— Entonces Jaime — La tranquilidad de la psicóloga sorprendía al rapero — ¿Serás capaz de contarle ésto mismo al juez?.
— ¿Estará mi papá? — Soltó el ruliento.
— Claro, tu papi no se separará de ti — Jaime asintió.
— Entonces sí.
— Bien, puedes volver a la escuela, hablaré con tu papi para ir a hablar con el juez — Oscar se acercó al chico y lo tomó para ayudarlo a bajar.
Caminaron uno al lado del otro hasta el auto, en completo silencio el rapero intentaba ordenar todas las ideas que giraban por su cabeza. Subieron al auto y Jaime se recostó abrazando su peluche, no entendía mucho que estaba pasando pero, sabía que nada estaba bien. Al llegar a la escuela se pasó al asiento del copiloto y abrazó a su papá, quien sorprendido cerró los ojos devolviéndole el abrazo. Se quedaron unos minutos así hasta que Oscar sin aguantar más las ganas de llorar lo separó.
— Eres un chico fuerte — Susurró con una sonrisa.
— Te amo papi — Sonrió el ruliento antes de bajar del auto seguido por el rapero. Bestia volvía a sonreir al saber que después de todo su hijo sentía que lo amaba.
Oscar dejó al chico en la escuela, habló con la inspectora y se devolvió hasta su automóvil, solo quería un abrazo de Naiko y recostarse a dormir.
Jaime llegó corriendo al salón de clases donde Edgar lo esperaba junto a Manuel y los chicos. Después de un rato jugando se dio cuenta que Nicolás no estaba en el salón y aún no volvía del baño donde suponía que estaba.
— ¿Y el Nico? — El más alto levantó los hombros. Pensativo siguió jugando con sus amigos.
Nicolás en cambio lloraba en casa golpeando sus juguetes y las sillas. Su madre había decidido sacarlo de la escuela luego de que la inspectora lo pillara besándose con el más bajo. No lo habia hecho por Jaime ni por el beso, pero ella conocía a su hijo y temía que fuera una mala influencia para Navarro, quien ya con los problemas suficientes no podía seguir acumulandolos. Ella sabía que era su hijo del medio el que sentía la atracción, pues Nicolás lo había escrito en su diario de vida. Ese diario al que ella dedicaba diez minutos diarios para leer. Una manera de tener conocimiento de su hijo y saber si algo le pasaba.
— ¡Déjame volver a la escuela! — Gritó el moreno pateando la mesa.
— ¡No, vete a tu dormitorio! — Gritó la mujer exhausta — Mañana irás a otro colegio.
— ¡No quiero, me gustaba mi escuela! — Con el ceño fruncido el chico la miraba desafiante.
— A veces no podrás obtener todo lo que quieres Nicolás, ahora vete a tu cuarto — Dirigió su vista al celular mientras miraba de re ojo al chico.
— ¡Te odio! — Le gritó — ¡Ojalá te mueras, eres la peor mamá del mundo! — Lanzándole un adorno que estaba en el suelo el moreno se fue a su cuarto.
Oscar se detuvo en casa de Catalina y respirando profundo golpeó la puerta varias veces. Cuando nadie le abrió decidió mirar por la ventana y pasándose la reja se acercó. La ventana sin cortinas le enseñaba una casa completamente vacía. Su pulso se aceleró cuando se dio cuenta que la chica se habia marchado, que sabía todo y había aprovechado de arrancar.
— Perra culiá — Bufó resignado volviendo a su automóvil.
Manejó hasta la casa de Naiko donde fue recibido inmediatamente y sin pensar en nada más que un abrazo se recostaron en la cama. Para el menor que había sido siempre de las personas preocupadas por hacer reír al resto ésto lo ponía nervioso. Ver a la persona de la que estaba completamente enamorado tan deprimido lo deprimía pero, entendía que hasta que el problema de Jaime se solucionará tendría que apoyarlo y escucharlo llorar. Estaba dispuesto a eso y a mucho más con tal de estar a su lado cuando la sonrisa volviera a ocupar su rostro.
Los dias pasaron hasta el juicio, donde claramente ni Catalina ni su madre se aparecieron, inmediatamente el juez levanto una order de arresto dándolas por fugitivas de la justicia.
Jaime sentado delante de todos contó con lujos y detalles las escenas pornográficas que su abuela le obligaba a hacer, agregando esta vez las escenas que compartia con su abuelo con Alzheimer del cual nadie sabía nada. La policía fue a la casa de la mujer donde encontró al anciano encerrado en una habitacion al borde de la muerte, fue entregado a una fundación del gobierno para su cuidado.
Con respecto a Jaime, fue entregada la tutela completa nuevamente a su padre y éste un poco más tranquilo decidió volver a buscar empleo, ahora con Catalina lejos y el chico creciendo podía volver a tener su vida.
Nicolás Gaulle fue aceptado en un colegio pagado el cual no le gustaba para nada, recordaba a Navarro y Edgar todos los días y los comparaba con sus compañeros nuevos. El comportamiento con su madre empeoraba diariamente y ella sin saber que hacer optó por meterlo a un psicólogo. El menor tomando todo como un ataque encontró que su madre lo tomaba por loco y decidió dar un paso más en su rebeldía.
Oscar golpeó la puerta de Naiko con una sonrisa en su rostro.
— ¡Conseguí pega! — Gritó y abrazó al menor apenas abrió la puerta.
— ¿Dónde? — Sonrió el más bajo.
— En Microsoft.
Los ojos del rapero volvían a brillar, todo se encaminaba bien y como dicen, después de la tormenta sale el sol. ¿Había terminado ya la tormenta de Oscar y Jaime?.
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Confía en mí [Historia Gay Sin Incesto]
Hayran KurguOscar, más conocido como Bestia negra decide casarse a los 18 años con la mujer de sus sueños, a los 19 tiene su primer hijo, Jaime. El tiempo avanza bien con la pareja los primeros 3 años de matrimonio pero, nada puede ser perfecto cuando se tienen...