Capítulo 21

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En el capítulo anterior:

{Subí a duras penas a mi habitación. Estaba agotada. Unas pequeñas lágrimas recorrieron mi mejilla al recordar a mi abuela. No se porque, siempre que algo malo me pesaba, lloraba antes de dormir. Soy muy rara. Oí como la puerta se abrió y pude ver a Luke.

-venía a darte las buenas noches-besó mi frente, y con solo ese gesto sentí una explosión de sensaciones en todo mi cuerpo.

-buenas noches-dije adormilada.

Cuando se fue, me quede
completamente dormida.}




Un mes después

Ya había pasado un mes ¡un mes! el más agotador de toda mi vida. Los chicos intentaban hacerme reír con sus muchas tonterías. Lástima que no lo consiguieran.

-vamos Alex, algún tendrás que salir de aquí-Sam ya estaba al borde de su paciencia. Solo había salido para ir a clase y para bajar a la cocina a por comida.

-no quiero-repliqué como una niña pequeña. No me apetecía salir. Estaba perfectamente metida en estas cuatro paredes.

-no me vengas con esas otra vez. Ahora mismo te vas a levantar de esa cama y te vestiras para salir-dijo elevando el tono. Cogió mi brazo y tiró de mí hasta que caí al suelo.

-¡Auch!-solté un grito de dolor. Me había dado en toda la cabeza.

-deja de quejarte y date prisa-ya más calmada rebuscó entre mi ropa algo decente que pudiese ponerme.

Suspire profundamente, sabía que no tenía nada que hacer cuando Sam se ponía así. O iba por mi cuenta, o me llevaba ella a rastras.

-ponte esto-dijo entregándome un pequeño montoncito de ropa.

Salí de mi habitación y justo estaba allí Cameron.

-por fin sales de ahí ¿eh?-dijo en tono burlón. Por más que quisiera gritarle infinitas cosas, no tenía tiempo, Sam ya estaba suficientemente cabreada y no quería que se enfadase aún más conmigo.

-callate Cam-pasé de largo y entré al baño.

Me desvestí y entré en la ducha. El agua caliente caía sobre mi cuerpo relajandolo. Igual no era tan mala idea salir después de un mes encerrada en mi habitación. Necesitaba despejarme de todo aquel estrés y no había mejor forma de hacerlo. Una vez más, Sam tiene razón.

Sequé mi cuerpo cuando acabé y empecé a vestirme con la ropa que había escogido. Un vestido lencero negro que ni siquiera sabía que tenía, una cazadora de cuero rosa palo y unas sandalias de tacón. Cuando acabé me mire en el espejo. Estaba espectacular. Pocas veces eran las que me arreglaba tanto para salir. Normalmente cogía lo primero que veía del armario.

Salí del baño y choqué con un gran cuerpo. Levanté la cabeza para ver quién había sido. Luke. Me escrutó detenidamente, pasando sus ojos por todo mi cuerpo. Una expresión de sorpresa apareció en su rostro.

-¿estoy mal?-pregunté algo dudosa. Él no se inmutó ante mi pregunta. Se quedó ahí pasmado hasta que respondió.

-no, no, estás perfecta-empezó a sonrojarse y eso me lleno de ternura.

-gracias-dije algo tímida.

Alguien carraspeo a mi lado. Sam estaba miramdome fijamente con una expresión de enfado en su rostro.

-mujer llevó esperando media hora ¡quieres darte prisa!-chilló histérica.

Sonreí ante su enfado. Era muy graciosa cuando se enfadaba.

Viviendo Con Los MillerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora