban mi mamá e Ian sentados cada uno con una taza con café.
-Nos vamos? - le pregunté a mamá
-Lo siento cariño, no iré. Pero Ian se ofreció a acompañarte, ¿no es estupendo?
Estaba a punto de darme algo, mamá me había hecho una cita con Ian. Iba a empezar a gritarle pero entonces recordé que ayer no dejaba de pensar en Ian, así que dije ¿por qué no?
Me giré hacia Ian y le repetí la pregunta con la mejor sonrisa que pude darle.
Él se quedo quieto y abrió los ojos con sorpresa, no se esperaba que aceptará por las buenas. No pudo hacer mas que asentir.
