Desmontando a Harry

Capítulo 2 - El pocionista

Notas de autora:

Ya estamos aquí de nuevo con el capitulillo (os advierto que la próxima actualización correrá de mi parte y no me llevo excesivamente bien con la tecnología muggle, así que puede pasar de todo). Sólo quería hacer un pequeño inciso en el triste hecho de que nadie le ha dado la más mínima importancia, en el capítulo anterior, a lo que denominamos el "momento pelusa". Cuando lo leí por primera vez pensé que era la presentación más erótica de Severus Snape que se podía esperar, aunque comprendo que no todo el mundo está tan fatal como yo. En fin, le dejo los agradecimientos a mi co-escritora, que luego me dirá que yo ya lo he dicho todo y obligará a Severus a vestirse (otra vez) de musa griega. ¿Habéis tenido que aguantarle cabreado por "ese" motivo? No os lo recomiendo. Un abrazo y un beso a todos y todas.

Snape's Snake

¡Hola chics! Tengo que aclarar algo en relación al "momento pelusa" que ha comentado Snape's Snake, y es que cuando escribí ese trozo y ella lo leyó, su imaginación se disparó como una bala y ahora, cada vez que ve a Severus insiste en sacudirle la túnica para quitarle una pelusa que, en realidad, no está ahí, cosa que a nuestro pocionista favorito, como podéis comprender, no le hace mucha gracia. La pobre se ha llevado más de un "cruciatus" por este motivo, y me siento en parte responsable, así que os voy a pedir un favor, enviadnos muchos comentarios para aliviar un poco el dolor de sus huesos (son el mejor bálsamo, os lo aseguro), porque si no, los "cruciatus" va a acabar lanzándomelos ella a mí a modo de venganza...

Aparte de este favorcillo de nada que os pido, quería agradeceros enormemente que hayáis leído el primer capítulo, y espero que el segundo os guste tanto o más que el otro.

Un besazo y feliz lectura.

ItrustSeverus

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Capítulo 2
Un segundo después estaban en el jardín privado frente al número 12 de Grimmauld Place. Snape se separó del cuerpo de Harry, que se tambaleó peligrosamente, y temiendo por sus pociones le arrancó el maletín de las manos.

-Déme eso –se giró haciendo ondear la negra capa de viaje, miró a su alrededor con los ojos entrecerrados y empezó a cruzar la calle-. Vamos.

Harry le siguió con la náusea bailando en su estómago, pero no se permitió ceder al impulso de vomitar. No iba a darle el gustazo a Snape. Cuando se colocó a su altura se obligó a hablar con normalidad.

-¿Por qué no hemos venido a través de la Red Flu, Snape?

-Qué vulgar, Potter –le dirigió una mirada de profundo desdén-. Y no se olvide que aunque estemos fuera del colegio aún soy su profesor.

Habían subido los peldaños que separaban la entrada de la acera y Snape llamó al timbre. A través de la puerta cerrada pudieron oír los aullidos de una mujer. Se oyó un tremendo golpe, probablemente el paragüero de pie de trol cayendo al suelo mientras alguien intentaba cerrar las cortinas que ocultaban el retrato de la vieja bruja. Snape empezó a impacientarse y miró arriba y abajo de la calle, pero estaba desierta. Finalmente los gritos del interior se acallaron y la puerta se abrió de par en par.

-Pasa –susurró Lupin desde el interior. Viendo la fría y negra mirada de Snape el hombre empezó a disculparse entre balbuceos-. Lo... lo siento Severus, es que... creí que vendrías por la chimenea... si lo hubiera sabido... -y entonces pudo ver el pálido rostro que surgía de detrás de Snape-. ¡Harry! ¿Qué haces tú aquí? –Cerró la puerta con rapidez cuando ambos hubieron entrado en el oscuro recibidor.