Jaime jugaba con sus dos amigos cuando escuchó que lo llamaban, al girarse en dirección a las voces logró identificar a su madre junto a su pequeña hermana y su abuela, le sonreían desde la entrada.
— ¿Quienes son? — Preguntó Nicolás deteniéndose a su lado.
— Nadie, Nico te van a pillar — Tomando la mano del moreno Jaime comenzó a correr hasta cualquier lado que lo ocultara de sus parientes.
— Jaime, nos alejamos del juego — el moreno miró al más bajo que se ocultaba tras unas viejas latas — No vendrán a buscarnos aquí los chicos — Se escondió junto a él.
— No me escondo de los chicos — Nicolás se sentó a su lado — Me escondo de mi mamá y mi abuela — el moreno Frunció el ceño — Mi abuela es muy mala Nico.
— ¿Te pega? — Jaime negó con la cabeza — ¿Te grita? — negó nuevamente, hablabamos de su abuela no de Enrique — No entiendo.
— No lo hagas, solo escondete conmigo — El moreno asintió mirando las telas de araña que habían.
— Aquí nos puede picar algo, mi mamá siempre me dice que no entre donde hayan telas de araña — Jaime miró la más grande.
— ¿Y dónde nos Podemos esconder? No quiero irme con mi mamá — ambos chicos se quedaron en silencio unos minutos — me gustaría llamar a mi papá y que me ayudara.
— Yo tengo un teléfono en mi mochila — Sonrió el moreno.
— Pero yo no sé el número de mi papá — Se quedaron en silencio nuevamente.
— ¿Y si llamas a la policía? Ellos son buenos y pueden ayudarte.
— ¿Cómo me ayudaría la policía a encontrar a mi papá? — Preguntó el ruliento cansado.
— Ellos saben todo — Nicolás apoyó su cabeza en el hombro del más bajo — Si quieres esperamos aquí hasta que llegue tu papá — Jaime asintió.
— Gracias por acompañarme, te debo algo muy grande.
— Yo no quiero nada, me gusta estar contigo — Nicolás Colorado como un tomate intentaba mantener la calma.
— Pero siempre se quiere algo.
— Quiero que me des un beso — Jaime frunció el ceño.
— La gente que se besa es pareja — Soltó recordando a sus abuelos o su madre con Enrique
— No siempre, mi hermana no es pareja con Javier y se besan igual — Se defendió el más alto.
— ¿Quieres que te bese Nico? — Preguntó Jaime un tanto confundido. Recibiendo como respuesta una mirada del mayor y levantando los hombros le dio a entender que no sabía — Yo te debo algo, si quieres un beso yo te lo doy.
— Quiero un beso — Susurró Nicolás.
Jaime se acuclilló bajo las latas para acercarse al moreno, mientras por otro lado las inspectoras buscaban a los chicos y Catalina conversaba frustrada, enfadada y dolida con su madre.
— De verdad no entiendo que le pasa, solo hace unas semanas quería verme día y noche, y ahora se arranca de mi — Bufó la chica — No lo entiendo mamá.
— Tienes que entender que ese rapero pobretón puede meterle ideas de drogadicto en la cabeza hija — Sonrió la mujer tomando a su nieta menor en brazos.
— Solo quiero almorzar con él — suspiró Catalina.
Jaime en cuclillas posó sus labios sobre los de su amigo, ambos chicos cerraron los ojos nerviosos y cómplices. Se separaron cuando la cabeza de la inspectora apareció por un lado de las latas.
— ¡Aquí están! — Gritó la mujer tomándolos a cada uno de la mano.
— Jaime no quiere ver a su mamá — Nicolás comenzó a poner resistencia — suelteme.
— Mira tú, ¿qué dirá tu mamá cuando sepa que te estabas dando un beso con un niño? — Soltó la inspectora ya aburrida.
— ¡No nos estábamos besando! — Gritó el moreno cuando llegaron a la inspectoria.
— ¿Qué hacías jaimelito? — Catalina miró al chico que la inspectora le ofrecía.
— Quiero a mi papá — Puso resistencia Jaime cuando su madre lo tomó por la muñeca.
— Mi niñito hermoso — la madre de Catalina se le acercó para besarle la mejilla — Hoy celebraremos tu cumpleaños en casa.
— Mi papá...
— Deja de preguntar por la mierda de papá que te gastas Jaime por favor — Gruñó Catalina de forma que solo el niño la escuchara, el pequeño solo atinó a dar un paso atrás y quedarse en silencio.
Asustado comenzó a acatar todas las órdenes que las mujeres le daban mientras chocaba miradas con un Nicolás castigado. Estaba asustado y tenía ganas de arrancar.
— Sí, el sabe — Contestó la chica cuando le preguntaron si Oscar sabía del retiro del niño.Subieron al auto de Enrique, donde los adultos animadamente conversaban de temas que a Jaime poco le interesaban. Navarro comenzó a jugar con su pequeña hermana, intentando distraerse de todo lo que se venía.
Cuando llegaron a la casa de la abuela de Jaime se encontró con su hermana pequeña junto a la nana, la peruana que cuidaba al papá de Catalina en el día saludo al chico por su cumpleaños. Cumpleaños al que aún le faltaban unos días.
Mirando hacia la escalera vio en el segundo piso a su abuelo asomado, escondido se le veía solo la cabeza y una mano llamándolo. Asegurándose que nadie lo miraba Jaime subió la escalera buscando al anciano que ahora se encontraba al final del pasillo. Con una risa silenciosa entró en el dormitorio seguido por Navarro.
— Tengo dulces — Rió de forma maliciosa e infantil — Yo te doy.
— Bueno — Sonrió Jaime acercándose.
— Aquí, aquí estan en mi guarida de ardilla — El anciano gateando se acercó a la pared y abriendo un clóset se metió en él llamando al niño.
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Confía en mí [Historia Gay Sin Incesto]
FanfictionOscar, más conocido como Bestia negra decide casarse a los 18 años con la mujer de sus sueños, a los 19 tiene su primer hijo, Jaime. El tiempo avanza bien con la pareja los primeros 3 años de matrimonio pero, nada puede ser perfecto cuando se tienen...