Viviendo Con Los Miller

Capítulo 12

Hoy es la exposición del trabajo. Nos costó mucho acabarlo, pero lo hemos conseguido. En estos días no he hablado con ninguno de los chicos, excepto con Logan.

Me encontraba en clase de Lengua hablando con Nathan. Se que tengo prohibido hablar con él, pero me daba igual esa estúpida regla que implantaron los chicos. Iba a seguir hablando con él les guste o no.

La clase pasó increíblemente rápido, gracias a la conversación que mantuve con Nathan.

Salí de el aula hablando animadamente con Nathan. Giré la cabeza hacia el pasillo y divisé a Scott y a los chicos apoyados en las taquillas y con una mirada de odio, que seguramente sería para Nathan.

Que lista eres Alex.

Me despedí de Nathan y me dirigí a mi siguiente clase. No sin antes enseñar mi maravilloso dedo corazón a los chicos. Sus caras no tenían precio.

Corrí por los pasillos como alma que lleva el diablo. No podía permitirme llegar tarde a clase del señor Bennett. Era muy estricto sobre el tema de la puntualidad. Y para colmo su clase esta casi en la otra punta del edificio.

Cuando llegué di gracias a Dios por haber llegado antes que él. Ya me estaba poniendo más nerviosa de lo que estoy.

Poco después entró el señor Bennett. Según he oído por los pasillos, ese hombre era el diablo en persona. Aunque solo he tenido tres clases con él, no parecía tan malo. Era un hombre de mediana estatura, delgaducho, de unos cincuenta años más o menos, medio calvo, y me he dado cuenta de que siempre lleva puestos los mismos pantalones.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por su ronca voz.

-buenos días alumnos-saludó.

-buenos días señor Bennett-saludamos todos al unisono. 

No escuché nada más de lo que dijo en toda la clase. Ya que estuve planeando la broma que les haría a los chicos y a la estúpida de Brittany. Y hoy mismo lo prepararía todo, con ayuda de las chicas, claro.

Por fin llegó la hora del almuerzo. Las chicas y yo estuvimos repasando una y otra vez el texto que tendríamos que decir cada una en la presentación del trabajo. Estaba súper nerviosa. Debe ser porque es mi primer trabajo en la universidad y quiero hacerlo bien.

-suerte chicas-dijo Sam, para luego irse.

Por favor que nos salga bien. Crucé los dedos y entré.

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Por fin se acabó esta tortura a la que llaman universidad. Solo quería llegar a casa y tumbarme en mi cama.

Como siempre, tenía que llevar a Sam a su querida fraternidad de rubias plásticas.

-acuerdate de venir a casa a las once para preparar la broma-le recordé.

-que si. Adiós.

Me puse en marcha hacia casa. Aparqué en el garaje y entré.

No se oía ni un alma. Esto es mala señal. Seguro estarán esperando para echarme una bronca. ¿qué os apostáis?

Me dirigí de puntillas hacia la escalera, cuando noté que alguien había tosido. Di media vuelta y...¡sorpresa! todos estaban sentados en el sofá. Mirándome con una expresión de enfado, excepto Logan.

-hola chicos-me atreví a saludar.

-ni hola ni leches. Creí haberte dejado muy claro que no podías hablar con ese tipo-habló un enfadado Scott.