Confía en mí [Historia Gay Sin Incesto]

Capítulo cinco: Cambios.

El padre de Oscar tampoco tardó mucho en llegar a su casa y después de tomar once comenzaron a subir las cosas en ambos autos, habían conseguido un flete que les transportara lo más grande y en eso ayudaba su padre, resguardando que las cosas no fueran robadas o quebradas al subirlas mientras Oscar ayudaba. El chico junto a su abuela guardaban las últimas cosas en las cajas, la mujer babosa por estar con su nieto y poder mimarlo como hace tanto tiempo lo hacía con su hijo.

— Ya está listo el camión — El rapero le quitó la caja que venía bajando su madre — Mi auto va lleno, ¿te llevas al Jaime? — Metió la última caja en el asiento del copiloto mientras Berta hablaba con su marido.

— Yo quiero irme contigo — El niño sujetaba la mano de Oscar con fuerza.

— Pero es que no cabi', mira como va el auto — se acuclilló para acercarse al chico — No te va a pasar nada con los abuelos campeón, yo voy a entregar las llaves, que el casero vea el departamentos y me voy a la casa — Jaime no asintió, no quería irse con sus abuelos.

— Ya vamos Jaimito — Berta tomó la mano del muchacho quien con un poco de resistencia se negaba a caminar.

El miedo que Oscar vio en sus ojos volvió a revolverle el estómago.

— Mami, llévate ésta caja mejor — sacando la última caja que subió a su auto avanzó hasta su papá que lo miraba con el ceño levemente fruncido — parece que le hicieron algo — Susurró al hombre.

— ¿Algo cómo qué? — Joaquín como se llamaba el padre del rapero miró al chico.

— No sé, en la casa te cuento — Dejó la caja en el asiento desocupado — Pero me a tirado varios comentarios raros. Pa' mi que el viejo culiáo del Papá de la Cata le hacía weás.

— Oscar — Fue el estómago del hombre mayor el que se revolvió ésta vez.

— Le contai a la mamá, yo llegando a la casa hablo con ustedes — Joaquín asintió — Que no se enoje la eñora'.

— Sí, trata de sacarle información. Berta vamos — Llamó a su mujer.

— No habla po'.

— Te está conociendo, dale tiempo — El rapero asintió con una mueca volviendo al auto.

— Vamos a hablar con el casero — Le sonrió al chico antes de tenderle la mano.

Después de que el hombre revisara la casa y recibiera las llaves los hombres subieron al auto. Eran casi las diez de la noche.

— Oye — Llamó la atención del Niño que abrazaba su nuevo Elmo — ¿de verdad te querí ir con la mamá?

— Extraño a la mami — habló el chico.

— Si po', pero vay por la noche no más —  una última mirada a la calle para empezar su recorrido hasta la casa de su madre.

— ¿A qué hora me vas a ir a dejar? — Jaime sentado en el asiento del copiloto miraba sus pies.

— A las siete — El chico asintió — Y te voy a buscar después de almuerzo, como a las cuatro.

— Bueno, ¿Volveré a la escuela?.

— Sí po', mañana te voy a ir a buscar colegio.

Y así mismo fue, al llegar a casa el camión ya había bajado gran parte de las cosas, cosas que habían sido guardadas en un dormitorio que se usaría como bodega y otras fueron acomodadas en el nuevo dormitorio de Oscar con su hijo. Seguirían durmiendo juntos ya que las camas escaseaban. Y acostando al chico Oscar se encontró con sus papás en la cocina.

— Oye, lo que les sirva lo sacan no más, quizás cambiar la chatarra de tele a carbón que tienen — Rió al ver el ceño fruncido de su papá — Al tata no le gusta ver en HD — El hombre rió.

— ¿Qué pasó con el niño bebé? — Preguntó su madre colocando la tetera.

— Cambia esa weá por el hervidor mami — El rapero subió una caja a la mesa y revisándola volvió al tema que le preguntaban — No sé que pasa, capaz que sean puros rollos míos.

— Pero, ¿por qué? — Su padre comenzó a revisar la caja.

— Puta ayer por ejemplo lo mandé a bañar y me preguntó si lo bañaba yo, me fui con él al baño y el weón me pregunta si no voy a llevar el celular — Joaquín frunció el ceño atento — le pregunté con quién se bañaba y la cara de pánico que puso te la encargo.

— ¿No te dijo nada? — Oscar negó — No vayan a decir después que fuiste tú el que le hizo algo.

— Chucha, no la había pensado — el rapero se sentó en la mesa — ¿tú creí qué la weona me va a cagar?.

— Yo no confiaría en esa niña — Soltó Berta dejando un pastel sobre la mesa.

— ¿Y qué hago? mañana se lo voy a llevar — El rapero se quitó el gorro — ¿Y si después dice qué me lo violé? Por la mierda — Rió Oscar — yo pensaba que la mala racha había pasado.

— Llévalo a los pacos, deja una constancia de duda — El hombre comía animado — Algo que avale que el chico venía raro.

Y el tema quedó en eso, Oscar se levantaría para dejar la constancia en Carabineros y luego buscaría colegio junto a su hijo, el trabajo debería esperar hasta que tuviera bien al niño. No así la fiesta en la casa de su mejor amigo el viernes en la noche, aprovechando que estaría sin el ruliento y quitaría todas las tensiones de la semana bebiendo hasta olvidar su propio cuerpo, como solía hacerlo en todas las fiestas.