Capítulo seis: Denuncia

599 86 6
                                    

Se bajaron del auto en la comisaría más cercana a la casa, pero la reacción que el chico tuvo cuando se encontró frente a la puerta no fue la esperada para Oscar.

— ¿Qué- qué hacemos aquí? — Tartamudeo Jaime mirando el logo que se encontraba frente a él.

— Vamos a hablar con el señor — El chico tomó la mano de Oscar intentando que se detuviera.

— No, papá vámonos — susurraba con los ojos aguados — vámonos por favor papá.

— Oye, ¿Jaime qué pasa? — El rapero miró al carabinero que desde adentro de la oficina los miraba antes de volverse a su hijo.

— vámonos por favor — Comenzó a llorar el niño — Prometo portarme bien papá, no quiero.

— No te voy a dejar aquí — atrayendo al chico a su cuerpo lo abrazó — Solo vamos a hablar con el psicólogo.

— ¡No! Yo no debo venir — gritaba el chico zafándose del abrazo — Yo no puedo — se giró para correr hasta el auto cuando un carabinero que venia entrando lo sujetó.

— A ver, ¿qué pasa aquí? — Soltó con el típico tono serio para mirar al chico.

— ¡Déjame! — Gritó el ruliento antes de darle un golpe, sin dejar de llorar ya tenia la atención de toda la comisaría — Por favor no quiero, papá tengo miedo.

— No, Jaime ya — El rapero con el corazón en la mano y enfadado con su ex mujer por tener al chico así se sentó en el suelo abrazando al niño. Intentaba calmar sus gritos de suplica para que se lo llevará, el miedo que transmitía tenía hasta al carabinero preocupado — Hijo déjame ayudarte — susurraba.

— No, por favor yo no quiero — seguía gritando con sus mejillas húmedas — Por favor papá.

— Jaime, mi vida confía en mí — Oscar se mecía levemente intentando en un punto calmarse el mismo — confía en mí hijo por favor, cuéntame que te hicieron para que no vuelva a pasar.

— Nada, nada, nada — Repetía el chico sin creer ni sus propias palabras — Quiero irme papá.

— Ya, ya, nos vamos — Angustiado Oscar miró al carabinero quien en una seña le daba a entender que se fuera y volviera al rato — Vamos, vamos a buscar colegio — Se levantó del piso y tomando al chico en brazos salió de la comisaría.

Oscar subió al niño al auto, Jaime aún lloraba y el intentando calmarse respiraba profundo en los pocos pasos que tenía de una puerta a otra.  Sentía rabia por todo, por haber dejado que ésto pasará y por permitir que Catalina se lo hubiera quitado sin darle oportunidad de impedirlo.

— Quiero a mi mamá — Sollozó el chico cuando Oscar subió.

—  A las siete y mañana te voy a buscar antes de almuerzo — El chico asintió limpiándose la nariz con el poleron, tiritaba y buscando el peluche de elmo que había metido en una mochila se recostó en posición fetal en el asiento trasero — ¿No prefieres que te vaya a buscar hoy?.

— No sé, quiero ver a mi mami — Oscar asintió sin mucho ánimo.

Bajaron en uno de los mejores colegios públicos de la comuna, con las notas del chico podía meterlo en cualquiera que pudiera pagar por el momento y lo aceptaran en esta fecha. Pidió matrícula y hablando con la directora, la psicologa y el jefe de utp el chico quedó inscrito con una promesa de conducta, mejor dicho inmediatamente condicional.  Volvieron a la casa a preparar una mochila, con el pijama y una muda de ropa. Oscar subió nuevamente al niño al auto y dando vueltas con una música sumamente relajante esperó que se durmiera. Se estacionó en la entrada de la comisaría y dejando la ventana levemente abierta cerró el auo y puso la alarma.

— Por acá — Lo llamó el mismo carabinero que había parado a Jaime en la mañana, y cuando estuvieron ambos frente al escritorio volvió a hablar — Cuéntame, ¿cómo te diste cuenta?.

— No, o sea — Oscar estaba nervioso.

— Calmemonos que el niño te necesita ahora — Soltó ya más sociable el carabinero.

— Ya, lo que pasa es que el chico vivía con su mamá y su pareja, por ley yo lo podia ver un domingo al mes. La mamá de un día para otro me llevó a juicio y me entregó la custodia — El policía asentía mientras Oscar terminaba de contar la historia que ustedes ya conocen.

— Vamos a dejar una constancia y una sitacion a la psicologa.

— Lo que yo no quiero es que la mina me tire la culpa a mí — suspiró el rapero — yo se lo llevo hoy e igual me asusta un poco el tema.

— No, con ésta constancia en contra del padre responsable antes que tú quedas a disposición del psicólogo — El uniformado le entregó el papel — Yo que tú no lo llevaría, por si las moscas.

— Quiere verla, igual sin ocho años viviendo con ella y el cambio fue brusco — Oscar guardó el papel en su billetera.

— Atento a cualquier cambio de actitud — se levantó el policía tendiéndole la mano — el niño pareciera amenazado.

— Esta cagao de miedo — Suspiró el rapero aceptando — Pero mientras no me conozca bien y se sienta seguro no creo que hable.

— Ojalá sea luego — Sonrió el carabinero.

Volvió al auto y Jaime aún dormía, eran veinte para las siete así que partió camino a la casa de Catalina, no haría comentario alguno para no traerle problemas a su hijo pero, deseaba con toda el alma putear a la weona y saber que había pasado.

Confía en mí [Historia Gay Sin Incesto]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora